La tecnolog¨ªa del malestar
Jam¨¢s tuvimos tantos datos sobre nosotros mismos, pero ?qu¨¦ nos pasa?
En casa tenemos dos pulseras de actividad, una b¨¢scula inteligente, un tensi¨®metro, un pulsiox¨ªmetro, un medidor de flujo de pico y un par de m¨®viles llenos de sensores y aplicaciones. Entre todos miden ¨Dcon una precisi¨®n que oscila entre la certificaci¨®n como dispositivo m¨¦dico y el hor¨®scopo¨D los pasos caminados, la distancia recorrida, las calor¨ªas quemadas, la duraci¨®n del sue?o con sus tiempos y fases (vigilia, REM, ligero, profundo), la frecuencia card¨ªaca y respiratoria diurna y nocturna, su variabilidad, la intensidad del ejercicio f¨ªsico y el nivel de recuperaci¨®n ante su pr¨¢ctica, la...
En casa tenemos dos pulseras de actividad, una b¨¢scula inteligente, un tensi¨®metro, un pulsiox¨ªmetro, un medidor de flujo de pico y un par de m¨®viles llenos de sensores y aplicaciones. Entre todos miden ¨Dcon una precisi¨®n que oscila entre la certificaci¨®n como dispositivo m¨¦dico y el hor¨®scopo¨D los pasos caminados, la distancia recorrida, las calor¨ªas quemadas, la duraci¨®n del sue?o con sus tiempos y fases (vigilia, REM, ligero, profundo), la frecuencia card¨ªaca y respiratoria diurna y nocturna, su variabilidad, la intensidad del ejercicio f¨ªsico y el nivel de recuperaci¨®n ante su pr¨¢ctica, la saturaci¨®n de ox¨ªgeno en sangre, el ¨ªndice de perfusi¨®n, la temperatura cut¨¢nea, el peso, la cantidad de agua, prote¨ªna y grasa ¨Dincluida la visceral y subcut¨¢nea¨D del cuerpo, el ¨ªndice de masa muscular, la cantidad de masa ¨®sea, la tasa metab¨®lica basal, la presi¨®n arterial o el volumen de aire m¨¢ximo expulsado por los pulmones.
Yo registro, adem¨¢s, el ciclo menstrual; ¨¦l, sus sesiones de entrenamiento; y ambos, cuando nos acordamos, variables como el estr¨¦s percibido o el tiempo dedicado a meditar. As¨ª explicado, podemos parecer imb¨¦ciles, y no descarto la posibilidad, pero en ese caso a¨²n nos queda mucho recorrido. Nuestros aparatos no cuestan ni la mitad que un reloj inteligente de gama alta capaz de pedir ayuda por s¨ª solo cuando detecta una emergencia. No monitorizamos la dieta con esos parches que, conectados a una aplicaci¨®n, miden la variaci¨®n de glucosa en sangre en no diab¨¦ticos; tampoco tenemos dispositivos de bio feedback o nos hemos hecho esos tests gen¨¦ticos que desvelan, por ejemplo, qu¨¦ suplementos te sientan mejor.
Quiz¨¢ una de las revoluciones tecnol¨®gicas m¨¢s silenciosas y radicales de los ¨²ltimos tiempos ha sido la del bienestar. La lucha diaria por eliminar ese malestar difuso que no sabemos identificar ha creado un gran negocio. ?Qu¨¦ nos pasa? ?Ser¨¢ la dieta, el estr¨¦s, el sue?o, los t¨®xicos ambientales, la salud mental? ¡°Mi fantas¨ªa m¨¢s secreta es que me caigo en la calle y me llevan al hospital. Me hacen una serie de test y encuentran que me falta cierta vitamina. Empiezo a tomarla y me convierto en la persona m¨¢s lista y feliz sobre la faz de la Tierra porque todos mis problemas los causaba esa deficiencia¡±, dijo alguien en X estos d¨ªas, resumiendo la sensaci¨®n. Buscamos pistas y protocolos, escuchamos a Andrew Huberman, Cristina Mitre y Marcos V¨¢zquez, desterramos el m¨®vil del dormitorio y probamos el entrenamiento de fuerza, las duchas fr¨ªas, el magnesio. Jam¨¢s tuvimos tantos datos sobre nosotros mismos. Tampoco unos tiempos de espera tan largos para la atenci¨®n m¨¦dica p¨²blica.
A veces encontramos un patr¨®n ¨²til. Por ejemplo, tras meses midiendo mi sue?o not¨¦ que cualquier m¨ªnima cantidad de alcohol aumenta mis pulsaciones nocturnas y me impide descansar bien. ?Que todo el mundo lo sabe? ?Que se lo pod¨ªa haber preguntado a mi doctora? Cierto. ?Que necesitaba ver las cifras yo misma? Cierto tambi¨¦n. El lado oscuro de la revoluci¨®n de la salud est¨¢ cerca: acechan la hipocondr¨ªa y el contagio social de algunas patolog¨ªas, crece la desinformaci¨®n. El mismo m¨®vil que me permite almacenar un prodigio de informaci¨®n facilita que me bombardeen con v¨ªdeos de teor¨ªas desquiciadas sobre el origen y la curaci¨®n de las enfermedades. La tecnolog¨ªa avanza, pero parece que a¨²n no somos capaces de separar ciencia y magia, o de encontrar la diferencia entre datos y conocimiento, solo de amplificar el alcance de todo ello.