Dimitir o explicar
Si un responsable pol¨ªtico no deja su puesto por un esc¨¢ndalo, debe ofrecer una fuerte compensaci¨®n: el esclarecimiento de todo lo acaecido. Y, de momento, el Gobierno calla o se contradice
?Dimitir¨ªan Scholz en Alemania, Starmer en el Reino Unido o Rajoy en Espa?a por un esc¨¢ndalo de corrupci¨®n como el que afecta a quien fuera mano derecha de Pedro S¨¢nchez en el partido y en el Gobierno, Jos¨¦ Luis ?balos? Si el l¨ªder tuviera naturaleza angelical, como Ant¨®nio Costa, que renunci¨® por un caso relativamente menor, quiz¨¢s s¨ª. Pero la naturaleza humana se agarra al sill¨®n. Y puede estar justificada: si tu subordinado en la empresa roba, ?debes dimitir t¨²? Es complicado. Y m¨¢s en pol¨ªtica: si crees que est¨¢s llevando a cabo pol¨ªticas beneficiosas para la sociedad (del ingreso m¨ªnimo vital a la calma en Catalu?a), ?vas a tirar por la borda tu trabajo y el de cientos de personas que se esfuerzan en poner en marcha tus medidas?
En pol¨ªtica hay m¨¢s razones visibles para no dimitir que en otras esferas, pero hay una poderosa raz¨®n invisible para s¨ª hacerlo: la ejemplaridad. No es una et¨¦rea consideraci¨®n ¨¦tica, sino una cuantificable percepci¨®n social. Cuando los visitantes, inversores, o los propios habitantes, dibujan en su mente la imagen de un pa¨ªs, tienen en cuenta, para empezar, las actuaciones de quienes ejercen la autoridad, ya sean presidentes o polic¨ªas. Si un agente de tr¨¢fico te pide una mordida, se hunde tu visi¨®n del lugar. Si quienes tienen margen de discreci¨®n para actuar, con la libretita de las multas o el BOE, parece que lo hacen de forma arbitraria, te sientes desamparado.
Por tanto, si un jefe pol¨ªtico no dimite, que es comprensible por la voluntad leg¨ªtima de querer aplicar el programa por el que ha sido elegido, debe ofrecer, a cambio, una fuerte compensaci¨®n: una explicaci¨®n cristalina de todo lo acaecido. Y, de momento, el Gobierno calla o se contradice.
S¨¢nchez no ha explicado por qu¨¦ destituy¨® fulminantemente a ?balos, en el n¨²cleo duro del Gobierno hasta 2021. No utilicemos el s¨ªmil de qu¨¦ hubiera pasado si las mismas sospechas de corrupci¨®n recayeran en la mano derecha de Feij¨®o. Vayamos al f¨²tbol. Si Florentino cesa a Ancelotti a mitad de temporada sin raz¨®n aparente y, al cabo de un tiempo, sale que Ancelotti hab¨ªa hecho en el banquillo blanco lo mismo que ?balos en el Gobierno, cualquier socio del Madrid exigir¨ªa que Florentino esclareciera qu¨¦ sab¨ªa, c¨®mo y cu¨¢ndo. Y, si habla, el Gobierno ofrece versiones variopintas, como las del viaje de Delcy Rodr¨ªguez a Barajas: no se sab¨ªa y se evit¨® un conflicto diplom¨¢tico; s¨ª se sab¨ªa, pero fue una parada t¨¦cnica para descanso de la tripulaci¨®n, etc¨¦tera.
El dilema deber¨ªa estar claro: explica bien o dimite.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.