Menos humos, m¨¢s salud p¨²blica
La significativa ca¨ªda del tabaquismo es una buena se?al para perseverar en pol¨ªticas que permitan una sociedad libre de humos
El consumo de tabaco en Espa?a muestra esperanzadores signos de descenso tras a?os de estancamiento. La ¨²ltima encuesta sobre alcohol y otras drogas en Espa?a (EDADES), un an¨¢lisis bienal que el Ministerio de Sanidad realiza desde 1995, constata que el porcentaje de ciudadanos de 15 a 64 a?os (la poblaci¨®n del estudio) que fuman cada d¨ªa es el m¨¢s bajo de toda la serie hist¨®rica: un 25,8%. Es una sustancial bajada de 7,3 puntos con respecto a 2022, fecha del anterior informe, lo que supone el mayor descenso registrado en un lapso entre encuestas.
El tabaco mata. Unos 700.000 europeos fallecen cada a?o por su causa, entre ellos miles de fumadores pasivos, y su consumo est¨¢ ligado al desarrollo de 35 enfermedades graves, incluidos diversos tipos de c¨¢ncer. Esa incontestable evidencia cient¨ªfica se ha ido imponiendo en los h¨¢bitos de los ciudadanos y condicionando positivamente el debate social sobre la regulaci¨®n. Lo importante de los ¨²ltimos datos es que marcan un cambio de tendencia.
Pero no todo est¨¢ hecho, como muestra que el tabaco es la segunda droga que se empieza a consumir m¨¢s temprano, a los 16 a?os (solo por detr¨¢s del alcohol), una edad de iniciaci¨®n que se ha mantenido con escasas variaciones en las ¨²ltimas tres d¨¦cadas. Entre los m¨¢s j¨®venes se extiende adem¨¢s el empleo del cigarrillo electr¨®nico, con y sin nicotina. La ratio de quienes han fumado alguna vez en este tipo de dispositivos ha pasado en dos a?os de un 12,1% a un 19%, seg¨²n la encuesta. Pero desde 2015 ha subido m¨¢s de 12 puntos, prueba de su implantaci¨®n.
Las campa?as de informaci¨®n ¡ªempezando en la propia escuela¡ª siguen siendo imprescindibles, pero tambi¨¦n lo son las pol¨ªticas p¨²blicas para reducir el consumo, especialmente entre la juventud. Sanidad y las comunidades aut¨®nomas aprobaron en abril, tras las iniciales reticencias de las consejer¨ªas del Partido Popular, el plan nacional que marcar¨¢ la estrategia contra el tabaquismo hasta 2027. Su primer fruto tangible es el real decreto, en tramitaci¨®n, que regula los nuevos dispositivos para fumar ¡ªrestringiendo por ejemplo el uso de aromatizantes en los vapeadores¡ª e impone el empaquetado gen¨¦rico ¡ªes decir, sin imagen de marca¡ª para los cigarrillos y el tabaco de liar.
El Gobierno pretende que el plan d¨¦ lugar antes del fin de la legislatura a una ley que aborde tambi¨¦n los aspectos m¨¢s pol¨¦micos, como ampliar los espacios libres de humo ¡ªespecialmente las terrazas de bares y restaurantes¡ª o subir los impuestos al tabaco. Con vistas a ese futuro debate, es bueno recordar que la sociedad espa?ola se ha ido adaptando sin problemas a restricciones que en su d¨ªa tambi¨¦n levantaron m¨²ltiples cr¨ªticas. Y que si, por supuesto, se deben tener en cuenta todos los intereses en conflicto, ninguno de ellos ¡ªy ninguna ideolog¨ªa¡ª puede prevalecer sobre el objetivo prioritario de proteger la salud p¨²blica.
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