Peor que muy malo
Al igual que el clima, la pol¨ªtica ha entrado en un territorio desconocido
Si los cient¨ªficos del clima afirman, tras los r¨¦cords de calor y los fen¨®menos extremos de 2023, que hemos entrado en ¡°territorio desconocido¡±, los periodistas que cubren la Amazonia y el colapso clim¨¢tico son testigos, en la selva y en la pol¨ªtica de Brasilia, de un escenario mucho peor que el muy malo que estaba previsto. Brasil se ha convertido en un ejemplo de lo poco que puede hacer un presidente dem¨®crata cuando la extrema derecha avanza por todos los flancos con el apoyo de las corporaciones transnacionales y ahora tambi¨¦n con el respaldo personal de un supermillonario como Elon Musk, que controla una red social y la mayor¨ªa de los servicios de internet en la Amazonia.
La se?al m¨¢s expl¨ªcita tuvo lugar la semana pasada, cuando unos 8.000 ind¨ªgenas de m¨¢s de 200 naciones ocuparon Brasilia durante el Campamento Tierra Libre, el mayor evento anual de los pueblos originarios que se celebra desde hace 20 a?os para presionar al Gobierno y al Congreso para que avancen en la demarcaci¨®n de tierras y garanticen los derechos que determina la Constituci¨®n. Esperaban que se demarcaran seis territorios, una expectativa que ya era muy baja. Abandonaron la capital brasile?a con el anuncio de que solo se demarcar¨ªan dos.
Es f¨¢cil creer que al presidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva le hubiera gustado anunciar un n¨²mero mayor de demarcaciones. Pero, acorralado por un Congreso dominado por la agroindustria predatoria, Lula vendi¨® al mejor postor a los ind¨ªgenas y al medio ambiente. Durante el mismo per¨ªodo, el magistrado del Supremo Gilmar Mendes, famoso por codearse con pol¨ªticos de derechas, realiz¨® una taimada maniobra para meter la miner¨ªa en tierras ind¨ªgenas en el debate jur¨ªdico sobre el hito temporal ¡ªuna tesis perversa seg¨²n la cual solo tienen derecho a sus tierras ancestrales los pueblos que las habitaban el d¨ªa en que se promulg¨® la Constituci¨®n, el 5 de octubre de 1988¡ª. El Tribunal Supremo fue fundamental para frenar el golpismo de Bolsonaro y los abusos inconstitucionales del Congreso. Pero el movimiento del magistrado indica que el Supremo, fuertemente atacado por el Congreso y en las ¨²ltimas semanas por Elon Musk, puede estar cediendo a las presiones.
Cuando Lula gan¨® las elecciones presidenciales contra el extremista de derecha Jair Bolsonaro, por pocos votos y gracias a un frente amplio, se preve¨ªa que lo tendr¨ªa muy dif¨ªcil. La mejor apuesta era que la presi¨®n internacional, motivada por el papel que desempe?a la mayor selva tropical del planeta para frenar el calentamiento global, garantizar¨ªa cierto equilibrio en la desproporci¨®n de fuerzas. Pero ?c¨®mo, si las empresas transnacionales con banderas de pa¨ªses europeos y norteamericanos figuran entre los principales responsables de la destrucci¨®n acelerada de la selva y ejercen influencia sobre el Congreso?
Si un presidente dem¨®crata puede hacer poco, poco es mejor que nada en la dram¨¢tica situaci¨®n que vivimos. Es mucho mejor que el panorama que se dibuja con el posible regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y de un sucesor de Bolsonaro a la presidencia de Brasil en 2026. Avanza el calentamiento global y avanza la extrema derecha, y coleccionamos m¨¢s fracasos que ¨¦xitos a la hora de detener estos dos flagelos ¨ªntimamente relacionados. Posiblemente porque no hay un ¡°nosotros¡±, sino una mayor¨ªa de individuos amedrentados que intentan sobrevivir en un planeta dominado por una minor¨ªa tan depredadora y egoc¨¦ntrica que incluso ha superado la at¨¢vica preocupaci¨®n por el destino de sus propios hijos.
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