M¨¦xico-Espa?a: equidistancia imperial y verg¨¹enza ajena

No ser¨¦ el ¨²nico ciudadano al que le domina una verg¨¹enza ajena equidistante y transoce¨¢nica entre Madrid y M¨¦xico. No tanto en el l¨ªo diplom¨¢tico de invitaciones y protocolos en torno a la toma de posesi¨®n de la presidenta Sheinbaum, donde tengo claro qui¨¦n es el ofensor (M¨¦xico) y qui¨¦n el ofendido (Espa?a), sino en el raca-raca sobre las guerras de nuestros antepasados, que ha degenerado en dos posiciones absurdas de las que nadie quiere apearse. Tan rid¨ªculo es pretender que Felipe de Borb¨®n o cualquier otro espa?ol vivo tuvo algo que ver con la matanza de T¨®xcatl de 1520 y debe pedir disculpas por ello, como presumir, a estas alturas del siglo XXI, de que el imperio espa?ol fue una comuna multicultural y humanista que ense?¨® a los pobres americanos a hacer tacos con carne de cerdo en vez de humana.

Es este un caso raro de equidistancia por derrota de la raz¨®n. No se trata de que ambas posturas sean antag¨®nicas y haya que reconciliarlas en un justo medio. Ambas son absurdas por igual y representan lo peor del nacionalismo cerril. A la ¨¦lite mexicana que se duele porque el rey de Espa?a no le pide perd¨®n se le podr¨ªa responder que los problemas de M¨¦xico no vienen del d¨ªa en que Cort¨¦s quem¨® las naves. Los pol¨ªticos actuales no pueden desviar la atenci¨®n con tanta groser¨ªa, echando el bal¨®n fuera del pa¨ªs, tan lejos que llegue a Espa?a y confiando en que se vuelvan las miradas hacia all¨ª para ver c¨®mo regatea el Gobierno de Madrid. La historia reciente de ambos pa¨ªses est¨¢ demasiado entreverada, hay demasiados intereses, afectos, deudas de gratitud (los dem¨®cratas espa?oles no deber¨ªamos olvidar nunca que al ata¨²d de Manuel Aza?a lo envuelve una bandera mexicana, por ejemplo) y retos de presente como para perder el tiempo en estas idioteces.

Pero si algo le tengo que reprochar a Andr¨¦s L¨®pez Obrador y a Claudia Sheinbaum es que hayan dado alas a los plastas de la imperiofilia, que andan sacando pecho y chupando c¨¢mara. Llevamos a?os aguantando una monserga que cre¨ªamos enterrada en los manuales de la asignatura franquista de Formaci¨®n del esp¨ªritu nacional. Eso de que Espa?a fund¨® universidades y llev¨® imprentas e inaugur¨® el derecho humanitario con la escuela de Salamanca. Con la verdad tambi¨¦n se miente, y esos datos ciertos perpet¨²an una propaganda nacionalista que hab¨ªamos extirpado del debate hac¨ªa mucho tiempo. Algunos incluso presentan la Inquisici¨®n como una especie de M¨¦dicos sin Fronteras. En fin. Pronto ser¨¢ la Fiesta Nacional espa?ola. A ver si la tenemos en paz y no nos despiertan con m¨¢s tonter¨ªas.