Ganar la paz en Ucrania
Putin no se sentar¨¢ a negociar mientras siga avanzando, y no dejar¨¢ de hacerlo si Occidente no fortalece su compromiso con Kiev
El presidente de Ucrania, Volod¨ªmir Zelenski, present¨® a los jefes de Estado y de Gobierno reunidos en la ¨²ltima cumbre de la UE su ¡°plan para la victoria¡±, un conjunto de peticiones y propuestas con el que intenta mejorar sus perspectivas en un momento cr¨ªtico del conflicto con Rusia. Los elementos m¨¢s importantes de los puntos p¨²blicos del plan abogan por obtener una invitaci¨®n inmediata de adhesi¨®n a la OTAN, lo que representar¨ªa un paso formal ¡ªpero no definitivo¡ª hacia la integraci¨®n; por reforzar las capacidades militares de Ucrania con nuevos suministros levantando algunos l¨ªmites a su uso y por el despliegue de capacidades disuasorias occidentales no nucleares. El plan se completa con tres anexos secretos compartidos con los principales aliados de Kiev.
La realidad pol¨ªtica es que estos elementos se topan con fuertes resistencias en muchas de las capitales occidentales clave. Sobre cada uno de ellos pesan c¨¢lculos geopol¨ªticos diferentes y hasta contrapuestos. Sin embargo, hay una ineludible consideraci¨®n de fondo que deber¨ªa conducir a un mayor refuerzo del apoyo militar y econ¨®mico a Kiev. Ucrania est¨¢ sufriendo, y mucho, en el campo de batalla. Si no recibe mayor sost¨¦n, todo apunta no solo a que no ser¨¢ capaz de seguir repeliendo la invasi¨®n de Rusia, sino que ni siquiera le ser¨¢ posible entablar una negociaci¨®n de paz. Al menos una que no sea sin¨®nimo de capitulaci¨®n. Putin no estar¨¢ dispuesto a sentarse a negociar mientras considere que tiene perspectivas de avanzar, aunque sea a un duro coste.
Si bien despacio y con graves p¨¦rdidas, Rusia avanza en territorio ucranio. Y la maquinaria de sus aliados est¨¢ engrasada: tanto Kiev como Se¨²l se?alan que el Krem?lin podr¨ªa contar pronto con soldados norcoreanos en el frente. Por otro lado, la sociedad ucrania se halla comprensiblemente agotada y afronta la perspectiva de un duro invierno con suministros energ¨¦ticos limitados. Ante esto, los socios occidentales han dado pasos relevantes. Finalmente, parece desbloquearse la ronda de 50.000 millones de ayuda decidida por el G-7 y obstaculizada por Viktor Orb¨¢n en la partida correspondiente a la UE. Sin embargo, aunque relevante, lo que se est¨¢ haciendo resulta insuficiente.
Ampliar la colaboraci¨®n no representar¨ªa un esfuerzo insoportable. La superioridad econ¨®mica de Occidente hace que una cuota relativamente peque?a de sus capacidades represente un salto dur¨ªsimo de sostener para Rusia. Cabe recordar que, si Mosc¨² avanza, lo hace con un esfuerzo de tal calibre que no le permite ni siquiera liberar sus territorios ocupados por Ucrania, una humillaci¨®n para Putin.
Por supuesto, una victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses del mes que viene complicar¨ªa enormemente la situaci¨®n, ya que, como ha anunciado, el magnate recortar¨¢ el apoyo a Zelenski. Este es esencial, porque los europeos no estamos en condiciones de suplir eficazmente el vac¨ªo que dejar¨ªa Washington. Pero, en cualquier caso, Europa no puede abdicar de su apoyo a Kiev. No solo por una obligaci¨®n moral de sostener al agredido y defender la legalidad internacional, sino por el propio inter¨¦s europeo en que la agresi¨®n de Putin no alcance sus objetivos en la frontera este de la Uni¨®n. Corresponde a los ucranios decidir sobre su futuro, pero sus aliados deben tener claro que no habr¨¢ paz si Ucrania carece de los medios necesarios para que el invasor asuma que es peor para ¨¦l prolongar su agresi¨®n que detenerla.
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