Defensa de Ayuso y Armengol
Quiz¨¢s un d¨ªa descubramos que ambas pol¨ªticas esconden una grave responsabilidad sobre los esc¨¢ndalos que las salpican. Pero, con la informaci¨®n disponible hoy, no se las puede acusar de mala praxis
Acabada la Semana Santa, vamos a hacer como Poncio Pilatos. No lavarnos las manos, sino, como era costumbre en la ¨¦poca, indultar a un preso para la Pascua jud¨ªa. Y voy a defender el perd¨®n para dos de las pol¨ªticas m¨¢s criticadas el ¨²ltimo mes: Ayuso y Armengol, cuya ¡°dimisi¨®n inmediata¡± piden la izquierda y la derecha, respectivamente.
Sus casos no son comparables. ?L¨ªbreme J¨²piter de tal equidistancia! Una es buena y la otra mala, pero, como resulta tan obvio, no hace falta decirlo. Quedaos con vuestros (pre)juicios.
Y quiz¨¢s un d¨ªa descubramos que ambas pol¨ªticas esconden una grave responsabilidad sobre los esc¨¢ndalos que las salpican. Pero, con la informaci¨®n hoy disponible, no se las puede acusar de mala praxis.
Las mascarillas compradas durante la pandemia por parte del Gobierno balear no son el ¡°contrato de Armengol¡± o el ¡°pago de Armengol¡±. Una presidenta auton¨®mica no es responsable de todas las adquisiciones llevadas a cabo por su Administraci¨®n, a no ser que se pruebe que hubo una instrucci¨®n, directa o indirecta, de Armengol sobre ese contrato (o posteriores actuaciones en relaci¨®n al mismo).
Y una presidenta tampoco es responsable de lo que haga su pareja, siempre y cuando los presuntos beneficios ileg¨ªtimos o ilegales de esa persona no fueran resultado de su romance. Ayuso y su novio pertenecen a mundos entrelazados, pero el problema es que el amor lleve a una relaci¨®n profesional, no que una relaci¨®n profesional lleve al amor. Lo que define al mundo civilizado frente al tribal es que la responsabilidad queda acotada al individuo y no se desparrama a los familiares. Lo dijo el profeta Ezequiel hace m¨¢s de 2.500 a?os: ¡°Ni el hijo ha de pagar por los pecados del padre, ni el padre por los pecados del hijo¡±. Pero lo olvidamos en una era en la que los partidos se han convertido en tribus.
Las noticias sobre la pareja de Ayuso o las zonas grises del contrato de mascarillas de Baleares son de inter¨¦s p¨²blico y publicable. Bien por los periodistas de investigaci¨®n que las sacan a la luz. Y mal por los pol¨ªticos que tratan de silenciar las noticias que ata?en a los suyos ¨Den algunos casos, atacando imp¨²dicamente a los periodistas, como Miguel ?ngel Rodr¨ªguez¨D y extraen conclusiones precipitadas de las que afectan a sus rivales.
Al activar el ventilador, PP y PSOE han entrado en un juego de destrucci¨®n mutua. El primer anuncio del colapso de una democracia es que sus grandes partidos se acusen de corrupci¨®n sist¨¦mica. Ah¨ª empiezan a afinar las trompetas del apocalipsis. @VictorLapuente
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