Alivio social y parlamentario
El pacto entre el Gobierno y Junts para desbloquear la revalorizaci¨®n de las pensiones cierra un episodio marcado por el tacticismo
Las pensiones se revalorizar¨¢n seg¨²n la inflaci¨®n, las subvenciones al transporte p¨²blico tendr¨¢n su pr¨®rroga y las ayudas por la dana llegar¨¢n a los afectados. El Gobierno sali¨® ayer del rinc¨®n al que lo conden¨® la alianza entre PP, Junts y Vox a cuenta del decreto ¡°¨®mnibus¡± que abarcaba esas y otras medidas y que esas tres formaciones tumbaron la semana pasada en el Congreso de los Diputados.
Al conseguir que Junts se reincorpore a la mayor¨ªa de la investidura, el Ejecutivo revierte su derrota parlamentaria e incluso da pie a que despegue el debate sobre los Presupuestos Generales del Estado. Al menos si se cumple el guion anunciado ayer por el presidente, Pedro S¨¢nchez. Eso permitir¨ªa anclar definitivamente una legislatura muy marcada por la fragmentaci¨®n en el Congreso y por las consecuentes dificultades para alcanzar acuerdos. Despu¨¦s de d¨ªas marcados por una sobredosis de relato y politiqueo, el Ejecutivo resuelve una crisis peliaguda y gana tracci¨®n de cara a las pr¨®ximas negociaciones, que ser¨¢n al menos tan dif¨ªciles como las anteriores.
Los desacuerdos son siempre m¨¢s conservadores que los acuerdos: los pactos exigen compromisos y renuncias. Ese ¨²ltimo pacto tiene tres consecuencias. Por un lado, rescata el contenido clave ¡ªel social¡ª del decreto, que rechazaron las derechas (PP, Vox y Junts) con m¨¢s t¨¢ctica que responsabilidad. Por otro, reincorpora a Junts a la gobernanza al tiempo que lo aleja del PP tras varios intentos de acercamiento. Finalmente, pone al PP y a Vox en la tesitura de, si votan a favor de la revalorizaci¨®n de las pensiones, validar tambi¨¦n la devoluci¨®n al PNV del edificio parisino que le requis¨® la Gestapo en connivencia con la dictadura de Franco, pretexto de su voto negativo el mi¨¦rcoles pasado.
Estos son algunos de los r¨¦ditos para el Ejecutivo de una maniobra arriesgada: el uso de un instrumento como el decreto ¡°¨®mnibus¡± ha terminado produciendo un innecesario estr¨¦s social, sobre todo entre los ciudadanos m¨¢s vulnerables.
Tas una negociaci¨®n plagada de golpes de efecto, el Gobierno saca adelante el escudo social y hace cesiones cosm¨¦ticas. La segmentaci¨®n del decreto, que el Ejecutivo rechazaba de plano, es la concesi¨®n pr¨¢ctica a Junts. La simb¨®lica es la tramitaci¨®n en el Congreso de la iniciativa de Puigdemont sobre la cuesti¨®n de confianza. Ser¨¢ con otra redacci¨®n y sin que el presidente ¡ªel ¨²nico que tiene la competencia de convocarla¡ª se someta a ella, seg¨²n avanz¨® en una comparecencia ante la prensa. El precio de esa cesi¨®n, aunque inc¨®modo para los partidos del Gobierno, es asumible vistos sus beneficios finales. Y supone una victoria p¨ªrrica para los exconvergentes, muy en la l¨ªnea de la pol¨ªtica de gestos con la que tantas veces tratan de subrayar la innegable importancia de sus siete diputados.
La comparecencia del presidente al final del Consejo de Ministros fue de una autocomplacencia ajena a la inquietud sembrada estos d¨ªas y solo justificable por la dificultad superada. Con todo, sus palabras recogieron algo que podr¨ªa servir como compromiso: es hora de traducir socialmente el ¨¦xito cosechado por la coalici¨®n de Gobierno en su gesti¨®n econ¨®mica, algo que todo el mundo reconoce. Y con ¨¦nfasis fuera de Espa?a, con un avance del PIB superior al 3% y casi medio mill¨®n de empleos creados en 2024, un a?o de estancamiento o recesi¨®n en las grandes econom¨ªas del euro. No obstante, dado que el contexto internacional apunta a peor, ser¨ªa bueno que el Ejecutivo se ufanase algo menos de sus logros y se esforzase m¨¢s en concitar acuerdos con la oposici¨®n. A ser posible, con menos suspense.
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