Lecciones del ¡®caso Errej¨®n¡¯
M¨¢s Madrid y Sumar respondieron a las ¨²ltimas denuncias contra su portavoz con un celo que no emplearon en un caso anterior
Las comparecencias p¨²blicas de M¨®nica Garc¨ªa, Rita Maestre y Manuela Bergerot¡ªresponsables de M¨¢s Madrid¡ª y de Yolanda D¨ªaz ¡ªl¨ªder de Sumar hasta junio pasado¡ª trataron, por fin, de poner a sus m¨¢ximas referentes al frente de la reacci¨®n ante el da?o profundo que ha provocado en ambas formaciones y en toda la izquierda la dimisi¨®n de su exportavoz en el Congreso de los Diputados, ??igo Errej¨®n, acusado de violencia machista.
No ten¨ªan m¨¢s remedio que reconocer que han reaccionado tarde y pedir disculpas por ello. Lo hicieron ayer con rotundidad, pero haber minimizado las primeras se?ales de alerta ¡ªal menos las conocidas hasta el momento¡ª es algo que perseguir¨¢ a ambas formaciones durante mucho tiempo.
Es cierto que las diversas denuncias an¨®nimas contra Errej¨®n difundidas el martes pasado le empujaron en menos de 48 horas a renunciar a todos los cargos una vez ¨¦l las reconoci¨® como ciertas. Una celeridad poco habitual en el ecosistema pol¨ªtico espa?ol. Pero a la vista de lo que se va conociendo, parece evidente que tanto M¨¢s Madrid como Sumar minusvaloraron la denuncia privada de la que tuvieron noticia en junio de 2023, en plena precampa?a electoral. La coalici¨®n remite a la ¡°investigaci¨®n¡± abierta y cerrada por M¨¢s Madrid, pero la formaci¨®n madrile?a describe esa supuesta investigaci¨®n como una gesti¨®n del caso a cargo exclusivamente de Loreto Arenillas, exjefa de gabinete de Errej¨®n y hoy diputada en la Asamblea regional, que contradice tal versi¨®n. A falta de que se aclaren estas contradicciones, lo cierto es que la contundencia con la que sus dos organizaciones interrogaron a Errej¨®n la semana pasada brill¨® por su ausencia ante aquella primera se?al de incoherencia entre el discurso p¨²blico y la actuaci¨®n privada en un asunto tan central para este espacio pol¨ªtico.
El ajuste de cuentas que empez¨® a intuirse ayer entre las distintas formaciones de la izquierda a cuenta de aquel episodio abunda en la batalla cainita en la que llevan demasiado tiempo enfrascados y que ha tenido ya reflejo directo en las urnas. El hecho de que la izquierda surgida del 15-M hiciera del feminismo uno de los ejes centrales de su programa ha funcionado a la vez como reflejo de una sociedad renovada y como est¨ªmulo para estrechar el umbral de tolerancia ante los comportamientos machistas. Y ahora da la medida de la crisis en la que se halla inmersa.
Yolanda D¨ªaz insisti¨® ayer en la importancia de que las v¨ªctimas denuncien. Aunque no pueda exigirse a una v¨ªctima de esta clase de violencia, la existencia de una denuncia formal es, sin duda, el cauce que ofrece garant¨ªas para que se acabe haciendo justicia en un Estado de derecho. Es adem¨¢s la ¨²nica manera de delimitar el delito de otros comportamientos que no lo son, por m¨¢s que merezcan un repudio social o personal. En todos los casos y sobre todo en el de aquellas mujeres que sufren agresiones a manos de hombres que no son famosos y que, por tanto, no disponen de los focos que tiene este.
Pero la pregunta que deben hacerse quienes tienen responsabilidades institucionales es por qu¨¦ despu¨¦s de a?os de pol¨ªticas feministas, de inversi¨®n en espacios seguros y puntos violetas y de formaci¨®n policial y judicial con perspectiva de g¨¦nero, las mujeres siguen sinti¨¦ndose inseguras ante los cauces institucionales y prefieren denunciar de forma an¨®nima y por v¨ªas informales como las redes sociales. Ah¨ª es donde la pol¨ªtica debe rendir cuentas y sacar conclusiones para construir a partir de la devastaci¨®n.
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