Espartaco y Ner¨®n
La esencia de la pol¨ªtica es ajustarse a la realidad: una vez entras en el remolino del lodo, no puedes salir
El problema de Espa?a es que el Gobierno se cree Espartaco, el esclavo rebelde que cita a menudo Yolanda D¨ªaz, y la oposici¨®n piensa que es Ner¨®n, el tirano populista que arruin¨® las finanzas p¨²blicas. Ninguna de estas dos comparaciones es correcta, pero la actualidad presenta un paralelismo inquietante con la historia de Roma: tras cinco centurias, la mayest¨¢tica Rep¨²blica cay¨® porque sus actores pol¨ªticos, encabezados por Julio C¨¦sar, abandonaron las vieja...
El problema de Espa?a es que el Gobierno se cree Espartaco, el esclavo rebelde que cita a menudo Yolanda D¨ªaz, y la oposici¨®n piensa que es Ner¨®n, el tirano populista que arruin¨® las finanzas p¨²blicas. Ninguna de estas dos comparaciones es correcta, pero la actualidad presenta un paralelismo inquietante con la historia de Roma: tras cinco centurias, la mayest¨¢tica Rep¨²blica cay¨® porque sus actores pol¨ªticos, encabezados por Julio C¨¦sar, abandonaron las viejas convenciones y empezaron a jugar sucio contra sus adversarios. No fue la ideolog¨ªa, o la innata inmoralidad, de los dos grandes partidos, los populares y los optimates, sino las pr¨¢cticas de sus l¨ªderes, que inundaron de fango el foro de debate p¨²blico. Ning¨²n bando era intr¨ªnsecamente malo, pero ambos acabaron cometiendo atrocidades y entreg¨¢ndose a caudillos.
Estamos en una situaci¨®n muy distinta, pero es bueno recordar que el cesarismo fascista nunca ha brotado en los terrenos ¨¢ridos del autoritarismo, sino en los suelos f¨¦rtiles de las democracias: la antigua Roma, la revolucionaria Francia o el periodo de entreguerras. Como se?alan algunos historiadores, el fascismo y la democracia se alimentan de discursos. La diferencia estriba en si son aseados o hediondos. ?C¨®mo podemos limpiar la atm¨®sfera pol¨ªtica en Espa?a, que el Financial Times califica como ¡°una de las m¨¢s t¨®xicas de Europa¡±? El primer paso es cambiar la hip¨®tesis de trabajo de los principales partidos, que es que las elecciones no se ganan vendiendo gesti¨®n, sino crispaci¨®n. Sus asesores defienden verter excrementos verbales sobre los pol¨ªticos de la oposici¨®n, como los de C¨¦sar optaron por tirar un cubo de heces humanas sobre el c¨®nsul rival. A corto plazo, humillar es ganar. A medio plazo, es un desastre. Tambi¨¦n para sus promotores.
Desde el PSOE se repite que su espectacular derrota en las auton¨®micas y locales del a?o pasado fue porque se centraron en las pol¨ªticas sustantivas, mientras el PP embarr¨® el debate. Pero quiz¨¢s la gente castig¨® al PSOE por la gesti¨®n ¡ªno de la econom¨ªa, que funcionaba bien, pero s¨ª de la ley del solo s¨ª es s¨ª y de las reformas del C¨®digo Penal para satisfacer a sus socios¡ª. Y la remontada del 23-J, ?se debi¨® a que el PSOE activ¨® la crispaci¨®n o simplemente a la penosa gesti¨®n de los pactos PP-Vox en junio? Agredir, verbal o f¨ªsicamente, no es una estrategia ¨®ptima, porque no permite la esencia de la pol¨ªtica: ajustarte a la realidad. Una vez entras en el remolino del lodo, no puedes salir. Que se lo pregunten a Espartaco.