No va contra el turista
Los usuarios de X aplauden las protestas en Canarias y recalcan que la masificaci¨®n de visitantes empobrece la vida de los ciudadanos
A partir de los 16 a?os (y, con trampas, quiz¨¢ algo antes), en los pueblos de costa hab¨ªa un camino claro: estudio en invierno, trabajo en verano, Navidad, puentes y fiestas de guardar. Cuando los m¨¢s afortunados esquiaban, aprend¨ªan idiomas, le¨ªan en una tumbona o se quemaban al sol en la playa, la mayor¨ªa vend¨ªa cremas solares, barras de labios o perfumes a los turistas. M¨¢s de ocho horas de pie, a las que incluso se les encontraba cierta gracia cuando se compart¨ªan con amigos: jornadas laborales empalmadas con noches de fiesta. Un d¨ªa tras otro, del 15 de junio al 15 de septiembre, con cansancio, resacas y alg¨²n martes de asueto.
As¨ª fue siempre en la Costa Brava, donde nuestras abuelas limpiaban habitaciones de hotel ¡ªahora las llaman camareras¡ª y nuestros abuelos levantaban las urbanizaciones que ya hace a?os destruyeron el litoral. Con la gratitud por bandera, a pesar de dedicar cuerpo y alma al trabajo, esa generaci¨®n encontr¨® la manera de pagar una casa, un coche y hasta los estudios del primer licenciado de la familia. Tambi¨¦n con la esperanza de que ellos fuesen los primeros de la estirpe con vacaciones en agosto, y que un d¨ªa pudiesen ser los que preguntasen a las diez de la noche en cualquier tienda: ¡°?Ya cerr¨¢is?¡±.
Incluso esa generaci¨®n que vivi¨® y mejor¨® gracias al turismo aplaude las protestas de Canarias. El apoyo se repite en Catalu?a, pero tambi¨¦n en Andaluc¨ªa, en la Comunidad Valenciana, en Madrid, en Galicia, en las Baleares... Solo hay que darse un paseo por X, la antigua Twitter. Los motivos para quejarse son tan claros que averg¨¹enza se?alarlos: viviendas impagables, espacio p¨²blico privatizado, afectaci¨®n al medio ambiente, homogeneizaci¨®n comercial¡ ¡°No es una manifestaci¨®n contra el turismo¡±, repiten incontables usuarios, p¨²blicos y menos conocidos, en la red social; es contra un modelo econ¨®mico que expulsa a los vecinos, desalma a las ciudades y condena a la precariedad a la inmensa mayor¨ªa de la poblaci¨®n.
Desborde total. ?xito sin precedentes. Decenas de miles de personas en las calles de Canarias gritando alto y claro que Canarias no se vende, se ama y se defiende.
— Fernando Ruiz (@FernandoRuizTF) April 20, 2024
Estas manifestaciones van a marcar un antes y un despu¨¦s en la Historia del archipi¨¦lago.#CanariasTieneUnLimite pic.twitter.com/jjRzTCWjLD
¡°No resuena lo suficiente la importancia hist¨®rica de lo que est¨¢ pasando en Canarias, r¨¦cord de turistas, r¨¦cord de pobreza¡±, escribe el periodista Javier Salas. ¡°No es una manifestaci¨®n contra el turismo (vivimos de ¨¦l), ni contra los turistas, sino contra la p¨¦sima gesti¨®n de todos los gobiernos y la nula visi¨®n de futuro de los responsables de la planificaci¨®n¡±, tercia Ignacio S. de Erice. Las pancartas con lemas como ¡°no es tu parque tur¨ªstico, es mi casa¡±, ¡°no es un ataque, es una defensa¡±, ¡°40.000 inmigrantes y 15 millones de turistas, ?y el que nos preocupa es el primero¡±, han recorrido las redes junto a la etiqueta #canariastieneunlimite.
En Barcelona tambi¨¦n han pasado cosas. El Ayuntamiento, socialista, ha tomado una medida radical para mejorar la vida de sus ciudadanos, que a las 11 de la ma?ana ya no pueden sentarse en una terraza a tomar un caf¨¦ porque est¨¢n montadas para comer: borrar de Google Maps la l¨ªnea de autob¨²s 116. Los turistas se sub¨ªan en tropel para visitar el Park G¨¹ell. Lo que pas¨® a continuaci¨®n no sorprende a nadie: ¡°Los turistas colapsan ahora los buses 24 y V19 para ir al Park G¨¹ell¡±, titula la televisi¨®n local BTV. ¡°Eliminemos Barcelona de Google¡±, se burla la periodista Anna Pacheco en X.
Los vecinos de ciudades tur¨ªsticas, cuyos ayuntamientos venden a?o tras a?o como un ¨¦xito el incremento de visitantes, se ven obligados a abandonar el centro. No pueden pagar sus alquileres, ni sentarse a tomar tranquilamente un caf¨¦, ni pagar el sobreprecio de cualquier cosa. Pero les persigue una amenaza, la descentralizaci¨®n, que, como define el antrop¨®logo Jos¨¦ Mansilla, ¡°no deja de ser un eufemismo para continuar hablando de crecimiento ilimitado¡±. Y contra todo eso, entre aplausos, se manifest¨® el s¨¢bado Canarias y se celebr¨® despu¨¦s en X con fruici¨®n. ?Viva!
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