Un modelo para todos
El debate sobre la financiaci¨®n auton¨®mica, necesario para superar un sistema caduco, debe trascender los intereses partidistas
Las reuniones consecutivas de los barones del PP y del comit¨¦ federal del PSOE, el viernes y ayer respectivamente, alrededor del controvertido pacto de investidura de Salvador Illa entre Esquerra y PSC permiten sacar algunas conclusiones. La iniciativa la lleva por ahora Pedro S¨¢nchez, que ha convertido la mera t¨¢ctica oportunista denunciada por Feij¨®o ¡ªfinanciaci¨®n singular a cambio de votos en el Parlament¡ª en una estrategia de federalizaci¨®n de Espa?a a partir de la reforma de la financiaci¨®n auton¨®mica, cuyo planteamiento deber¨ªa culminar este noviembre en el 41? congreso socialista, en el que presentar¨¢ su candidatura a la reelecci¨®n como secretario general. Lo anunci¨® ayer mismo, una forma tanto de despejar las dudas como de apretar las filas ante un debate que levanta ampollas entre algunos de sus l¨ªderes territoriales.
Tras el doble envite, el PSOE quiere presentarse como el partido que pretende superar una d¨¦cada de crisis social e institucional en Catalu?a con repercusiones en toda Espa?a mientras el PP se mantiene a la defensiva, como el partido de la desconfianza y del reproche hacia la intentona secesionista, que le interesa mantener viva para desgastar a un Gobierno apoyado por quienes la organizaron.
Ya est¨¢ claro que los detalles de la propuesta federalizadora solo empezar¨¢n a conocerse a partir del congreso de Sevilla. De momento, conocemos los principios, con los que dif¨ªcilmente pueden estar en desacuerdo los barones socialistas disidentes e incluso el PP completo. Si el marco del debate debe ser el de los estatutos de autonom¨ªa, la Constituci¨®n y la LOFCA ¡ªtal como explic¨® esta semana la vicepresidenta Montero en el Senado¡ª, la reforma final debe basarse en la autonom¨ªa financiera, la coordinaci¨®n, la solidaridad y la transparencia, con el objetivo de conseguir la suficiencia de recursos, la corresponsabilidad fiscal, la equidad y la lealtad institucional. S¨¢nchez a?adi¨® ayer que es posible reconocer singularidades, transferencias competenciales nuevas e incluso la recaudaci¨®n y gesti¨®n de los impuestos por parte de quien lo desee, as¨ª como contar con una mayor aportaci¨®n del Estado a la financiaci¨®n auton¨®mica.
De ah¨ª que tenga poco sentido la apelaci¨®n de Feij¨®o a boicotear el debate bilateral entre las autonom¨ªas y el Gobierno. Aunque esquem¨¢ticamente a¨²n, la discusi¨®n del sistema de financiaci¨®n ya est¨¢ abierta, y ser¨ªa irresponsable que una comunidad se negara a participar en todos los foros posibles anteponiendo los intereses de su partido a los de sus ciudadanos. Especialmente cuando todos los actores pol¨ªticos y econ¨®micos reconocen las disfunciones que provoca a diario un sistema que lleva 10 a?os caducado. Un partido de Estado como el PP no puede renunciar a proponer, contrarrestar o matizar sobre el modelo territorial justo cuando cuenta con la mayor¨ªa de ese poder.
No puede haber una Espa?a del PP y una Espa?a del PSOE y sus socios. Los populares tienen todo el derecho a las cr¨ªticas y cautelas para evitar la legitimaci¨®n prematura del contenido fiscal del acuerdo catal¨¢n ¡ªcr¨ªticas que tambi¨¦n expresan algunos barones socialistas¡ª, pero no deber¨ªa deslegitimar el di¨¢logo y la posibilidad de pactos. Es obligaci¨®n de los partidos que se consideran constitucionalistas favorecer la deliberaci¨®n. Hay una sola Espa?a, muy plural y diversa, con instituciones obligadas a promover el encuentro y a buscar acuerdos en los que todos cedan y todos ganen. As¨ª, no deja de ser parad¨®jico que PSOE y PP, tan enfrentados en todo, coincidan en los principios generales sobre la solidaridad, la suficiencia financiera y la necesaria constitucionalidad del sistema. Por no hablar de todas las singularidades que el propio PP tambi¨¦n defendi¨® en el pasado. Basta con acudir al programa del PP catal¨¢n en 2012 para comprobar que varias de sus propuestas son casi id¨¦nticas a las que critica ahora.
Liderar el proceso y hacer todo lo necesario para que sea incluyente y transversal le corresponde, no obstante, a quien ha abierto el debate. Aunque no todo se resuelve con el dinero aportado por el Estado y est¨¢n casi todos los n¨²meros por hacer, si el Gobierno central quiere subir el nivel de la discusi¨®n t¨¦cnica, tendr¨¢ que ir m¨¢s all¨¢ de anunciar, como ha hecho esta semana S¨¢nchez, que duplicar¨¢ la dotaci¨®n del fondo de compensaci¨®n territorial, porque hoy solo supone un raqu¨ªtico 0,3% de la financiaci¨®n de las comunidades. La aportaci¨®n del Estado para la gesti¨®n de las competencias actualmente infrafinanciadas es una de las claves. La otra es la corresponsabilidad fiscal, mayor cuanto m¨¢s se ajustan las responsabilidades de recaudaci¨®n con las de gasto. Bajo la presidencia de Illa, Catalu?a debe actuar con el mismo principio que la guio en los primeros pasos de la construcci¨®n auton¨®mica, expresados entonces por el ponente constitucional, Miquel Roca: nada de lo que obtenga en competencias o en financiaci¨®n se le puede negar al resto de las autonom¨ªas.
S¨¢nchez subray¨® ayer que el debate es entre modelos y no entre territorios. Ahora falta por saber el detalle de su modelo y la propuesta del PP para sacar del vac¨ªo ret¨®rico una discusi¨®n que es crucial para Espa?a y que debe, por tanto, huir del bipartidismo e incluir a todas las fuerzas parlamentarias. Buena muestra de la importancia y la complejidad de cualquier modificaci¨®n del sistema de financiaci¨®n auton¨®mica, y mucho m¨¢s de la organizaci¨®n territorial, es que entre los socios del PSOE hay m¨¢s modelos que grupos parlamentarios y no pocas tensiones internas. Sacar este asunto de la disputa de suma cero entre territorios ¡ªen la que alguien pierde siempre lo que el otro gana¡ª es fundamental para el PSOE, que ha tomado la iniciativa, pero tambi¨¦n para el PP, que tiene la obligaci¨®n de ofrecer alternativas en lugar de limitarse a decir que no a todo. La econom¨ªa tendr¨¢, sin duda, mucho que decir en los pr¨®ximos meses, pero la pol¨ªtica debe ir por delante.
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