?Qu¨¦ puede ofrecer la izquierda en un mundo en colapso?
Entre el consuelo de la mentira y la dureza de la verdad, tenemos que ser capaces de elegir la verdad tambi¨¦n en las urnas
En las grandes y peque?as campa?as electorales de la mayor parte del mundo, como las elecciones presidenciales en Estados Unidos y las municipales en Brasil, el calentamiento global y la p¨¦rdida de biodiversidad aparecen en una posici¨®n irrelevante o est¨¢n completamente ausentes de los debates. Pero, aunque no se aborde, el colapso del funcionamiento del planeta es posiblemente lo que m¨¢s repercute en la pol¨ªtica y est¨¢ directamente conectado con el ascenso de la extrema derecha tanto en el norte como en el sur global. La cuesti¨®n es: ?qu¨¦ tienen que ofrecer los partidos y los pol¨ªticos cuando la temperatura se altera r¨¢pidamente, las sequ¨ªas y las inundaciones se multiplican, los fen¨®menos extremos son cada vez m¨¢s frecuentes y graves y los cient¨ªficos advierten que estamos en territorio desconocido?
La extrema derecha, que ha engullido a la derecha tradicional liberal, tiene una respuesta clara: la vuelta a un pasado que nunca existi¨®. O sea: un pasado de glorias y sin conflictos, donde est¨¢ establecido lo que le incumbe a cada g¨¦nero y raza, con una supremac¨ªa masculina y blanca indiscutida, donde solo hay familias de hombre con mujer y los LGBTIQ+ permanecen en el armario o en tratamiento m¨¦dico. Esta supuesta inmutabilidad social y cultural se corresponder¨ªa con la inmutabilidad de la trayectoria de la vida: nacer, crecer, estudiar, formar una familia tradicional, conseguir un trabajo estable, montar tu propio negocio o heredar la empresa familiar y morir sabiendo que todo se repetir¨¢ en las generaciones venideras.
Lo que promete la extrema derecha es obviamente una mentira, ya que ese pasado solo fue posible para una minor¨ªa y dej¨® fuera a la mayor¨ªa, sumida en la pobreza, la miseria o la esclavitud. Y los conflictos fueron intensos y les costaron la vida a los m¨¢s vulnerables. Tambi¨¦n es un gran enga?o porque no hay inmutabilidad en un planeta en mutaci¨®n. Pero la extrema derecha ha corrompido la verdad y ha decidido inventar tanto la realidad del pasado como la realidad del presente. Vende a una poblaci¨®n asustada la mentira de que toda la inseguridad reinante no es responsabilidad del modo colonial capitalista que, entre otras muchas formas de violencia, ha convertido la naturaleza en mercanc¨ªa y ha alterado el clima del planeta, pero s¨ª de una supuesta ¡°degeneraci¨®n¡± moral producida por las izquierdas.
?Y las izquierdas? Se encuentran en una encrucijada, y algunas ni siquiera lo entienden. Est¨¢n las viejas izquierdas, que en Brasil tienen a Luiz In¨¢cio Lula da Silva como exponente, que sigue creyendo que lo ¨²nico que quiere la gente es tener un coche en el garaje, una barbacoa con cerveza el fin de semana y una casa propia con muchos electrodom¨¦sticos. Y lo que es peor: lo cree cuando el petr¨®leo y la industria c¨¢rnica est¨¢n entre los principales villanos del calentamiento global. Y luego est¨¢n las nuevas izquierdas, que han llegado al siglo XXI y se dan cuenta de la gravedad del momento. Pero ?qu¨¦ pueden ofrecer?
La pol¨ªtica o el pol¨ªtico m¨¢s honesto debe decir a sus votantes que no basta con votar. Adem¨¢s de votar mucho mejor, para sacar a los negacionistas activos o pasivos de los puestos de poder hay que participar mucho m¨¢s activamente en las decisiones. Hay que presionar a diario a los parlamentarios y gobernantes para que adopten medidas de emergencia de mitigaci¨®n y adaptaci¨®n, pero tambi¨¦n para frenar a las grandes corporaciones que se est¨¢n comiendo el planeta. Tendr¨ªa que decir que hay que responsabilizarse mucho m¨¢s de las decisiones que se toman en el presente, porque de ellas no solo depende tu vida, sino tambi¨¦n la de tus hijos y nietos, no dentro de un siglo, sino el a?o que viene. La pol¨ªtica o el pol¨ªtico m¨¢s honesto tendr¨ªa que decir que la vida ya es peor y que empeorar¨¢ mucho m¨¢s. Y tendr¨ªa que decir que hay que aprender a perder. Cambiar los h¨¢bitos alimentarios y la forma en que nos desplazamos por y entre las ciudades es solo el principio. No basta con reciclar los restos del consumo, hay que consumir enormemente menos.
Entre la mentira que da el consuelo de la esperanza, aunque sea falsa, y la verdad que exige sacrificios y p¨¦rdidas, ?qui¨¦n vota a un pol¨ªtico que dice la verdad? La respuesta es: tenemos que ser nosotros. Tenemos que votar a quienes dicen la dura verdad, pero est¨¢n dispuestos a luchar. Ese es el comienzo de un cambio que tiene que ser muy r¨¢pido, porque el paisaje del planeta se est¨¢ transfigurando velozmente. En las pol¨ªticas y los pol¨ªticos que dicen lo que es m¨¢s dif¨ªcil de o¨ªr y a¨²n m¨¢s dif¨ªcil de hacer es donde est¨¢ nuestra oportunidad de tener un ma?ana.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.