Un espect¨¢culo de optimismo para Kamala Harris
El Partido Dem¨®crata arropa a su candidata a la presidencia con un despliegue de energ¨ªa y entusiasmo a la vez que elude los asuntos m¨¢s espinosos
El Partido Dem¨®crata de Estados Unidos, sumido en la resignaci¨®n y las dudas respecto a sus posibilidades en la campa?a presidencial hace solo un mes, ha ofrecido esta semana un espect¨¢culo de optimismo y energ¨ªa. La Convenci¨®n Nacional, clausurada el jueves en Chicago con la proclamaci¨®n de su candidata, Kamala Harris, ha logrado el objetivo de lanzarla como una l¨ªder s¨®lida y cre¨ªble, arropada sin fisuras por todos los rincones del ampl¨ªsimo arco ideol¨®gico que abarca el partido, para afrontar la enorme tarea de convencer a una parte del pa¨ªs de votar a la vicepresidenta a solo 75 d¨ªas de las elecciones. Los dem¨®cratas han ocupado horas y horas de televisi¨®n con mensajes alrededor de las ideas de futuro, libertad, tolerancia y patriotismo, y dejan as¨ª claras las l¨ªneas de contraste con la campa?a personal y revanchista de Donald Trump, y, sobre todo, con un Partido Republicano dividido en el que la fidelidad ciega a un l¨ªder ca¨®tico es la ¨²nica credencial v¨¢lida para ser admitido.
La convenci¨®n de Chicago pasar¨¢ a la historia como un despliegue de mercadotecnia pol¨ªtica apabullante. Un pabell¨®n abarrotado durante cuatro noches, caras de ilusi¨®n, diversidad y un mar de colores patri¨®ticos inundaron el prime time y las redes sociales. Sobre el escenario se vio a todas las estrellas dem¨®cratas, desde la personificaci¨®n del establishment tradicional ¡ªHillary Clinton¡ª hasta la joven izquierdista Alexandria Ocasio-Cortez, adem¨¢s de la habitual contribuci¨®n del mundo del espect¨¢culo. Fue una sucesi¨®n de discursos apasionados que recordaron a los dem¨®cratas que en el pasado fueron capaces de ganar elecciones en las que no cre¨ªa nadie. Ver a Bill Clinton les record¨® c¨®mo gan¨® contra un presidente en ejercicio en medio de una guerra, algo impensable en su d¨ªa. Barack Obama les trajo a la memoria c¨®mo un joven senador negro, semidesconocido y con nombre musulm¨¢n gan¨® a toda la ¨¦lite del partido en unas primarias y despu¨¦s a dos contendientes republicanos de enorme peso pol¨ªtico. El lema motivacional que se abre paso estos d¨ªas entre los dem¨®cratas es ¡°Cuando peleamos, ganamos¡±.
Ese lema tiene varias capas de significado en un partido hundido en el des¨¢nimo hace solo unas semanas. La seguridad de la campa?a en la superioridad de Joe Biden como candidato frente a Donald Trump, al que gan¨® por siete millones de votos en 2020, se hizo pedazos tras el debate en el que dio una imagen de fragilidad que dej¨® al mundo at¨®nito. Convencer a Biden de renunciar a la ree?lecci¨®n fue una operaci¨®n pol¨ªtica de alto riesgo. El presidente pronunci¨® su propio epitafio pol¨ªtico el lunes, con un discurso en un horario tard¨ªo en el que defendi¨® dignamente los logros de su mandato.
Harris era la sustituta obvia por su cargo, pero no por su peso pol¨ªtico: es una mujer negra, impopular como vicepresidenta, sin curr¨ªculum de gesti¨®n, que fracas¨® en unas primarias dem¨®cratas y que produce un gran rechazo entre los republicanos. Pero es justo reconocerle que acept¨® desde el primer momento la enorme responsabilidad de ponerse al frente de una campa?a que, si fracasa, ser¨¢ juzgada con enorme dureza, mientras senadores y gobernadores con m¨¢s predicamento que ella se guardaban sus opciones para otra ocasi¨®n. En solo un mes, la inquietante ventaja de Trump en las encuestas ha desaparecido, y el dinero de los partidarios entra en la campa?a a un ritmo de millones de d¨®lares al d¨ªa.
Este jueves, esa historia se cerr¨® para abrir una nueva, la de Harris candidata. La vicepresidenta acept¨® la nominaci¨®n con la f¨®rmula protocolaria en el minuto 10 de un impactante discurso de una hora de duraci¨®n. Fue una presentaci¨®n de manual: una mujer, hija de inmigrantes, que conoce de primera mano los condicionantes vitales asociados al color de la piel en EE UU, fiscal de distrito en San Francisco y luego fiscal del Estado de California, preocupada por la igualdad de oportunidades y los derechos fundamentales. Harris logr¨® transmitir esa idea indefinida de lo t¨ªpicamente americano y sali¨® revestida de la misma sensaci¨®n de esperanza que consigui¨® Obama en 2008. Igualmente, su compa?ero de candidatura, el gobernador Tim Walz, dio un excelente discurso de padre de familia de clase media para todos los p¨²blicos: exactamente lo que se buscaba en ¨¦l.
Un espect¨¢culo de optimismo como el de Chicago no es un logro menor en un partido que viene de una catarsis sin precedentes en la pol¨ªtica norteamericana moderna. Sin embargo, la inercia del indiscutible ¨¦xito de imagen de esta convenci¨®n es limitada. La recta final de la campa?a empieza ahora, y la falta de rodaje de Harris comenzar¨¢ a hacerse visible. La candidata es muy s¨®lida en un gran tema: la defensa de los derechos reproductivos de las mujeres. Se trata de un asunto capital en esta campa?a, despu¨¦s de que la mitad de EEUU est¨¦ viendo un retroceso de medio siglo en la protecci¨®n al aborto por culpa de Trump y el Supremo. Pero ni en el discurso de este jueves ni en sus actos p¨²blicos ha entrado a¨²n a defender un plan econ¨®mico m¨¢s all¨¢ de enunciados sobre el apoyo a la clase media. Sobre la guerra de Gaza, un asunto que divide a los dem¨®cratas, solo repite la posici¨®n de Biden. No ha dado una sola rueda de prensa o entrevista en un mes, es decir, no ha contestado preguntas independientes. Por ahora, Harris tiene derecho a hacer campa?a defendiendo el legado de Biden sin ser Biden. Ha demostrado ser capaz de revitalizar a su partido y de personificar un mensaje de futuro. Ahora le toca empezar a concretar en qu¨¦ consiste ese futuro.
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