Los medios de derechas y el cuento de la neutralidad
Las m¨²ltiples cabeceras conservadoras de Madrid convierten en sentencia firme lo que apenas son indicios o declaraciones de una inconsistencia infantil
La apolog¨ªa de la neutralidad equidistante y objetiva suele ser patrimonio de quienes prejuzgan el partidismo irrefrenable de los dem¨¢s, en un lado y otro (sin que los afecte a ellos, por supuesto). El Confidencial podr¨ªa llevarse de calle el primer puesto en el ranking de esta autopercepci¨®n, y algunos de sus mejores colaboradores tambi¨¦n, como Jos¨¦ Antonio Zarzalejos y Ram¨®n Gonz¨¢lez Ferriz (con ¨¦l precisamente depart¨ª amigablemente hace unos d¨ªas sobre este mismo asunto, y acaba de escribir sobre ello en ese digital). Enarbolar la bandera de la neutralidad convierte al portador de forma autom¨¢tica en un hombre justo, ajeno a la diatriba lamentable de los medios miserablemente partidistas y el ¨²nico capaz de decirle las verdades al poder (en particular, el poder de La Moncloa). Por eso, Gonz¨¢lez Ferriz echa de menos que los medios de izquierdas (por contraposici¨®n, se supone, a los medios de derechas menos El Confidencial, que no es de uno y ni de otro sino imp¨¢vidamente neutral) no sacudan al Gobierno como le convendr¨ªa a Pedro S¨¢nchez, para ver si as¨ª mejora y prospera adecuadamente.
Afear al Gobierno sus errores, seg¨²n este punto de vista, est¨¢ fuera de la dieta informativa de peri¨®dicos y medios de izquierdas ¡ªy los que cita el autor son EL PA?S, elDiario.es, La Vanguardia, la SER o el programa de La Sexta El intermedio¡ª porque su ¨²nica aspiraci¨®n como medios de informaci¨®n es perpetuar en el poder al Gobierno de S¨¢nchez a toda costa y sin hacer prisioneros. El mejor m¨¦todo para esa cruzada es obviar, surfear, minimizar o abandonar en el rinc¨®n de pensar las noticias que puedan resultar da?inas para La Moncloa.
No parece advertir este argumento que la valoraci¨®n de la presunta putrefacci¨®n que corroe de cianuro moral e inmundicia pol¨ªtica a este Gobierno impide aplicar neutralidad alguna. Lo que El Mundo, Abc, El Confidencial y lo que podr¨ªamos llamar ultramedios sin escr¨²pulos consideran la dictadura del apocalipsis y la degradaci¨®n in¨¦dita en 2.000 a?os (aproximadamente) de historia puede razonablemente ser valorado tambi¨¦n de otro modo estudiando con cuidado y con tiempo el alcance de los hechos objetivos, los datos disponibles, las investigaciones fehacientes, las averiguaciones fiables y todo ello bajo la exigencia de calibrar la gravedad deducible de los datos, y no de los titulares sentenciosos y la verborrea enfermiza de los l¨ªderes pol¨ªticos.
No parece ser esa la pr¨¢ctica m¨¢s com¨²n entre las m¨²ltiples cabeceras que en Madrid abandera la derecha ¡ªa veces incluso como prescriptores de la conducta de sus l¨ªderes pol¨ªticos, de forma tampoco exactamente neutral¡ª, cuando convierten en sentencia firme y hecho probado lo que apenas son indicios, pistas, declaraciones de una inconsistencia infantil. No parece asaltarles la leg¨ªtima inquietud democr¨¢tica ante el hecho de que una parte de la judicatura abra causas basadas en recortes de peri¨®dicos, noticias falsas, informaciones manipuladas o declaraciones an¨®nimas. Ah¨ª caben desde bolsas de oro macizo hasta imputaciones sistem¨¢ticamente archivadas por los jueces contra partidos como Podemos o contra Ada Colau, como caben tambi¨¦n hechos delictivos graves como los que presuntamente afectan al exministro Jos¨¦ Luis ?balos.
Tampoco el bloqueo de los ¨®rganos institucionales e impedir que se ajusten a las leg¨ªtimas mayor¨ªas parlamentarias parece otra cosa que la colonizaci¨®n intensiva del Estado por parte de S¨¢nchez, seg¨²n esta neutralidad permisiva con el incumplimiento institucional de las obligaciones del partido que pierde el Gobierno y en¨¦rgicamente neutral en la exigencia al Gobierno. La presunci¨®n de neutralidad parece ser exigible a lo que llaman con gui?o c¨®mplice medios de izquierdas porque los de derechas la llevan de carril y es consustancial a su probidad y ecuanimidad cong¨¦nita. No hay para tanto, seg¨²n dicta la neutralidad, ante el racismo cerril, el machismo desacomplejado y la homofobia militante de Vox, y tampoco hay que llevarse las manos a la cabeza por la radicalizaci¨®n de la derecha de este pa¨ªs, ni se ve tampoco falta alguna de neutralidad en desacreditar sin l¨ªmite a un personaje crucial para los intereses espa?oles (y europeos) como Teresa Ribera. Si esa es la neutralidad ejemplar de los medios que no son de derechas ni de izquierdas porque se presuponen neutrales y ecu¨¢nimes, resulta verdaderamente parad¨®jico que la decantaci¨®n sistem¨¢tica de sus posiciones pol¨ªticas hacia la derecha coincida una y otra vez con la exquisita neutralidad de quienes contrastan hasta el desvelo sus informaciones, no hiperbolizan hechos nimios, tasan con justiprecio admirable los indicios o evitan el esc¨¢ndalo medi¨¢tico basado en cabriolas mentales y fantas¨ªas logorreicas.
Puede ser verdad que la neutralidad en los medios deba ajustarse a la exquisita ponderaci¨®n de Alberto N¨²?ez Feij¨®o y los dem¨¢s no sepamos percibirla por af¨¢n de perpetuaci¨®n del enrocado S¨¢nchez en La Moncloa, y puede por tanto que sea rigurosamente cierto que confundir las denuncias de un presunto delincuente como V¨ªctor de Aldama con hechos probados y condena judicial firme sea la ejemplar neutralidad que otros no sabemos acatar. A m¨ª me parece una genuina temeridad pol¨ªtica que el l¨ªder de la derecha d¨¦ por veraces las acusaciones de Aldama y afirme que ¡°se ha confirmado que el Gobierno apesta a mentiras y corrupci¨®n¡±, nada m¨¢s y nada menos que dando plena confianza a un empresario en prisi¨®n (e inmediatamente liberado tras las declaraciones), y pendiente de dirimir judicialmente si ha estafado 180 millones de euros a la Hacienda p¨²blica. Sin duda, la funci¨®n de los susodichos medios de izquierdas es ponderar, tasar, calibrar y contrastar las informaciones que afectan al Gobierno y actuar en consecuencia. Pero titular como hizo El Confidencial ¡°Una adjudicaci¨®n a una constructora gallega desat¨® el enfado de Cerd¨¢n y el supuesto pago de 15.000 euros¡± da por probado un enfado que est¨¢ solo en la declaraci¨®n de Aldama y es evidente desinformaci¨®n porque nadie m¨¢s que Aldama ha podido probar si se enfad¨® o no se enfad¨® Cerd¨¢n. El titular ha corrido m¨¢s que la verdad probada. Eludir ese mecanismo que convierte en verdad una mera conjetura o declaraci¨®n es lo que hacen los medios profesionales, tradicionales o no, por fortuna reacios a secundar la estr¨¢bica neutralidad de la galaxia de medios de la derecha.
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