El deber de toda una sociedad
Los asesinatos machistas se multiplican en los momentos en que la relaci¨®n social y familiar es m¨¢s intensa, lo que exige implicar a toda la ciudadan¨ªa
La ¨²ltima memoria de la Fiscal¨ªa General del Estado, correspondiente a 2023 y presentada este jueves, precisa con n¨²meros una apreciaci¨®n com¨²nmente repetida al analizar los asesinatos machistas en Espa?a: en los periodos del a?o en que la relaci¨®n familiar es m¨¢s intensa (vacaciones ¡ªespecialmente de verano¡ª, fines de semana o d¨ªas festivos) se cometen m¨¢s feminicidios. Por vez primera, la Fiscal¨ªa ha tenido en cuenta los asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o exparejas no solo por meses, sino tambi¨¦n por d¨ªas, distinguiendo entre laborables y festivos. De los 1.073 feminicidios registrados desde 2006, el 45,8% se concentr¨® en cinco meses: los tres de las vacaciones de verano y los dos de las navide?as.
Un solo crimen machista ya es un fracaso que incumbe a toda la sociedad, por lo que la clave es c¨®mo hacer frente a un drama que se ha llevado por delante la vida de 1.278 mujeres desde 2003, cuando empieza la estad¨ªstica oficial. Espa?a dispone de una buena red legal y de atenci¨®n a las v¨ªctimas, y cada vez es mayor la sensibilidad colectiva en una sociedad todav¨ªa muy machista. Pese a ello, y a que el primer responsable de un asesinato es quien lo comete, resulta imprescindible reforzar los mecanismos de protecci¨®n de las mujeres en situaci¨®n de riesgo. Interior se comprometi¨® en diciembre, ante un repunte de asesinatos, a mejorar los criterios de actuaci¨®n de VioG¨¦n, el sistema de seguimiento de la violencia de g¨¦nero, que manten¨ªa activos a fecha de 31 de agosto pasado m¨¢s de 98.100 casos, casi 17.000 m¨¢s que en la misma fecha de 2023. Sin embargo, ning¨²n sistema resulta infalible, como muestra que las dos ¨²ltimas asesinadas (en Castell¨®n y Madrid) hab¨ªan estado bajo el paraguas de VioG¨¦n, pero en este momento carec¨ªan de medidas judiciales de protecci¨®n.
Todo recurso que d¨¦ m¨¢s seguridad a una maltratada resulta necesario, pero ese empe?o ser¨¢ incompleto sin una mayor participaci¨®n de toda la sociedad para sacar a la luz muchos episodios de violencia oculta que no llegan a denunciarse. De ah¨ª la vital importancia de que los entornos de las v¨ªctimas sean m¨¢s proactivos para no silenciar estas situaciones. Sin una mayor implicaci¨®n de la ciudadan¨ªa, especialmente de los m¨¢s pr¨®ximos a las maltratadas, los esfuerzos institucionales pueden resultar insuficientes.
Cada d¨ªa del a?o pasado se registraron 546 denuncias por violencia de g¨¦nero; de todas ellas (cerca de 200.000), apenas un 1,82% fueron presentadas por el entorno de la v¨ªctima, seg¨²n los ¨²ltimos datos del Poder Judicial. La implicaci¨®n social puede adem¨¢s contribuir a que las propias mujeres den el paso de denunciar. En el 75% de los feminicidios perpetrados en la ¨²ltima d¨¦cada, la asesinada no hab¨ªa denunciado antes a su agresor. Cuando lo que est¨¢ en juego es la vida de una mujer, protegerla es un deber de la sociedad entera.
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