Fin de ¨¦poca en Sud¨¢frica

Por primera vez desde que en 1994 se instaur¨® la democracia y termin¨® el r¨¦gimen racista del apartheid, el Congreso Nacional Africano (CNA), el partido de Nelson Mandela, padre de la Sud¨¢frica moderna, no tendr¨¢ mayor¨ªa absoluta en el Parlamento de Ciudad del Cabo. El resultado de las elecciones celebradas el pasado mi¨¦rcoles ha supuesto una estrepitosa ca¨ªda del CNA, que ahora deber¨¢ llegar a acuerdos con otras fuerzas pol¨ªticas tras 30 a?os de hegemon¨ªa que han transformado Sud¨¢frica en un pa¨ªs finalmente democr¨¢tico, plural y abierto al mundo, pero donde tambi¨¦n se han agudizado importantes problemas como la corrupci¨®n pol¨ªtica, el desempleo y la inseguridad ciudadana.

El CNA ha perdido 17 puntos respecto a los comicios de 2019 hasta caer al 40,2% de los votos. Esto afecta no solo a la aritm¨¦tica parlamentaria para lograr la gobernabilidad del pa¨ªs, sino a la misma jefatura del Estado. El actual presidente y l¨ªder del CNA, Cyril Ramaphosa, deber¨¢ lograr ahora los apoyos necesarios para mantenerse en el cargo. El segundo puesto ha sido para el partido de centroderecha liberal Alianza Democr¨¢tica (DA, en sus siglas en ingl¨¦s) con casi el 23% de los sufragios, el mejor resultado de su historia. Esta formaci¨®n, liderada por John Steenhuisen, de raza blanca y considerado un defensor de esa minor¨ªa, se encuentra en las ant¨ªpodas ideol¨®gicas del CNA y se ha mostrado en principio muy cr¨ªtico con la posibilidad de llegar a un acuerdo con la hist¨®rica formaci¨®n, pero en el nuevo panorama pol¨ªtico sudafricano nada es descartable.

Pero, en t¨¦rminos de juego pol¨ªtico, lo que ha causado verdadero da?o al CNA ¡ªy puede acabar con la carrera pol¨ªtica del presidente Ramaphos¡ª es la irrupci¨®n del uMkhonto We Sizwe (La lanza de la naci¨®n, MK por sus siglas), un partido creado en diciembre por el expresidente Jacob Zuma, obligado a dimitir en 2018 de la presidencia del pa¨ªs por la misma c¨²pula del CNA acusado de corrupci¨®n. MK ha logrado un espectacular 14,6% de los votos y probablemente exigir¨¢ que el presidente Ramaphosa se aparte como condici¨®n previa para cualquier tipo de acuerdo. Es la primera vez en la democracia sudafricana en que la abrumadoramente mayoritaria comunidad negra (el 81% de la poblaci¨®n) ya no se muestra como un bloque homog¨¦neo en las urnas.

Ha terminado as¨ª en Sud¨¢frica la prevalencia pol¨ªtica absoluta de un CNA sostenido por la figura m¨ªtica de Nelson Mandela y su liderazgo en la ca¨ªda del apartheid. Adem¨¢s de las disputas internas, en los votantes tambi¨¦n han pesado los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n pol¨ªtica, una tasa de paro del 33%, que en los j¨®venes ronda el 50%, o las alarmantes cifras de inseguridad con un asesinato cada 20 minutos. Estos son verdaderos desaf¨ªos a los que se enfrenta el nuevo Parlamento sudafricano y que deben estar en lo alto de la agenda durante la etapa de negociaciones pol¨ªticas que se avecina.