Hablar del c¨¢ncer

El secretario de Defensa de EE UU, Lloyd Austin, tiene c¨¢ncer de pr¨®stata. Se supo este martes tras conocerse que ha estado varios d¨ªas hospitalizado en cuidados intensivos despu¨¦s de sufrir una infecci¨®n derivada de una cirug¨ªa a la que se someti¨® en diciembre, relacionada con la enfermedad que padece. ¡°Nadie en la Casa Blanca sab¨ªa que el secretario Austin tuviera c¨¢ncer¡±, reconoci¨® el martes la secretaria de prensa estadounidense. Cuenta Macarena Vidal Liy que el portavoz del Pent¨¢gono quiso excusar a Austin al afirmar que el c¨¢ncer y sus tratamientos son ¡°algo profundamente personal¡±. ?Por qu¨¦ ocultar que est¨¢ siendo tratado del cuarto c¨¢ncer m¨¢s diagnosticado en el mundo?

La periodista de CNN Sara Sidner ha contado su caso de una forma completamente diferente: con total transparencia. Lo anunci¨® esta semana al final del programa que presentaba. Sufre un c¨¢ncer de mama en fase tres. ¡°Es duro decirlo en voz alta. Estoy en mi segundo mes de quimioterapia, me someter¨¦ a radioterapia y a una doble mastectom¨ªa¡±, relat¨® notablemente emocionada. A continuaci¨®n, habl¨® de las posibilidades de curaci¨®n (¡°La fase tres ya no es una sentencia de muerte para la mayor¨ªa de las mujeres¡±) y de la importancia de los controles m¨¦dicos peri¨®dicos para poder detectarlo a tiempo.

Otro ejemplo conocido recientemente es el de la actriz Nicole Eggert, quien interpret¨® a Summer Quinn en Los vigilantes de la playa. Cont¨® a la revista People que le han diagnosticado c¨¢ncer de mama. Al principio, pensaba que era un efecto de la menopausia, pero sinti¨® un bulto en el pecho y acudi¨® a su hospital de referencia para buscar un diagn¨®stico. All¨ª se lo detectaron. Ahora, una amiga ha abierto una recaudaci¨®n de fondos para ayudar a la actriz a afrontar el coste de los tratamientos y las cirug¨ªas que precisa su enfermedad en la sanidad estadounidense.

Referirse sin eufemismos al c¨¢ncer puede servir para que la sociedad tome conciencia de que todos podemos sufrirlo y para que, ante cualquier sospecha, acudamos al m¨¦dico para detectar la enfermedad cuanto antes y poder tratarla con las mayores garant¨ªas posibles. Al difundirse en las redes sociales los casos de Sara Sidner y Nicole Eggert, la respuesta ha sido ¡ªcomo era de esperar¡ª de apoyo y agradecimiento por la transparencia y la concienciaci¨®n de la enfermedad desde un gran altavoz.

Sin embargo, no siempre se necesita ese gran altavoz para sensibilizar. Un caso cercano es el de una amiga de la universidad. Un d¨ªa, Paula not¨® que un lunar de un brazo hab¨ªa cambiado: ten¨ªa otro color, hab¨ªa crecido y sus bordes eran irregulares. El m¨¦dico de atenci¨®n primaria la deriv¨® directamente al dermat¨®logo, que decidi¨® extirp¨¢rselo. Era un melanoma detectado a tiempo. Desde entonces, cuenta qu¨¦ le ocurri¨® y, gracias a eso, muchos de sus conocidos han pedido cita en dermatolog¨ªa. A dos de ellos les han extirpado lunares malignos.

Seg¨²n un informe de la Sociedad Espa?ola de Oncolog¨ªa M¨¦dica, hasta los 80 a?os, el 41,1% de los hombres tiene riesgo de sufrir c¨¢ncer; las mujeres, un 28%. Esa probabilidad aumenta a partir de los 85 a?os. A esa edad, los hombres tienen un 48,4% y las mujeres un 32,4% de opciones de desarrollar la enfermedad. Grosso modo, se dice que uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres tendr¨¢ alg¨²n tipo de c¨¢ncer a lo largo de su vida. ?No es esta una raz¨®n para hablar abiertamente de esta enfermedad? Hay que abordarla sin pena, sin miedo, conocer sus riesgos, la importancia de hacernos los an¨¢lisis pertinentes si vemos que algo no va bien y, sobre todo, es necesario que haya m¨¢s investigaci¨®n.