M¨¦xico: la violencia es la prioridad
Al margen de qui¨¦n gane la presidencia el domingo, resulta necesaria la unidad institucional contra la mayor lacra del pa¨ªs
M¨¦xico elige este domingo la jefatura del Estado, la C¨¢mara de los Diputados y el Senado, la jefatura de Ciudad de M¨¦xico, ocho gobernaturas y la mayor¨ªa de cargos municipales y congresos locales. Son los mayores comicios de la historia de M¨¦xico y de ellos saldr¨¢ la primera mujer en ocupar, los pr¨®ximos seis a?os, la presidencia de la Rep¨²blica. Es un avance notable en un pa¨ªs estragado por la violencia de g¨¦nero (cada a?o son asesinadas 3.000 mujeres, ni?as y adolescentes) y que, pese a las dificultades y las pol¨¦micas, ha mejorado en la lucha contra la pobreza.
En esta recta final de la campa?a, la candidata progresista Claudia Sheinbaum, cient¨ªfica, de 61 a?os, mantiene su ventaja de m¨¢s de 20 puntos en las encuestas sobre su rival, la empresaria X¨®chitl G¨¢lvez. El legado del actual presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, de quien Sheinbaum es una leal seguidora, le ha ayudado, en parte por el propio af¨¢n de la oposici¨®n de convertir estas elecciones en un plebiscito sobre su figura. L¨®pez Obrador, quien ha ejercido con fruici¨®n un hiperliderazgo que ha dominado completamente la agenda p¨²blica mexicana del ¨²ltimo lustro, deja la presidencia no solo con una alta valoraci¨®n, sino con una base electoral enormemente activa. Sobre ese suelo, Sheinbaum ha construido un discurso que promete perseverar en la ampliaci¨®n de los amortiguadores sociales.
G¨¢lvez es la candidata de una ruidosa alianza de partidos tradicionales (PRI, PAN y PRD) que aspira a frenar las pol¨ªticas de la actual Administraci¨®n y que ha hecho de la revisi¨®n cr¨ªtica del legado de L¨®pez Obrador (en especial, la pol¨ªtica respecto al narco, su choque con el poder judicial y el uso cada vez mayor de los militares en tareas civiles) su principal arma electoral. Una estrategia que, seg¨²n las encuestas, no ha permitido superar la narrativa de la oficialista y que ha derrapado al entrar en el terreno de los insultos. Un tercer nombre, Jorge ?lvarez M¨¢ynez, representa una ¡°tercera v¨ªa¡± cada vez m¨¢s s¨®lida y que, con toda probabilidad, fragmentar¨¢ el voto de la oposici¨®n.
Pero al margen de lo que suceda el domingo en las urnas, las elecciones ya est¨¢n ensombrecidas por el principal problema del pa¨ªs, una urgencia que deber¨¢ ocupar a la pr¨®xima gobernante desde el primer d¨ªa: la violencia. La crisis de seguridad se ha visto con toda su virulencia durante la campa?a electoral. El asesinato de decenas de aspirantes locales a manos del crimen organizado no solo muestra la extrema gravedad de la situaci¨®n, sino que refleja el fracaso de todos los modelos aplicados hasta la fecha, incluido el del actual presidente. L¨®pez Obrador opt¨® por una f¨®rmula de erradicaci¨®n de la violencia a partir de la reconstrucci¨®n del tejido social de los territorios m¨¢s vulnerables con programas sociales, en lugar de declarar una guerra a los carteles como hicieron las anteriores administraciones. Este esquema fue a todas luces insuficiente.
Ante esta situaci¨®n, es imperativo que los mexicanos acudan a votar en un clima de serenidad y sosiego y que, con una participaci¨®n masiva, lancen un mensaje inequ¨ªvoco de repudio al crimen. Tocar¨¢ entonces a la jefatura del Estado, los partidos y el resto de instituciones dejarse por una vez de querellas y abrir las puertas a un pacto de Estado que ponga fin a esta terrible lacra.
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