Cien d¨ªas de pol¨ªtica en Catalu?a

El Gobierno de Salvador Illa ha cumplido esta semana sus primeros 100 d¨ªas al frente de la Generalitat de Catalu?a con una agenda muy centrada en la recuperaci¨®n de la normalidad institucional tras una d¨¦cada larga de proc¨¦s y con la mejora de los servicios p¨²blicos como principal objetivo. El l¨ªder socialista, que gobierna en minor¨ªa, ha presentado un ambicioso plan de construcci¨®n de vivienda p¨²blica ¡ªcon 50.000 pisos hasta 2030¡ª y otro para adaptarse a la dram¨¢tica sequ¨ªa, gestos en clave interna que requerir¨¢n de grandes esfuerzos presupuestarios y acuerdos entre diferentes administraciones. Toda la agenda pol¨ªtica de Illa est¨¢ inspirada en pasar p¨¢gina a los sobresaltos del proc¨¦s. Est¨¢ intentando aunar fuerzas y apoyos en el espectro central del catalanismo convencido de que buena parte de los ciudadanos est¨¢n exhaustos por el exceso de simbolismo de los a?os del proceso independentista. Su tarea es buscar una mayor¨ªa amplia para estas pol¨ªticas y otras como la reforma de la Administraci¨®n ¡ªlenta y demasiado burocratizada¡ª o proyectos que cuentan con mayor¨ªa pero que han quedado relegados por disputas pol¨ªticas, como la ampliaci¨®n del aeropuerto de El Prat.

Illa tiene la ventaja de contar con el apoyo de un partido cohesionado, con la complicidad del Gobierno central y de la mayor parte de alcaldes de los grandes municipios catalanes, que tambi¨¦n son del PSC. Tambi¨¦n tiene a su favor que los partidos que podr¨ªan hacerle oposici¨®n, especialmente Junts y Esquerra Republicana, han estado o siguen estando m¨¢s centrados en pugnas internas ¡ªo dentro de ese espacio¡ª que en ejercer de alternativa a su Gobierno.

Pero que los vientos soplen a favor de Illa no significa que el president vaya a tener una legislatura pl¨¢cida. Los riesgos son evidentes, comenzando por la d¨¦bil mayor¨ªa que sustenta a su Ejecutivo, con solo 42 esca?os (la mayor¨ªa requiere 68 diputados). El pacto de investidura con ERC y los Comunes que le permiti¨® alcanzar la presidencia no garantiza la aprobaci¨®n de las principales medidas, muy especialmente del Presupuesto. El precio a pagar por tener estabilidad es garantizar que sale adelante una financiaci¨®n ¡°singular¡± para Catalu?a, algo que no ser¨¢ f¨¢cil por la furibunda oposici¨®n del PP, que gobierna 11 comunidades aut¨®nomas, y la divisi¨®n dentro del propio PSOE. Tampoco ser¨¢ f¨¢cil mantener a largo plazo el apoyo de una ERC siempre muy influenciada por las presiones de Junts y que se halla en un delicado debate interno.

El principal reto a corto plazo son los Presupuestos de 2025. Alcanzar los 100 primeros d¨ªas sin graves sobresaltos y con pol¨ªticas sociales bien enfocadas le da a Illa cierta autoridad para pedir apoyos para aprobar sus cuentas. Tener Presupuestos no solo ser¨ªa deseable para el buen funcionamiento de los servicios p¨²blicos de la Generalitat, sino que tambi¨¦n ser¨ªa la prueba de fuego de que la tan necesaria institucionalidad ha regresado a Catalu?a.