Una escuela abierta y vac¨ªa
Con m¨¢s de tres mil muertes diarias, Brasil ha alcanzado su m¨¢ximo hist¨®rico. Pero los colegios reabren para clases presenciales. El regreso a las aulas de 50 millones de ni?os est¨¢ siendo desigual y pol¨¦mico
Son las once de la ma?ana del 8 de marzo, un lunes. Las profesoras de la escuela P.O. (*) intentan ofrecer un ambiente de normalidad a los ni?os y ni?as, de cuatro a seis a?os, que frecuentan este centro de ense?anza infantil p¨²blico de S?o Paulo, ciudad brasile?a de 12 millones de habitantes. Los alumnos son pocos. En uno de los patios, una educadora observa con atenci¨®n a tres chavales, todos con mascarillas, corriendo y jugando. ¡°Quieren interactuar entre ellos, pero intentamos mantener la distancia. Estamos siempre orient¨¢ndoles. Al menos aqu¨ª pueden correr un poco¡±, explica la mujer.
Ubicado en el perif¨¦rico distrito de Guaianases, en la zona este del municipio, este centro educativo recib¨ªa antes de la covid-19 a 350 alumnos en sus aulas, patios, zonas de juego y comedores. Hab¨ªa 10 grupos, cada uno con 35 alumnos. Son hijos e hijas de una clase obrera empobrecida que se han quedado sin clases presenciales a lo largo de una crisis sanitaria a¨²n sin fecha para terminar. De los 210 millones de brasile?os, m¨¢s de 50 millones son menores de 18 a?os y la mayor¨ªa apenas ha tenido actividades presenciales en los ¨²ltimos meses. A lo largo de la pandemia, el centro manten¨ªa ¨Dy todav¨ªa mantiene¨D actividades virtuales con alumnos y alumnas, pero hay quienes no tienen acceso a internet. En esos casos, los familiares deben acercarse, recoger las tareas y, luego, llevarlas de vuelta.
La escuela volvi¨® a abrir sus puertas el pasado 15 de febrero, cumpliendo con la determinaci¨®n del alcalde de S?o Paulo, Bruno Covas, de retomar las clases presenciales. El Ayuntamiento autoriz¨® que el 35% de los alumnos regresara a las aulas, mientras los dem¨¢s deber¨ªan seguir con las actividades de manera virtual. ¡°Hay una lista de espera y los directores de cada centro tenemos que elegir qui¨¦nes vuelven a los centros f¨ªsicamente y quienes siguen en casa. La prioridad es para los mayores, con hermanos y en situaci¨®n de vulnerabilidad, seg¨²n las reglas. Los padres muchas veces no est¨¢n de acuerdo, entonces queda en nuestras manos gestionar ese conflicto¡±, explica Maria Aparecida da Silva (*), la directora de la P.O. Un mes despu¨¦s de la reapertura, el Ayuntamiento orden¨® otra vez el cierre de los centros de ense?anza ante el inminente colapso de la red de hospitales de la ciudad y con todo el pa¨ªs rozando los 3.000 muertos diarios, su m¨¢ximo hist¨®rico. Siguen abiertos solamente para dar de comer a sus alumnos m¨¢s humildes.
Durante la visita de EL PA?S el pasado 8 de marzo, las aulas l¨²dicas de los colegios segu¨ªan cerradas porque el protocolo del Ayuntamiento no permite que los alumnos compartan juguetes. Los pasillos que en un pasado reciente eran ruidosos y se abarrotaban f¨¢cilmente estaban vac¨ªos y sin vida. En el suelo se lee el siguiente mensaje para familiares y educadores: ¡°Juntos somos m¨¢s fuertes. Mantenga la distancia mientras espera en la cola¡±. En un aula para 35 alumnos hab¨ªa solamente cinco, sentados en el suelo, a una distancia m¨ªnima de un metro y medio y con juguetes individuales, siguiendo las normas. ¡°Cuando termina la clase, todo debe ser higienizado. Es una situaci¨®n nueva para la cual todav¨ªa nos estamos adaptando. Debemos tener mucho cuidado y atenci¨®n¡±, cuenta la profesora con un espray de alcohol en las manos.
Afuera, en uno de los pasillos, dos maestras dan asistencia a un ni?o de corta edad. Una de ellas lo gu¨ªa hacia una fuente de agua. La otra los escolta con un bote de alcohol. Los cuidados que exigen la pandemia han duplicado cualquier tarea, incluso las m¨¢s sencillas. Pero, a pesar de las restricciones, los alumnos parecen estar contentos de regresar a las clases presenciales. Necesitaban al menos un poco de contacto humano con sus colegas. ¡°Con todo lo que est¨¢ pasando, est¨¢ muy complicado. Mi hijo echaba de menos la escuela. Ahora, todos los d¨ªas hay una novedad¡±, cuenta Luciana, madre de Lorenzo, de cuatro a?os.
Huelga de profesores en S?o Paulo
Pese a los claros beneficios de volver a las clases, el regreso de las actividades presenciales ha sido desigual y pol¨¦mico. Desigual porque en los centros privados, donde est¨¢n matriculados los hijos e hijas de las clases m¨¢s altas, entre el 70% y el 100% de los alumnos ya hab¨ªan regresado desde finales de febrero. En los centros p¨²blicos las cifras se situaban debajo del 20%. Y pol¨¦mico porque los profesores de los colegios municipales de S?o Paulo en su mayor¨ªa no se sent¨ªan seguros.
Entre el 15 febrero y el 11 de marzo se registraron 784 casos de covid-19 entre alumnos y trabajadores en 344 escuelas
El sindicato de profesores del municipio decret¨® entonces una huelga a la que se sum¨® el 60% de los profesionales. Reclamaban pruebas para detectar la covid-19 entre profesores y alumnos, prioridad en el programa de vacunaci¨®n, obras estructurales en los centros para mejorar la ventilaci¨®n de las ventanas, ampliar pasillos y ba?os. Tambi¨¦n exig¨ªan mejores equipos de protecci¨®n individual y la contrataci¨®n de m¨¢s trabajadores. ¡°Cuando empec¨¦ a trabajar aqu¨ª, hab¨ªa 10 profesionales de limpieza. Ahora son tres. ?C¨®mo se pueden cumplir las reglas de higienizaci¨®n de todo un edificio con solamente tres profesionales?¡±, cuestiona la directora Silva.
Las autoridades y expertos que defienden la reapertura argumentan que los centros de ense?anza deben ser ¡°los ¨²ltimos en cerrar las puertas y los primeros en abrirlas¡±. Italo Dutra, jefe de Educaci¨®n de Unicef en Brasil, apoya ese lema. ¡°Los ni?os son los menos infectados por el coronavirus y la ciencia demuestra que es posible, bajo varios protocolos, retomar de forma segura las clases¡±, argumenta. Sin embargo, Dutra reconoce que el Ministerio de Educaci¨®n y gran parte de las secretar¨ªas de Educaci¨®n de los Estados y municipios no han puesto en marcha medidas y protocolos para asegurar el regreso seguro.
S?o Paulo volvi¨® a cerrar sus centros el 15 de marzo. Se quedar¨¢n clausurados por lo menos 15 d¨ªas, o hasta que se supere la actual saturaci¨®n de los hospitales. El sindicato de los profesores ha informado de que, en el per¨ªodo de reapertura, de 15 febrero hasta el 11 de marzo, se registraron 784 casos sospechosos o confirmados de covid-19 entre alumnos y trabajadores en 344 centros de ense?anza. Silva est¨¢ entre los profesionales afectados. ¡°El 1 de febrero empezamos a preparar para la retomada de las clases y me contagi¨¦ yo y toda mi familia¡±, cuenta. Estuvo internada en la UCI durante algunos d¨ªas, pero se ha recuperado. Ahora, espera que la vacunaci¨®n se acelere para que los pasillos, patios y aulas de la escuela que dirige vuelvan a sentirse bulliciosos y abarrotados. Sus alumnos no pueden perder otro a?o de clases.
(*) Los nombres de la escuela, educadores y funcionarios han sido cambiados a petici¨®n de ellos mismos para proteger su identidad.
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