Atenci¨®n, ¨²ltima oportunidad para salvar los bosques
La deforestaci¨®n y algunas actividades de uso de la tierra representan el 11% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Si esto no cambia, no podremos cumplir los objetivos clim¨¢ticos
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Es cierto que en los ¨²ltimos a?os algunas regiones han logrado reducir o revertir la deforestaci¨®n. Pero el hecho es que la p¨¦rdida y degradaci¨®n forestales contin¨²an a ritmos alarmantes. No pudimos cumplir la meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de gestionar de manera sostenible todos los tipos de bosques y detener su disminuci¨®n para 2020. Y si queremos lograrlo antes de 2030, el mundo debe prestar atenci¨®n al llamamiento del secretario general de la ONU, Ant¨®nio Guterres, de frenar este problema.
Se estima que, desde 1990, debido a la deforestaci¨®n han desaparecido 420 millones de hect¨¢reas de bosques, que equivalen a las superficies de India y Portugal combinadas. Continuamos perdiendo alrededor de 10 millones de hect¨¢reas cada a?o, un ¨¢rea de aproximadamente el tama?o de la Rep¨²blica de Corea, o el doble del tama?o de Costa Rica. Y en ?frica, el ritmo de reducci¨®n se acelera.
Por otra parte, la pandemia de la covid-19 ha aumentado el riesgo de la deforestaci¨®n debido a la migraci¨®n inversa hacia las zonas rurales, el aumento de la presi¨®n que se ejerce sobre los bosques para proporcionar medios de vida de subsistencia, y una disminuci¨®n de los recursos que se asignan al monitoreo forestal y al cumplimiento de la ley.
Todo esto repercute negativamente sobre las personas, la biodiversidad y el planeta. Tambi¨¦n genera un efecto en cadena sobre el cumplimiento de otros ODS, incluidos los que se vinculan a la pobreza, el hambre, la salud y, quiz¨¢s lo m¨¢s apremiante, la acci¨®n clim¨¢tica. La deforestaci¨®n y otras actividades de uso de la tierra representan el 11% de las emisiones mundiales de los gases de efecto invernadero. Si esto no cambia, no podremos cumplir los objetivos clim¨¢ticos.
Pero si detenemos la deforestaci¨®n y restauramos las tierras degradadas, podremos marcar una verdadera diferencia. La restauraci¨®n forestal por s¨ª sola tiene el potencial de eliminar de 13 a 26 gigatoneladas de gases de efecto invernadero de la atm¨®sfera entre 2020 y 2030. Para ponerlo en contexto, en 2018, el sector agr¨ªcola mundial emiti¨® un poco m¨¢s de cinco gigatoneladas de gases de efecto invernadero de di¨®xido de carbono equivalente. Por todas las razones mencionadas, con motivo de la 16? sesi¨®n del Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques, 15 organismos internacionales que trabajan en el tema forestal emitieron una declaraci¨®n conjunta donde destacan la necesidad de revertir la deforestaci¨®n y aumentar la superficie forestal mundial.
Presidida por la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci¨®n (FAO), la Asociaci¨®n de Colaboraci¨®n en materia de Bosques incluye organismos de la ONU, cuatro convenciones y otras organizaciones que poseen programas importantes sobre los bosques. En el comunicado, expusieron la alarmante realidad de los impactos de la deforestaci¨®n, pero tambi¨¦n describieron las oportunidades y las acciones necesarias para detenerla. Entonces ?qu¨¦ puede hacerse?
Debemos promover la legalidad en la producci¨®n y el comercio de la madera, y minimizar los efectos de los incendios forestales, las plagas y las enfermedades
En primer lugar, debemos abordar la creciente demanda de productos agr¨ªcolas y, al mismo tiempo, limitar la expansi¨®n de la agricultura hacia las zonas forestales.
La buena noticia es que alimentar a una poblaci¨®n mundial en crecimiento y detener ¨Do incluso revertir¨D la deforestaci¨®n no son acciones mutuamente excluyentes. Podemos lograr ambas si se brinda apoyo a las pr¨¢cticas agroforestales y de producci¨®n sostenibles y si se hace una planificaci¨®n mejor y m¨¢s equilibrada del uso de la tierra. Otras piezas importantes del rompecabezas son restaurar la productividad de las tierras agr¨ªcolas degradadas, reforzar los compromisos de los sectores p¨²blico y privado para erradicar la deforestaci¨®n, reducir la p¨¦rdida y el desperdicio de alimentos y educar a los consumidores.
Tambi¨¦n debemos promover la legalidad en la producci¨®n y el comercio de la madera, y minimizar los efectos de los incendios forestales, las plagas y las enfermedades. Para lograr esto, se deben cambiar las pol¨ªticas para reformar los subsidios agr¨ªcolas, fortalecer la gobernanza forestal y mejorar los derechos de tenencia. Se debe invertir dinero, tanto del sector p¨²blico como privado, para apoyar la restauraci¨®n forestal y la conservaci¨®n y el uso sostenible de los bosques. Y los esfuerzos deben involucrar la participaci¨®n activa de todas las partes interesadas, lo que incluye a los pueblos ind¨ªgenas, quienes administran aproximadamente el 28% de la superficie terrestre del mundo, las comunidades locales, las mujeres y los j¨®venes. La sociedad aprendi¨® muchas lecciones en 2020 y la pandemia fue, en muchos sentidos, el resultado de una ruptura en la relaci¨®n entre los sistemas humanos y los sistemas naturales.
Al adentrarnos en el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauraci¨®n de los Ecosistemas 2021-2030, debemos reconocer que la protecci¨®n, gesti¨®n y restauraci¨®n de los ecosistemas es una parte necesaria de nuestra respuesta y recuperaci¨®n a escalas global y local. Las inversiones en la restauraci¨®n forestal pueden crear millones de empleos verdes, mejorar la salud humana y aumentar la seguridad alimentaria. Las asociaciones y la cooperaci¨®n mundiales son fundamentales. La Asociaci¨®n de Colaboraci¨®n en materia de Bosques reconoce esto y sus miembros continuar¨¢n trabajando juntos para ampliar las ambiciones globales a fin de revertir el rumbo de la deforestaci¨®n y cumplir con los ODS y los objetivos forestales mundiales de la ONU.
En esta d¨¦cada tenemos una oportunidad, quiz¨¢s nuestra ¨²ltima oportunidad, de cambiar el rumbo de la deforestaci¨®n, de salvar y restaurar nuestros bosques y poner en pr¨¢ctica pol¨ªticas y formas de hacer negocios que los protejan. Pero para hacerlo, debemos actuar juntos.
Mette L?yche Wilkie, presidenta de la Asociaci¨®n de Colaboraci¨®n en materia de Bosques y directora de la Divisi¨®n Forestal de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci¨®n (FAO).
Malgorzata Buszko-Briggs, oficial forestal s¨¦nior de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci¨®n (FAO).
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