Si Pedro S¨¢nchez ¡®peso¨ªza¡¯ a ERC

Espa?a est¨¢ hecha un polvor¨ªn por el ¡°concierto econ¨®mico solidario¡± para Catalu?a, pero en verdad, muchos independentistas recelan sobre si Pedro S¨¢nchez podr¨¢ cumplir el acuerdo entre ERC y el PSC. Es la duda que asiste ahora a una parte de la militancia republicana: si ser¨¢n pesoizados, jerga popularizada en redes sociales para definir aquellas veces en que el PSOE le hace la cama a sus socios, sin querer o queriendo. Aunque si S¨¢nchez no cumpliera con Catalu?a esta vez, es probable que la derecha est¨¦ m¨¢s cerca de llegar al poder.

Basta sondear algunos de los militantes republicanos para observar las distintas l¨ªneas de pensamiento: est¨¢n los que quieren evitar elecciones a toda costa, lo que no quieren ni ver al PSC, y los que se cuestionan si la ¡°soberan¨ªa fiscal¡± es realizable o una utop¨ªa. Y es que el acuerdo entre socialistas y republicanos exigir¨ªa una reforma de la LOFCA (Ley Org¨¢nica de Financiaci¨®n de las Comunidades Aut¨®nomas), si la cesi¨®n fuera m¨¢s all¨¢ de la mera recaudaci¨®n de impuestos y se adentrara en modificar el sistema de reparto entre autonom¨ªas. Es decir, que el PSOE no tendr¨ªa asegurados los apoyos porque deber¨ªa ser aprobada por una mayor¨ªa en el Congreso. Junts ya ha puesto el grito en el cielo para boicotear la consulta republicana. Los partidos del espectro de Sumar, como la Chunta Aragonesista o Comprom¨ªs, reclaman tambi¨¦n lo suyo, bajo amenaza de reventar el acuerdo para Catalu?a.

As¨ª que la militancia de ERC se arroja a un acto de fe, o a la posibilidad de ser pesoizados si se incumple el acuerdo. A fin de cuentas, el chascarrillo You have been Psoed parte de la sensaci¨®n de que negociar con S¨¢nchez es siempre muy complicado, o que tras lo acordado, suelen venir los recortes. Por ejemplo, a ERC le ha costado hasta tres rondas de negociaci¨®n que el presidente haga efectiva la cesi¨®n del Ingreso M¨ªnimo Vital, medida que se aprob¨® en 2020. Ese sentimiento tambi¨¦n es compartido por Junts, Bildu o incluso el propio PNV, quien lleg¨® a quejarse de que La Moncloa les trataba como a un kleenex.

Sin embargo, los republicanos no deben ser vistos como v¨ªctimas: la dirigencia del partido es la primera interesada en investir a Illa, por miedo a hundirse en las urnas. La pregunta enrevesada a la militancia sirve al prop¨®sito de que se apoye el acuerdo. Asimismo, el estigma de que el PSOE incumple sus pactos supone una construcci¨®n interesada. Es ERC quien tard¨® cuatro a?os en reconocer que hab¨ªan pactado los indultos para salvarse de sus penas de prisi¨®n, pese a ser obvio que los socialistas no iban a aceptarles un refer¨¦ndum en la mesa de di¨¢logo. Es Oriol Junqueras quien se march¨® hace unas semanas, aspirando a volver una vez todo haya pasado, lav¨¢ndose as¨ª las manos del resultado de lo que se negocie.

Los militantes m¨¢s optimistas de ERC defienden que el PSC tendr¨¢ esta vez inter¨¦s en plantarse ante el PSOE: creen que a los socialistas catalanes les conviene volver a la senda del catalanismo cumpliendo lo negociado sobre lengua y financiaci¨®n. La formaci¨®n de Salvador Illa ha ido abandonando su vertiente m¨¢s catalanista, alej¨¢ndose de aquel PSC de Pasqual Maragall. Por ejemplo, buscando captar el voto de Ciutadans, Illa aludi¨® en la campa?a electoral a ¡°el Bajo Llobregat¡± ¡ªdenominaci¨®n que raramente se dice en castellano¡ª sumado a un distanciamiento del PSC del modelo de inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica en los ¨²ltimos tiempos. Es decir, que en ERC algunos piensan que al PSOE de S¨¢nchez le interesa mantener su poder¨ªo en Catalu?a, porque resisti¨® en el Gobierno tras el 23-J gracias a su filial catalana. Y sostienen que esa fuerza solo seguir¨¢ creciendo a futuro volviendo a ser el partido de los noventa, haci¨¦ndole una opa al votante posibilista del independentismo.

No es casual que Junts insista en que Illa es el representante del ¡°espa?olismo¡±, para boicotear la tesis posibilista de ERC. Le siguen llamando el ¡°candidato del 155¡å y no le perdonan que acudiera a las manifestaciones del 3 de octubre en Catalu?a. Carles Puigdemont se arriesga a la irrelevancia si no se abre a ning¨²n acuerdo ni con el Illa president, ni con el S¨¢nchez presidente. Y tal como est¨¢ planteado el pacto con ERC, da la impresi¨®n de que los socialistas esperan de ellos un apoyo estable a lo largo de legislatura, que se ir¨ªa renovando por parte de los republicanos a medida que se vayan cumpliendo los puntos fijados.

A la saz¨®n, existe todav¨ªa un argumento m¨¢s potente para valorar si el PSOE se esforzar¨¢ en cumplir lo negociado: S¨¢nchez podr¨ªa perder el poder en otra eventual legislatura, si ello llega a buen puerto. En esencia, porque la amnist¨ªa se aplicar¨¢ a Puigdemont, tarde o temprano, y entonces Junts siempre podr¨¢ decir a los suyos que ahora toca pactar con el Partido Popular, ¡°visto est¨¢, que el PSOE no cumple con sus acuerdos¡±. Este es el mayor riesgo para la izquierda.

En resumen, si ERC es pesoizada es porque al partido le conviene, pero S¨¢nchez tambi¨¦n se juega que Junts y los populares sigan acerc¨¢ndose, como llevan semanas haciendo en el Congreso: migraci¨®n, econom¨ªa¡­ o en cualquier eventual investidura, si Vox dejara de ser alguna vez parte de esa f¨®rmula pol¨ªtica.