Trump no es un genio del mal

No me hab¨ªa dado cuenta hasta que Lenore Taylor, directora de The Guardian en Australia, visit¨® Estados Unidos en 2019 y fue a una de sus conferencias. La periodista llevaba 30 a?os cubriendo pol¨ªtica y casi una d¨¦cada exponi¨¦ndose a la misma raci¨®n diaria de titulares que todos nosotros, si no m¨¢s. Y, sin embargo, se encontr¨® que no estaba ¡°preparada para la alarmante incoherencia del presidente¡±. Y sinti¨® que hab¨ªa sido estafada por medios que llevaban a?os tapando sus desvar¨ªos. No los medios afines a su persona o vinculados a su agenda pol¨ªtica, como Fox News o Breitbart, sino por los medios liberales, incluyendo el suyo: The Guardian, The Washington Post, The New York Times.

Parece inveros¨ªmil, pero quiz¨¢ es inevitable. Una parte importante del trabajo de un periodista es explicar lo que significan las cosas. Por ejemplo, qu¨¦ significa cuando Amazon dice que ¡°supera los 1,55 GW de capacidad renovable en Espa?a¡±. O qu¨¦ significa que Esperanza Aguirre diga que se siente ¡°enga?ada y traicionada¡± por los que financiaron ilegalmente sus campa?as a la presidencia del PP de Madrid. Y otra parte importante del trabajo es hacerse entender, en el espacio disponible. Hay que sintetizar sin dejar de tener sentido, a menudo sin controlar el contexto, casi siempre contra reloj. ¡°Me di cuenta de c¨®mo los periodistas que cubren a Trump editan y analizan sus palabras¡±, escribi¨® Taylor, ¡°para encajarlas en p¨¢rrafos secuenciales e imponer sentido donde es dif¨ªcil de detectar¡±.

El jefe de The Atlantic, Jeffrey Goldberg, lo llama sesgo hacia la coherencia. ¡°Funciona as¨ª: Trump suena como un loco, pero no puede estar loco, porque es el candidato presunto a la presidencia de un partido importante, y ning¨²n partido importante nominar¨ªa a alguien que est¨¢ loco¡±, escribe en su bolet¨ªn. ¡°Por lo tanto, es nuestra responsabilidad suavizar su ret¨®rica, identificar cualquier atisbo de significado, tomar a la ligera sus declaraciones extra?as y racionalizarlas¡±. Rebecca Solnit tiene una etiqueta mejor: sanewashing. ¡°Su incapacidad para ser coherente queda pr¨¢cticamente oculta para el p¨²blico, a menos que est¨¦n escuchando directamente o leyendo medios alternativos¡±, dice. En nuestro esfuerzo por mantener el sentido, por gestionar la disonancia cognitiva que domina la campa?a, estamos haciendo luz de gas al lector. Esta situaci¨®n, hasta entonces parad¨®jica, se volvi¨® insostenible cuando esos mismos medios le cortaron la cabeza a Biden por perder el hilo en el debate presidencial del 27 de junio en la CNN.

En ese sentido, el primer debate entre Donald Trump y Kamala Harris en ABC marca un punto de inflexi¨®n. No solo porque Harris sugiere a los oyentes que vayan a un mitin de Trump, para verlo por s¨ª mismos, sino porque, al tocar al oponente en su punto m¨¢s d¨¦bil, poniendo en duda su popularidad, Trump ofreci¨® un tr¨¢iler de lo que podr¨ªan escuchar en uno de esos mitines: que hay haitianos ¡°ilegales¡± que se comen a los gatos de los vecinos de Springfield y Estados que ¡°tienen abortos en el noveno mes¡± y, ¡°en otras palabras, ejecutan al beb¨¦¡±.

Pete Buttigieg dice que los desvar¨ªos son su estrategia para que hacernos de gente comiendo gatos o gansos en lugar de la p¨¦rdida de empleo durante su mandato, que su ¨²nica promesa cumplida fue recortar impuestos para los ricos o de c¨®mo destruy¨® el derecho a elegir en este pa¨ªs. Todos preferimos pensar que el presidente que sugiri¨® inyectarse lej¨ªa para limpiar la covid tiene un plan.