Mr. Beast y el intento de cancelaci¨®n del tipo m¨¢s famoso del mundo: maltrato, transfobia y pedofilia

Que muchos de los posibles lectores de este art¨ªculo no conozcan a Mr. Beast es un ejemplo perfecto de la fama en estos tiempos, tan omn¨ªmoda como segmentada. La criatura en cuesti¨®n se llama James Donaldson, aunque todos le llaman Jimmy. Naci¨® en Kansas hace 26 a?os, lleva en internet desde 2012 y, bueno, con 300 millones de seguidores es de largo el youtuber m¨¢s grande del planeta. Eso, claro, le convierte en una de las celebridades m¨¢s medi¨¢ticas entre los j¨®venes y en una de las m¨¢s ricas. Es el rey de internet, y sus v¨ªdeos suman decenas de millones de visualizaciones en pocas horas. Pero pregunten a alguien mayor de 35 a?os si lo conoce.

Lo cierto es que sus v¨ªdeos son un espect¨¢culo, una mezcla imposible entre El juego del calamar, Humor amarillo y la supervivencia extrema. Igual se entierra en un ata¨²d monitorizado durante siete d¨ªas que pone a dos desconocidos a sobrevivir en un bosque rec¨®ndito durante un par de meses. Tambi¨¦n se lleva a sus amigos durante una semana a una isla desierta o a una cueva sin m¨¢s recursos (se supone) que los estrictamente necesarios para sobrevivir. Adem¨¢s, el chico tiene una querencia particular en dilapidar el dinero: regala casas, regalas tel¨¦fonos y ordenadores, regala coches, regala fajos de billetes, regala yates. La gente que participa en sus v¨ªdeos, si supera las pruebas, gana aut¨¦nticas fortunas.

Paralelamente, ha desarrollado dos l¨ªneas de inversi¨®n muy beneficiosas. Por una parte, ha invertido en negocios: chocolates, aguas, hamburguesas, juguetes (sin entrar a valorar en si son sanos, hay que decir que los chocolates est¨¢n buenos, por cierto). Por otra parte, ha invertido en algo mucho m¨¢s rentable: su propia imagen. Y es que ha usado gran parte de su fortuna (que seg¨²n la fuente oscila entre 100 y 1.000 millones de d¨®lares) en convertirse en un fil¨¢ntropo: ha construido 100 pozos de agua en ?frica, ha creado un proyecto para limpiar los mares y una de sus fundaciones ha plantado ya m¨¢s de 20 millones de ¨¢rboles por el mundo. Mr. Beast es seguido y admirado, pero tambi¨¦n es respetado entre gran parte de la audiencia, que ve en ¨¦l no solo a una celebridad, sino a alguien con valores; un buen chico, un ejemplo a seguir.

El caso es que todo ese imperio se tambalea. Hace un par de a?os, uno de los amigos que aparec¨ªa en los v¨ªdeos, Chris Tyson, fue objeto de insultos tr¨¢nsfobos de muchos usuarios conforme su figura se iba estilizando, su voz afinando y su pelo creciendo. En abril del a?o pasado, Tyson confirm¨® que estaba recibiendo un tratamiento hormonal, se declar¨® no binario y cambi¨® su nombre a Ava. Los insultos tr¨¢nsfobos no amainaron. Jimmy, claro, se puso de su lado.

Pero Tyson est¨¢ ahora en medio de un hurac¨¢n tras las acusaciones de varios youtubers de haber mantenido conversaciones sexuales con menores de edad. Tyson ha desmentido que hiciera grooming, pero ha pedido perd¨®n ¡°a cualquiera que haya herido¡± con sus ¡°inaceptables publicaciones en las redes sociales¡±, y ha anunciado que deja internet para centrarse en su ¡°familia y salud mental¡±. La de Tyson no es la ¨²nica nube en el horizonte: como si de un ataque coordinado se tratara, varios extrabajadores, como el editor de v¨ªdeo Ty Ore, han se?alado a Mr. Beast por impagos, manipulaciones visuales y robo de ideas. Y uno de los participantes en un v¨ªdeo, Jake Weddle, ha denunciado que se sinti¨® torturado cuando, para un episodio, accedi¨® a pasar un mes completamente aislado a cambio de 300.000 d¨®lares. Mr. Beast no ha tratado este tema, pero al d¨ªa se publican 250 v¨ªdeos tratando de desacreditarle.

El tipo m¨¢s famoso del mundo se enfrenta as¨ª a una tormenta perfecta que ha revolucionado internet. Puede ser una conspiraci¨®n para tumbar su imperio, pero tambi¨¦n puede ser algo m¨¢s simple y terror¨ªfico. Muchas de las celebridades digitales, sobre todo las enfocadas en un p¨²blico m¨¢s joven, han estado hasta ahora viviendo en una suerte de brillantes a?os cincuenta, amasando fortunas pero salvaguardadas de algunas de las sombras que hoy comporta la fama ordinaria ¡ªacusaciones medi¨¢ticas antes que jur¨ªdicas, juicios paralelos, enfrentamiento entre defensores y detractores, odios inmerecidos e implacables¡ª. Un mundo feliz que, sencillamente, quiz¨¢ se ha roto. Los tribunales hablar¨¢n si todo esto se judicializa, pero, entretanto, bienvenido a la fama de los adultos, Jimmy. Con todas sus luces, y todas sus miserias.