Traficantes de felicidad
El pensamiento actual no ha resuelto la tensi¨®n entre el hedonismo y la devoci¨®n, pero s¨ª ha a?adido una nueva dimensi¨®n al debate: la b¨²squeda de una vida psicol¨®gicamente rica
Como todo el mundo quiere ser feliz y nadie lo consigue, la felicidad se ha convertido en una droga legal que venden los oportunistas y compran los adictos al g¨¦nero. Este tr¨¢fico de esperanzas infundadas ya se hab¨ªa consolidado antes de las redes sociales, aunque con ellas est¨¢ a punto de alcanzar el paroxismo. Si cometes la osad¨ªa de poner ¡°libros sobre la felicidad¡± en cualquier buscador te ver¨¢s sepultado bajo estratos de t¨ªtulos seductores sobre la ¡°aut¨¦ntica¡± felicidad, el flow, los h¨¢bitos de un cerebro feliz, la ciencia de la felicidad y la vida que florece, junto a una ensalada de inventarios de los 12 mejores libros sobre la felicidad, los 10 mejores libros para ser feliz y los mejores libros sobre la felicidad para ni?os. De las webs ya ni hablemos.
Conscientes de que la b¨²squeda de la felicidad es un asunto central para la naturaleza humana, los fil¨®sofos llevan milenios analizando el asunto con su lupa anal¨ªtica de alta precisi¨®n. Han identificado dos categor¨ªas muy diferentes en este apartado de apariencia tan simple. La primera es el hedonismo, la recomendaci¨®n cl¨¢sica de priorizar el placer, la estabilidad y el disfrute sobre otras consideraciones. Y la segunda, llamada a veces eudaimon¨ªa, aconseja buscar un significado a la vida, tener un prop¨®sito, una devoci¨®n, un esp¨ªritu virtuoso. Ya s¨¦ que comprar¨ªas los dos paquetes enteros, pero el problema es que hay que elegir entre uno y otro. Ambas filosof¨ªas de vida persiguen la felicidad por caminos contradictorios. No se puede ser Bertrand Russell y Frank Sinatra al mismo tiempo, y solo se vive una vez.
El pensamiento actual no ha resuelto la tensi¨®n entre el hedonismo y la devoci¨®n, pero s¨ª ha a?adido una nueva dimensi¨®n al debate: la b¨²squeda de una vida psicol¨®gicamente rica. El ¨¦nfasis se pone ahora en los compromisos mentales complejos, la amplitud de las emociones profundas y las experiencias novedosas, como resume el psic¨®logo Scott Barry Kaufman. Ni entregarse al placer ni cocerse en la devoci¨®n, sino buscar una vida intensa, interesante e inteligente (las tres intes, si me permites el chascarrillo). El demonio ya no es la inestabilidad ni la falta de prop¨®sito en la vida, sino el puro y simple aburrimiento. Se trata de buscar la riqueza psicol¨®gica. Es un cambio de ¨®ptica interesante.
Seg¨²n los experimentos con voluntarios, la riqueza psicol¨®gica muestra una fuerte correlaci¨®n con la curiosidad, el esp¨ªritu abierto al mundo y la capacidad de experimentare emociones intensas, sean positivas o negativas. La aversi¨®n al riesgo est¨¢ muy bien si paseas por un acantilado, pero no como gu¨ªa vital ni tabla de los mandamientos.
Cuando los investigadores preguntan a sus voluntarios si prefieren el hedonismo, la entrega a un prop¨®sito o la riqueza psicol¨®gica, la mayor¨ªa (del 50% al 70% seg¨²n los pa¨ªses) opta por el hedonismo, y bastante gente (del 14% al 39%) elige la devoci¨®n. Solo una minor¨ªa prefiere la riqueza psicol¨®gica, y curiosamente son muchos menos en Singapur (7%) que en Alemania (17%). De entrada, esto da la raz¨®n a la filosof¨ªa cl¨¢sica, pues la gran mayor¨ªa de la gente encaja muy bien en las dos categor¨ªas tradicionales. Pero la diferencia entre Singapur y Alemania tambi¨¦n indica que la cultura recibida tiene un peso sustancial en las decisiones vitales. Tal vez la riqueza psicol¨®gica se pueda estimular en las poblaciones humanas, y tal vez eso incremente el bienestar de las personas. Tal vez lo incremente m¨¢s que los traficantes de felicidad que hemos padecido hasta ahora.
El fil¨®sofo austriaco-israel¨ª Martin Buber (1878-1965) escribi¨®: ¡°No acepto ninguna f¨®rmula absoluta para vivir. Ning¨²n c¨®digo preconcebido puede prever cualquier cosa que pueda ocurrir en la vida (¡). Apostemos nuestra existencia entera por nuestra voluntad de explorar y experimentar¡±. El consejo es gratis.
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