Una sociedad corrompida por el odio
Los lectores escriben sobre el crimen hom¨®fobo de Samuel Luiz, el acceso a la vivienda, la organizaci¨®n territorial de Espa?a y los futbolistas que aceptan jugar en pa¨ªses que violan los derechos humanos
Queda menos de un mes para que se inicie el juicio por el crimen de Samuel Luiz, y no puedo evitar pensar en qu¨¦ mensaje mandaremos a la sociedad. Cinco acusados se sentar¨¢n en el banquillo para explicar por qu¨¦ mataron a golpes a un joven al grito de ¡°maric¨®n¡±. Seis minutos de eterna tortura donde la raz¨®n y libertad de ser se convirtieron en un pecado mortal para Samuel Luiz, que hoy tendr¨ªa 27 a?os. Entre golpes, sus agresores le hicieron creer que lo que era, lo que sent¨ªa, no era lo correcto en una sociedad corrompida por el odio. El jurado popular tiene en su mano demostrar que la verg¨¹enza debe y puede cambiar de bando. Justicia, reparaci¨®n y dignidad.
Miguel Villar Rodr¨ªguez. Ribadavia (Ourense)
Acceso a la vivienda
El precio de la vivienda sigue subiendo sin control, tanto para la compra como para el alquiler, especialmente en las grandes ciudades. Este problema est¨¢ afectando a miles de familias que no pueden permitirse un hogar digno. Las pol¨ªticas actuales no han sido suficientes para frenar esta burbuja inmobiliaria. Urge que las autoridades implementen medidas m¨¢s contundentes para regular el mercado, aumentar la oferta de vivienda social y proteger a los inquilinos de los abusos. La vivienda es un derecho, no un lujo, y garantizar su acceso debe ser una prioridad pol¨ªtica. Adem¨¢s, es fundamental fomentar el desarrollo de viviendas asequibles en ¨¢reas suburbanas y rurales para aliviar la presi¨®n sobre las zonas urbanas. La colaboraci¨®n entre gobiernos, sector privado y sociedad civil ser¨¢ crucial para encontrar soluciones sostenibles.
Gerard Olona Riera. Barcelona
Un pa¨ªs fosilizado
Cada vez que se menciona la palabra ¡°federal¡±, la derecha espa?ola sufre convulsiones. Al parecer, seg¨²n ella, Espa?a no puede cambiar su forma y estructura actual. Sin embargo, un pa¨ªs, como un ser vivo, est¨¢ llamado a tener cambios graduales a trav¨¦s de la historia, y una evoluci¨®n hacia una estructura federal deber¨ªa poder debatirse sin despertar tales rechazos. M¨¢s que conservadora, la derecha parece anhelar un pa¨ªs congelado en la historia, fosilizado.
Jes¨²s Mallol. Rota (C¨¢diz)
¡°Tradiciones¡±
Dijo Quique S¨¢nchez Flores el pasado d¨ªa 13 en el programa de deportes de la SER El Larguero que entrenar en pa¨ªses como Arabia, Qatar o Dub¨¢i refuerza su econom¨ªa y lo que all¨ª pasa son tradiciones que no est¨¢ en su mano cambiar, as¨ª que probablemente vuelva a trabajar por esas tierras. Llamar ¡°tradici¨®n¡± a la situaci¨®n de las mujeres en esos pa¨ªses es espeluznante, pero es m¨¢s terrible todav¨ªa observar c¨®mo, desde ciertos foros y medios de comunicaci¨®n, se blanquean sus declaraciones e incluso se le jalea por su sinceridad y valent¨ªa al reconocer que, mientras haya dinero de por medio, qu¨¦ m¨¢s dan la esclavitud a la que est¨¢ sometida gran parte de la poblaci¨®n, la persecuci¨®n del colectivo LGTBI o las largas penas de prisi¨®n, e incluso la aplicaci¨®n de la pena de muerte, tras juicios injustos.
Alicia Ubago Otero. Logro?o
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