Giro radical en la pol¨ªtica migratoria de la UE
Espa?a debe dar la batalla por contrarrestar la normalizaci¨®n de las recetas ultras contra la inmigraci¨®n?en?Europa
Los ciudadanos de la Uni¨®n Europea deben preguntarse qu¨¦ ha pasado en este a?o para que el discurso comunitario sobre la tragedia de la inmigraci¨®n irregular se haya endurecido de forma tan dr¨¢stica. En solo 10 meses se ha pasado de la firma del ya restrictivo Pacto Migratorio ¡ªhist¨®rico, en palabras de las autoridades europeas¡ª a una propuesta de la Comisi¨®n para crear centros de deportaci¨®n fuera de las fronteras de la Uni¨®n. Los Veintisiete parecen deslizarse a toda velocidad hacia un modelo que ignora los derechos humanos y que hace apenas unos a?os era considerado ilegal por las mismas instituciones que ahora lo impulsan.
La carta que ha enviado Ursula von der Leyen a los l¨ªderes europeos entierra de facto el Pacto de Migraciones y Asilo que el Consejo Europeo y la Euroc¨¢mara alcanzaron en diciembre de 2023. El acuerdo ni siquiera hab¨ªa sido desarrollado en su totalidad, por ejemplo, en el pol¨¦mico punto que contemplaba el pago de 20.000 euros por persona a cambio de rechazar su acogida. Aquel acuerdo ya supon¨ªa un triste endurecimiento de las condiciones de acogida, vendido como un mal menor a cambio del consenso en una materia tan sensible. Pero la escena pol¨ªtica ha sufrido importantes cambios desde entonces.
En este tiempo se han celebrado un n¨²mero considerable de elecciones en territorio europeo en las que la extrema derecha y los populistas de todo signo han ganado peso y cuyo discurso de mano dura con la migraci¨®n parece asumirse con normalidad. Un gran grupo de socios, liderados por el Gobierno socialdem¨®crata dan¨¦s, ha reclamado a Bruselas ¡°soluciones innovadoras¡± para combatir la inmigraci¨®n irregular y el modelo adoptado por Bruselas mira a Italia. La ultraderechista Giorgia Meloni inici¨® ayer las deportaciones de migrantes al nuevo centro de internamiento que Italia ha construido en Albania. Un plan de dudosa eficacia, de desenlace incierto y muy costoso para las arcas p¨²blicas. Y, pese a todo, el experimento italiano va a ser determinante para el futuro de la pol¨ªtica migratoria europea y se mira con inter¨¦s desde la derecha espa?ola.
El Gobierno espa?ol ha rechazado el cambio de pol¨ªtica migratoria, una posici¨®n que apoyan sus socios. El debate en Europa, sin embargo, parece estar gravemente contaminado por un discurso antiinmigrantes tan inhumano como poco pr¨¢ctico. El Gobierno debe buscar aliados en Europa para revertir o matizar en lo posible una deriva que no resuelve problema alguno y solo sirve para criminalizar la inmigraci¨®n irregular por pura conveniencia pol¨ªtica.
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