En la mente del jugador de ajedrez
Extirpar un trozo de cerebro humano requiere una enorme precisi¨®n y un profundo conocimiento. Corta aqu¨ª y adi¨®s lenguaje, un poco m¨¢s all¨¢ y se acab¨® el caminar
Los neurocirujanos se enfrentan a decisiones muy dif¨ªciles cuando tienen que tratar una epilepsia grave, reparar un aneurisma o eliminar un tumor cerebral. Por lo general tienen claro cu¨¢l es la parte del c¨®rtex (corteza cerebral) que est¨¢ causando el problema y poniendo en riesgo la vida del paciente, pero el c¨®rtex es la sede de la mente, y est¨¢ hecho de m¨®dulos distribuidos en una geograf¨ªa compleja y confederal. Mientras que cortar por lo sano puede ser una opci¨®n sensata en el resto del cuerpo, extirpar un trozo de mente humana requiere una enorme precisi¨®n y un profundo conocimiento para no causar un da?o a¨²n peor del que pretendes evitar. Corta aqu¨ª y adi¨®s lenguaje, un poco m¨¢s all¨¢ y se acab¨® el caminar, mueve el bistur¨ª un mil¨ªmetro m¨¢s all¨¢ del tumor y la persona que duerme anestesiada en tu quir¨®fano se despertar¨¢ con una vida que ni merece la pena vivirse. Como amante del jazz recuerdo muy bien el caso de Pat Martino, mi guitarrista favorito. Era un prodigio del instrumento desde muy joven, pero sufri¨® un aneurisma cerebral a los 36 a?os, los cirujanos le operaron y, cuando despert¨®, su arte ya no estaba all¨ª. Le llev¨® 14 a?os recuperarlo a base de escuchar sus propios discos y reaprender todo lo que hab¨ªa aprendido de chaval. Muri¨® hace tres a?os como uno de los grandes guitarristas de la historia del jazz. O quiz¨¢ habr¨ªa que decir como dos grandes guitarristas, uno antes y otro despu¨¦s de pasar por el quir¨®fano.
Pero ahora vamos a ocuparnos del ajedrez, que acaso deba considerarse tambi¨¦n un arte. Un grupo de 13 neurocient¨ªficos y cirujanos de la Universidad de Barcelona y otros centros de la ciudad, coordinado por Antoni Rodr¨ªguez-Fornells, acaba de presentar un logro extraordinario en este campo. Su paciente es un jugador de ajedrez con un tumor en el l¨®bulo parietal del c¨®rtex, por encima y un poco por detr¨¢s de la oreja izquierda, que hab¨ªa que extirpar para salvar su vida. El paciente expres¨® la voluntad de conservar su capacidad de ajedrecista, y los cient¨ªficos han hecho todo lo posible por respetar ese deseo.
Nadie sabe d¨®nde mapea el ajedrez en el cerebro, as¨ª que el equipo ha dise?ado un protocolo para localizar, a cr¨¢neo abierto y con el paciente despierto, tres funciones que probablemente se requieren para esa actividad y que mapean en las cercan¨ªas del tumor: la b¨²squeda visual, el reconocimiento de reglas y la anticipaci¨®n de un jaque mate. Tambi¨¦n han usado t¨¦cnicas de imagen para localizar otras funciones relacionadas con el juego y pr¨®ximas a la lesi¨®n. Todas esas pruebas apuntan al giro supramarginal, una circunvoluci¨®n cerebral implicada en el procesamiento del lenguaje y en la percepci¨®n del espacio. Solo despu¨¦s de descubrir este mapa mental, los cirujanos han extirpado el tumor con la mayor precisi¨®n compatible con la vida.
El resultado ha sido excelente, y desde luego mucho mejor que el de Pat Martino. Tras la operaci¨®n, el paciente muestra un tiempo alargado de reacci¨®n a las jugadas de su oponente, pero ha conservado en lo esencial su habilidad para jugar. El cerebro sigue siendo el gran enigma de la biolog¨ªa contempor¨¢nea, pero no hace falta descifrar las claves m¨¢s profundas para cartografiar sus funciones con un detalle cada vez m¨¢s exquisito.
El protocolo de Barcelona puede funcionar en muchas otras operaciones cerebrales, sean tumores, aneurismas o da?os traum¨¢ticos. Consiste en combinar la estimulaci¨®n con electrodos a cr¨¢neo abierto ¡ªun cl¨¢sico en las operaciones de epilepsia¡ª con las t¨¦cnicas de imagen como la resonancia magn¨¦tica funcional (fMRI), que permite observar qu¨¦ zonas del c¨®rtex cerebral se activan cuando el paciente est¨¢ ejecutando una tarea concreta, jugar al ajedrez en este caso. Ojal¨¢ mi guitarrista favorito hubiera disfrutado de ¨¦l.
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