Edmundo Gonz¨¢lez: perseguido en Caracas, manoseado en Madrid
La victoria del opositor venezolano ha consistido de momento en marcharse y convertirse en saco de boxeo para los dem¨¢s
Todo pol¨ªtico venezolano de la oposici¨®n sabe que ha elegido una profesi¨®n de alto riesgo: posible c¨¢rcel, segura persecuci¨®n, difamaci¨®n y exilio han acompa?ado a quienes se han atrevido y logrado alcanzar una cierta forma de victoria, la ¨²nica posible en una dictadura donde solo puede vencer ?sorpresa! el presidente. Lo que no esperaba seguramente el l¨ªder opositor actual es sumar a todo lo anterior una aberrante colecci¨®n de miserias en las que participa el Partido Popular, adem¨¢s del propio r¨¦gimen.
Edmundo Gonz¨¢lez, hombre de 75 a?os que se decidi¨® a prestar su nombre y andadura a una lista electoral en la que la verdadera l¨ªder, Mar¨ªa Corina Machado, est¨¢ vetada, est¨¢ siendo sometido a vejaciones por parte del r¨¦gimen mientras, a este lado del Atl¨¢ntico, el PP le manosea y utiliza en su batalla contra el Gobierno.
El pistoletazo de salida lo dio Gonz¨¢lez Pons cuando critic¨® la acogida espa?ola de Gonz¨¢lez por ¡°quitarle un problema a la dictadura¡±, cuando d¨ªas antes figuras de su partido hab¨ªan pedido exactamente eso: asilarle. Y la escalada se hizo execrable esta semana cuando el mismo portavoz acus¨® a S¨¢nchez de participar en un golpe de Estado para perpetuar a Maduro y coaccionar para ello a Edmundo Gonz¨¢lez.
Tan ruidosa ha sido la acusaci¨®n que el pobre l¨ªder opositor, punching ball de la pol¨ªtica interna espa?ola, tuvo que salir a desmentir al PP: nunca fue coaccionado por Espa?a. Casi al mismo tiempo, desde Caracas le acusaban de desprender un tufillo alcoh¨®lico en la negociaci¨®n de su exilio.
El r¨¦gimen de Venezuela debe de estar mucho peor de lo que creemos, a juzgar por las ¨²ltimas maniobras rastreras con tufillo ¡ªeste s¨ª¡ª al comunismo decadente de los setenta. Las acusaciones surrealistas a los dos espa?oles detenidos, que aparentemente llegaron a Venezuela y empezaron a llamar por tel¨¦fono a la oposici¨®n, en plan Gila, para comprar explosivos para atentar contra el r¨¦gimen; o las que destinan a Edmundo Gonz¨¢lez como viejo, alcoholizado y medicado, pueden causar risa como los discursos sovi¨¦ticos en sus estertores, pero su poder no tiene ninguna gracia. Este r¨¦gimen caer¨¢, como cayeron aquellos, pero la amenaza contra las personas que se cruzan a su paso es dolorosa, insoportable.
?Y el PP? Acaso tambi¨¦n est¨¢ mucho peor de lo que creemos cuando se lanza a acusar de golpe de Estado para perpetuar a Maduro al mismo Gobierno al que el mismo Maduro tambi¨¦n acusa de golpe de Estado para derribarlo. Perdonen el l¨ªo verbal, pero esta guerra de golpes de Estado opuestos es literal.
El futuro dir¨¢. De momento, por sanidad democr¨¢tica, convendr¨ªa quitar las sucias manos (en sentido verbal) de un hombre cuya victoria ha consistido en marchar, exiliarse y verse convertido en saco de boxeo para los dem¨¢s.
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