C¨¢diz, territorio narco
El asesinato de dos guardias civiles en el mar revela que cuando se abre un espacio de impunidad fuera de la ley, este solo puede ir a m¨¢s
A las 20.30 del pasado viernes, en noche cerrada y en medio de un temporal, un grupo de presuntos narcotraficantes a bordo de una embarcaci¨®n semirr¨ªgida, de 14 metros de eslora y cuatro motores fueraborda de 300 caballos, embisti¨® intencionadamente a una peque?a z¨®diac de goma, de seis metros y con un solo motor de 80 caballos, en la que viajaban seis agentes de la Guardia Civil. Murieron dos de ellos: David P¨¦rez, de 43 a?os, casado y con dos hijos, y Miguel ?ngel Gonz¨¢lez, de 39 a?os, que ten¨ªa pareja y una hija. Otros dos resultaron heridos. Uno de ellos sufri¨® la amputaci¨®n de un brazo por las h¨¦lices de la narcolancha. Todo sucedi¨® dentro del puerto de Barbate, C¨¢diz, a la vista de los vecinos, que grabaron la escena desde el muelle. Las im¨¢genes son sobrecogedoras. Se trata de un asesinato a sangre fr¨ªa, ejecutado en p¨²blico, solo entendible si quien lo comete se siente protegido por la m¨¢s absoluta impunidad. Este peri¨®dico se une al dolor de las familias de los agentes y a la solidaridad con el instituto armado.
Este asesinato es la dolorosa culminaci¨®n de un fracaso colectivo que trasciende gobiernos durante las ¨²ltimas dos d¨¦cadas. El narcotr¨¢fico se ha hecho fuerte en el Estrecho hasta el punto de desafiar abiertamente a las fuerzas de seguridad e infiltrarse en una sociedad donde el paro estructural es una mina de reclutamiento para las mafias. Espa?a est¨¢ en medio de las v¨ªas de distribuci¨®n de droga hacia Europa. Esa realidad no va a cambiar. Pero s¨ª puede aspirar, como democracia, a no ser avasallada por el crimen. En la tarde del viernes, la autoridad del Estado no exist¨ªa en el puerto de Barbate. Los agentes que se jugaron la vida decidieron intervenir porque 10 narcolanchas ¡ªprohibidas desde 2018¡ª se hab¨ªan refugiado all¨ª tranquilamente por el temporal ante el estupor local.
Las fuerzas de seguridad, los cargos p¨²blicos locales y regionales, y las autoridades judiciales alertan desde hace a?os de que las mafias act¨²an de manera cada vez m¨¢s desacomplejada y violenta en el tri¨¢ngulo del Estrecho (el mar entre la Costa del Sol, C¨¢diz y Ceuta) y de la falta de medios para frenarlo. Desde 2016 han muerto m¨¢s de 20 personas, entre ellas cuatro agentes, en encontronazos con el narco en tierra y en el mar. Que la violencia subiera un nivel m¨¢s era cuesti¨®n de tiempo. Una vez que se abre un espacio de impunidad fuera de la ley, este solo puede ir a m¨¢s. El piloto que enfil¨® la barca para asesinar a los agentes lo hizo porque cre¨ªa que pod¨ªa. Ocho personas han sido detenidas. Son espa?oles de la zona y con antecedentes.
El Ministerio del Interior est¨¢ invirtiendo en la modernizaci¨®n de las embarcaciones ante el aumento de estos encontronazos, pero no con la urgencia necesaria. Solo horas antes del crimen, el ministro Fernando Grande-Marlaska, hab¨ªa declarado en el Campo de Gibraltar que el plan contra el narco en la zona era ¡°una historia de ¨¦xito¡±, pese al malestar en las fuerzas de seguridad. Este lunes afirm¨® que ¡°se seguir¨¢ invirtiendo todo lo necesario y preciso¡±, pero est¨¢ obligado a dar explicaciones sobre por qu¨¦ los seis agentes se enfrentaron a los narcos en una embarcaci¨®n a todas luces insuficiente. Lo ocurrido en Barbate exige del ministro no solo inversiones sino tambi¨¦n hacerse cargo del estado de ¨¢nimo de las familias y de toda la sociedad ante una tragedia grabada entre risas y aplausos.
Adem¨¢s de los medios materiales, es necesario reforzar los medios de la justicia para evitar situaciones de impunidad, y abordar cambios penales para perseguir pr¨¢cticas accesorias al narcotr¨¢fico. Todos los poderes del Estado son interpelados. No deber¨ªa hacer falta la muerte de dos guardias civiles para que el Gobierno, el Congreso y la justicia asuman la gravedad de lo que sucede en el Estrecho y act¨²en con la urgencia y determinaci¨®n que requiere.
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