Desear la ultraderecha
Hay sectores en la izquierda y en el feminismo que llaman fascista a cualquier voz que no est¨¦ de acuerdo con ellos
Particip¨¦ en un debate en el que se me acus¨® de ser de extrema derecha por afirmar que los inmigrantes no piden reconocimientos simb¨®licos sino derechos sociales. Yo tampoco me lo pod¨ªa creer y menos viniendo de un sujeto que ni hab¨ªa pisado una f¨¢brica en su vida ni hab¨ªa conocido a ning¨²n miembro del ¡°proletariado¡± que dec¨ªa representar. Fue cuando me di cuenta de que hay un sector en la izquierda que asimila al fascismo cualquier voz que no est¨¦ de acuerdo con ellos y no por defender sus ideas sino por puro ego¨ªsmo arribista. Este es el tal¨®n de Aquiles de la izquierda postmoderna, su narcisismo individualista y su nula conciencia colectiva.
Tambi¨¦n en los debates feministas se han venido produciendo estas actitudes excluyentes y miserables. Judith Butler, en las entrevistas que est¨¢ dando para promocionar su nuevo libro, no tiene reparos en asimilar el feminismo con el que ella no est¨¢ de acuerdo con la extrema derecha. ?En serio? ?De verdad que alguien puede comprarle la moto? ?Alguien con dos dedos de frente, perspectiva hist¨®rica y conocimiento del movimiento por la igualdad puede creer que el feminismo contrario a la existencia de almas sexuadas pertenece al mismo neofascismo que deroga leyes contra la violencia machista o niega la misoginia? ?Qu¨¦ pruebas tiene Butler de que el feminismo es de extrema derecha? Como intelectual y pensadora deber¨ªamos exigirle que aporte datos sobre estas graves acusaciones. Si ha encontrado a feministas afiliadas a la formaciones ultras o que simpaticen con ellas, que lo demuestre.
Sin pruebas ni datos las afirmaciones de la fil¨®sofa (que ha pasado en 30 a?os de pedirnos que deconstruyamos el g¨¦nero a defenderlo como ¡°realidad vivida en el propio cuerpo¡±) no son m¨¢s que difamaciones de una enorme bajeza intelectual y ¨¦tica, puras teor¨ªas de la conspiraci¨®n sin fundamento alguno. Si todo es, seg¨²n estos sagaces pensadores de la izquierda, extrema derecha, m¨¢s espacio les quedar¨¢ a ellos defendiendo la superioridad moral del progresismo que se afanan en patrimonializar. La estrategia no puede ser m¨¢s est¨²pida dada la amenaza real que se nos viene encima. Expulsar a la derecha a toda voz disidente es contribuir a la polarizaci¨®n y achicar las filas de la izquierda. Pero a estos personajes les da absolutamente igual mientras sean ellos quienes se erijan en figuras estelares. Por eso se dir¨ªa que desean, m¨¢s que nadie, que crezca la extrema derecha.
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