Consejos a la juventud
Tras terminar la carrera, me recomendaron opositar, sacar una plaza y tener las tardes para escribir. Ahora la idea me parece el colmo de la sensatez
Fue poco despu¨¦s de terminar la carrera. El historiador y editor Eloy Fern¨¢ndez Clemente, a quien su amigo Jos¨¦ Antonio Labordeta acusaba de haber inventado Arag¨®n, me dijo: ¡°Perfecto, pues ahora haces las oposiciones, sacas una plaza y tienes las tardes para escribir¡±. En ese momento me pareci¨® una propuesta disparatada: ?dar clase en un instituto en un pueblo perdido? Con los a?os, he pensado muchas veces en esa idea, que ahora me parece el colmo de la sensatez.
Alumnos de casi toda Espa?a realizan esta semana las pruebas de acceso a la Universidad. Cada uno recordar¨¢ ese momento a su manera: la adolescencia es una ¨¦poca dram¨¢tica. Yo, sobre todo, me acuerdo del primer d¨ªa, de la Facultad de Econ¨®micas donde hac¨ªamos el examen, de comer en casa de mis abuelos y repasar luego para el examen de Historia (pregunta corta: Francisco Franco; pregunta larga: la Guerra Civil espa?ola; era 1999). Este a?o se ha debatido sobre la conveniencia o no de establecer una EBAU conjunta (14 comunidades aut¨®nomas gobernadas por el PP han acordado hacerlo), y de las dificultades que supone armonizar el nivel de exigencia en todo el pa¨ªs. Un estudio del Observatorio del Sistema Universitario, formado por profesores, personal administrativo y de servicios y estudiantes de las cuatro universidades p¨²blicas de Barcelona, muestra que los estudiantes de centros privados obtienen notas m¨¢s altas en el curso que en la fase general de la EBAU. La calificaci¨®n se calcula ponderando un 60% la nota de curso y un 40% la nota de la prueba, lo que incrementa los efectos de esa disparidad. El estudio del Observatorio tambi¨¦n muestra que hay comunidades aut¨®nomas donde las notas del Bachillerato son mejores que otras: esto es otra fuente de problemas porque hay un distrito ¨²nico.
Entonces, como ahora, aparec¨ªa alg¨²n adulto que te aconsejaba con frivolidad. Los estudios no determinan la profesi¨®n, ni la profesi¨®n la empleabilidad: lo que cuenta es realizarse, dec¨ªan, como si los dem¨¢s no se realizaran. Son los menos, pero a veces es justo a quien quieres escuchar: se presentan como colegas. Es interesante observarles, porque a lo mejor han hecho en su vida algo muy distinto a lo que te aconsejan. Alguien que te respetara m¨¢s te dir¨ªa cu¨¢les son los grados que tienen mejor inserci¨®n laboral (los vinculados a inform¨¢tica, ingenier¨ªa y salud) y peor (arqueolog¨ªa, historia del arte). Puede que, como yo a Eloy, no les hicieras caso. Pero lo primero que se le debe pedir a un adulto no es que te trate como tal, sino que se comporte como si ¨¦l lo fuera.
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