Metamorfosis
Cuando nuestras vidas cambian constantemente, y m¨¢s en los tiempos que corren, un gesto de cercan¨ªa o cari?o influye m¨¢s que todo el dinero del mundo
Sucede indefectiblemente en la segunda semana de septiembre, cada a?o. Cientos de ni?os padecen ocasionalmente diversas formas de insomnio. Les cuesta dormirse, dan vueltas en la cama, algunos lloran en silencio, otros se angustian durante un rato largo hasta reencontrar la paz del sue?o. Van a empezar el cole, van a volver a clase, van a cambiar de curso, van a cambiar de centro. Algunos incluso sufren porque piensan que todo va a seguir igual y no querr¨ªan que as¨ª fuera, por razones que ni siquiera se han atrevido a explicarse a s¨ª mismos o a sus seres queridos. No s¨¦ por qu¨¦ nunca se presta la suficiente atenci¨®n a estas inquietudes infantiles. Por una vez podr¨ªan abrir el telediario en lugar de con el dudoso informe sobre el coste monetario de la vuelta al cole, muchas veces basado en el est¨ªmulo comercial m¨¢s que en ning¨²n elemento notable. ?Se imaginan? Los j¨®venes espa?oles atraviesan sus noches de angustia, dir¨ªa el titular. Como muchos hemos pasado por esos desvelos, conocemos la inquietud de empezar el curso. Pero algo m¨¢s importante, confiamos en la capacidad humana para la metamorfosis.
Si algo nos caracteriza es una enorme habilidad para acoplarnos a las necesidades. Nuestro cuerpo en la adolescencia se descompone dentro de s¨ª mismo. No hay joven que no pugne por ocupar desde el interior los nuevos espacios que su anatom¨ªa le ofrece desde el exterior, a veces con una extra?eza notable. Frente al espejo se preguntan: ?este soy yo? Pues del mismo modo tambi¨¦n los elementos sociales nos obligan a la transformaci¨®n personal. Por eso son tan importantes los acomodos amables, porque la gente se convierte en aquello que le rodea y a lo feo y hostil le corresponde un car¨¢cter feo y hostil. Por eso, incluso en las peores condiciones de vida, un gesto de cercan¨ªa o cari?o tiene m¨¢s influencia en el futuro que todas las cuentas corrientes del mundo. Hace poco, he le¨ªdo que un pueblo de Grecia llamado Metamorfosis est¨¢ obligado a mudarse de lugar porque padece las consecuencias del cambio clim¨¢tico. Igual que sucede en Indonesia, donde a Yakarta pretenden sustituirla por otra capital sostenible, la ¨²ltima tempestad volvi¨® arrasar con toneladas de agua ese lugar de Tesalia, y sus vecinos parece que quieren encarar el futuro con mejores garant¨ªas. Resulta una met¨¢fora afortunad¨ªsima del destino que les espera a grandes zonas de Espa?a si no afrontamos de cara el desaf¨ªo clim¨¢tico que nos devora. Otro mal sue?o tras el verano t¨®rrido.
Cada ocasi¨®n en la que cumplimos a?os nos enfrentamos al futuro con la misma angustia que los chicos al primer d¨ªa de clase. Nos perturban los elementos novedosos, desconocidos. Tambi¨¦n aquellos que son abiertamente hostiles, m¨¢s hoy, cuando las redes sociales han fomentado una especie de cacer¨ªa gratuita, donde est¨¢n las tuber¨ªas virtuales llenas de matones, abusones y perdonavidas. Pero la mayor de las metamorfosis tiene que ver con nosotros mismos, con la repercusi¨®n del futuro en nuestra construcci¨®n. La m¨¢xima incertidumbre es la de no saber c¨®mo afrontar alguno de los retos, conocedores como somos de nuestras carencias. A lo que m¨¢s miedo le tenemos es a no disponer de las armas apropiadas, casi todas ¨ªntimas, basadas en la solidez personal adquirida a trav¨¦s del conocimiento, el car¨¢cter, la amistad, el relevo generacional. Vecinos todos de un pueblo llamado Metamorfosis, no queda otra que combinar fortaleza y flexibilidad para adentrarse en el nuevo curso. Felices sue?os.
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