Todos podemos ser Daredevil
La investigaci¨®n reciente ha demostrado que, en realidad, no hacen falta ningunas gafas para que los humanos desarrollemos la ecolocalizaci¨®n
Como todo el mundo sabe, los dos grandes talentos de los murci¨¦lagos son el vuelo y la ecolocalizaci¨®n. El vir¨®logo Luis Enjuanes suele a?adir que tambi¨¦n muerden, pero hay que tener en cuenta que, para los vir¨®logos, un murci¨¦lago es b¨¢sicamente una m¨¢quina de transmitir infecciones a cualquier otro ser vivo que se le ponga a tiro. En cualquier caso, a los murci¨¦lagos les ha ido muy bien con esas habilidades, porque ya se han descrito nada menos que 1.200 especies de estos bichos, y no est¨¢n precisamente en riesgo de extinci¨®n. La ecolocalizaci¨®n les permite volar de noche a la velocidad del rayo y ponerse morados de insectos desprevenidos que a esas horas no ven ni torta.
Aunque el superh¨¦roe oficial con forma de murci¨¦lago es Batman, el que de verdad domina la ecolocalizaci¨®n es Daredevil. Ya exist¨ªa cuando yo era un ni?o, si bien en la Espa?a franquista se llamaba Dan Defensor, por alguna raz¨®n que los historiadores de la dictadura no han aclarado de manera satisfactoria, ni de ninguna otra. Lo de Defensor tiene un pase, porque el tipo era un abogado en la vida civil, pero no se llamaba Dan, sino Matt. Como el traje llevaba estampadas las dos D (de DareDevil, que significa temerario), los traductores tuvieron que hacer unos encajes de bolillos francamente rid¨ªculos. Al ser atropellado por un cami¨®n radiactivo, Matt se queda ciego y desarrolla una asombrosa capacidad de ecolocalizaci¨®n. Batman no hac¨ªa nada de eso. Era un piernas. Ay, qu¨¦ raz¨®n ten¨ªa el Joker.
Para ecolocalizar las cosas, el murci¨¦lago emite un sonido, el sonido rebota en los objetos y regresa al murci¨¦lago. Si tarda mucho en regresar, el objeto est¨¢ m¨¢s lejos que si tarda poco. Adem¨¢s, el tama?o y la textura del objeto imprimen al sonido rebotado ciertas caracter¨ªsticas que el murci¨¦lago sabe distinguir. Todo esto parece un logro extraordinario de la evoluci¨®n biol¨®gica, pero en realidad no lo es tanto. Los humanos, por poner un ejemplo tonto, tenemos tambi¨¦n la potencialidad de ecolocalizar, solo que no la solemos desarrollar. En general no la necesitamos, pero un ni?o ciego de nacimiento, o que pierda la vista a corta edad, puede entrenarse para ecolocalizar su entorno con notable eficacia.
Curiosamente, todo empez¨® en 1966, solo dos a?os despu¨¦s del debut de Daredevil en un tebeo de la Marvel. En esa fecha, un profesor universitario llamado Leslie Kay dise?¨® unas ¡°gafas s¨®nicas¡± inspiradas en la habilidad de los murci¨¦lagos, y que pretend¨ªan servir de ayuda a los ciegos. Las gafas emiten un ultrasonido (un sonido de alta frecuencia, inaudible para los humanos) que rebota en los objetos y regresa al usuario convertido en notas audibles: si el objeto est¨¢ lejos, la nota es m¨¢s aguda que si est¨¢ cerca; si el objeto es grande, la nota suena m¨¢s fuerte que si es peque?o; si el objeto es liso, la nota es m¨¢s pura que si es rugoso. Un c¨®digo musical que representa el mundo. Las gafas de Kay no tuvieron mucho ¨¦xito porque eran un trasto, pero sirvieron como prueba de principio.
La investigaci¨®n reciente ha demostrado que, en realidad, no hacen falta ningunas gafas para que los humanos desarrollemos la ecolocalizaci¨®n. La psic¨®loga Lore Thaler y sus colegas de la Universidad de Durham, Reino Unido, han demostrado que los humanos pueden aprender a ecolocalizar en solo 10 semanas. Y ni siquiera hace falta que sean ciegos: han hecho sus experimentos con 12 personas invidentes y 14 videntes, y los resultados son similares. No hay ning¨²n aparato que produzca ultrasonidos, sino que los propios voluntarios hacen chascar la boca, y perciben el eco sin necesidad de artilugios que los codifiquen como notas. Todo a pelo. Al final va a resultar que Daredevil es como Batman: otro piernas. Llamen al Joker.
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