Lo ¨²ltimo de Garc¨ªa M¨¢rquez
Ya s¨®lo faltaba activar en la pantalla la orden de compra cuando empezaron a incomodarme vivos escr¨²pulos, los mismos que me sobrevienen cada vez que veo trotar con ocasi¨®n de un partido conmemorativo a quienes fueran glorias del f¨²tbol, hoy avejentadas y fofas
Acerca de la novela p¨®stuma de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez he le¨ªdo en los d¨ªas pasados lo suficiente para saber de qu¨¦ trata y en qu¨¦ condiciones fue escrita por el autor, quien, insatisfecho con el resultado, lleg¨® a expresar su negativa a que fuera publicada. No es uno inmune a la admiraci¨®n ni est¨¢ libre de curiosidad, y mi primer impulso dist¨® poco del de los adolescentes entusiastas que guardaban cola a la entrada de las librer¨ªas en espera de adquirir su ejemplar de Harry Potter. Confesar¨¦ que lo afirmado por los habituales tasadores p¨²blicos de literatura no me disuadi¨® de acercarme a la novela de Garc¨ªa M¨¢rquez, aunque rebaj¨® mis expectativas. En las prevenciones de algunos me pareci¨® advertir cierto tono de condescendencia. ¡°Tiene cosas buenas¡±, ven¨ªan a decir, ¡°se puede leer, pero no se hagan ustedes demasiadas ilusiones.¡± As¨ª y todo, emprend¨ª los sencillos tr¨¢mites para la compra del libro en internet, movido tanto por el mencionado arre¨®n de curiosidad como por el deseo de administrarme una nueva y seguramente ¨²ltima dosis del deleite literario que asocio desde mi mocedad a Garc¨ªa M¨¢rquez. Y ya s¨®lo faltaba activar en la pantalla la orden de compra cuando empezaron a incomodarme vivos escr¨²pulos, los mismos que me sobrevienen cada vez que veo trotar con ocasi¨®n de un partido conmemorativo a quienes fueran glorias del f¨²tbol, hoy avejentadas y fofas. No s¨®lo tem¨ª encontrarme ante un caso triste de menguada potencia creativa, justificable por el deterioro mental del autor (dicho sea esto con el debido respeto), sino prestarme a inferirle un desgarr¨®n a la alt¨ªsima estima que profeso al escritor colombiano. Conque en lugar de comprar el libro, opt¨¦ por hacerle a Garc¨ªa M¨¢rquez el homenaje sincero de no leer En agosto nos vemos, si bien, consciente de la enorme fuerza que ejercen en m¨ª las tentaciones, dudo que las pueda resistir por largo tiempo.
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