Si eres mujer, ?tu cuerpo te pertenece?

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A Yuniy L¨®pez, hondure?a y madre de 10 ni?os, nadie le explic¨® que pod¨ªa utilizar m¨¦todos anticonceptivos para decidir si tener hijos, cu¨¢ntos y cu¨¢ndo. ¡°Es dif¨ªcil, por la salud de una misma. No quiero que nadie pase por lo mismo que yo¡±, afirma. ¡°La prueba m¨¢s dolorosa es tener un beb¨¦ peque?ito y de repente que ya te venga otro en camino; no hay para comprarle nada de lo que va a necesitar. A ninguna madre le deseo eso, los hijos tienen que ser planificados; cuando son muchos no se les da lo que necesitan, se les da lo que se puede¡±, contin¨²a en un v¨ªdeo en el que relata por qu¨¦ hoy es voluntaria del Fondo de Poblaci¨®n de Naciones Unidas (UNFPA) en su pa¨ªs. L¨®pez afirma que hay lugares donde la informaci¨®n sobre planificaci¨®n familiar ¡°no ha llegado nunca¡±.

Como le sucedi¨® a L¨®pez, a¨²n hoy millones de mujeres no pueden tomar las m¨¢s esenciales decisiones sobre sus cuerpos. Casi la mitad de ellas (un 45%) dice no tener opci¨®n de elegir si tienen o no relaciones sexuales con su pareja, ni usar anticonceptivos o buscar atenci¨®n m¨¦dica. Ninguna de las tres elecciones que deber¨ªan poder hacer libremente tal como establece el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU 5.6. Esta es la principal conclusi¨®n del informe anual del UNFPA Mi cuerpo me pertenece, seg¨²n los datos de los 57 pa¨ªses ¨Dla mayor¨ªa en ?frica subsahariana¨D de los que hay datos completos sobre estas tres dimensiones.

¡°Esto deber¨ªa indignarnos a todos. En esencia, cientos de millones de mujeres y ni?as no son due?as de sus propios cuerpos. Sus vidas est¨¢n gobernadas por otros¡±, anota Natalia Kanem, directora ejecutiva del organismo por correo electr¨®nico. Para Jaume Nadal, representante del UNFPA en Ucrania, el problema es que la mayor¨ªa de Estados aseguran que, con sus leyes, garantizan a las mujeres su derecho a decidir sobre sus cuerpos. ¡°Hay una brecha enorme con la realidad que experimentan ellas¡±, lamenta en una conversaci¨®n telef¨®nica.

El informe se basa en dos indicadores de los ODS que ayudan a rastrear el progreso hacia el objetivo de garantizar la salud y los derechos sexuales y reproductivos para todos en 2030, ¡°a lo que se comprometieron todos los miembros de las Gobiernos¡å, recuerda Kanem. ¡°Es la primera vez que medimos el poder de las mujeres para tomar decisiones aut¨®nomas sobre el sexo y la reproducci¨®n, y hasta qu¨¦ punto las leyes y pol¨ªticas permiten o dificultan esa toma de decisiones individuales¡±. Nadal a?ade: ¡°La autonom¨ªa personal forma parte del feminismo desde siempre; ahora tenemos una forma de medirla con los ODS; es importante que se haga y haya un seguimiento por parte de los pa¨ªses¡±.

Yuniy L¨®pez, voluntaria de UNFPA Honduras

Los datos globales son esclarecedores. Kanem destaca algunos: ¡°Solo el 71% de los pa¨ªses garantiza el acceso a la atenci¨®n de la maternidad; solo el 75% garantiza legalmente el pleno acceso a la anticoncepci¨®n; y solo alrededor del 56% tiene leyes y pol¨ªticas que apoyan la educaci¨®n integral en sexualidad. Y debido a que solo alrededor del 13% de los pa¨ªses tienen un presupuesto espec¨ªfico para recopilar y analizar estad¨ªsticas de g¨¦nero, cuestiones como la violencia de g¨¦nero y el trabajo de cuidados no remunerado a menudo permanecen invisibles, sin contar y sin abordar¡±.

¡°Y ahora, por la pandemia, m¨¢s mujeres est¨¢n expuestas a violencia de g¨¦nero y al no ejercicio de sus derechos¡±, apunta Nadal. En Ucrania, donde ¨¦l trabaja, ha aumentado un 50% el n¨²mero de mujeres que buscan ayuda. ¡°La verdad es que estamos viendo retrocesos y los avances que se ven¨ªan produciendo no eran r¨¢pidos¡±, lamenta. Por eso, dice, este informe es un llamamiento a los gobiernos para que cierren la brecha entre lo que dicen sus leyes y la realidad. Un ejemplo claro es la mutilaci¨®n genital femenina, prohibida en muchos pa¨ªses en los que se sigue practicando masivamente. ¡°Los descensos son muy discretos; erradicarla llevar¨¢ cientos de a?os al ritmo actual¡±.

M¨¢s de 200 millones de ni?as y mujeres viven con las consecuencias de la ablaci¨®n, y al menos cuatro millones de ni?as corren el riesgo de ser sometidas a ella cada a?o, seg¨²n el UNFPA. La crisis de la covid-19 podr¨ªa empeorar esta estad¨ªstica hasta el punto de que la pandemia puede ¡°dar lugar a dos millones de casos que, de lo contrario, se hubieran evitado¡±, y reducir un tercio de los progresos realizados en aras de la meta 5.3 de los ODS de eliminar la mutilaci¨®n genital femenina para 2030.

La mutilaci¨®n genital, junto con el matrimonio forzado e infantil y la violaci¨®n conyugal, son los ¡°ejemplos m¨¢s crudos de la relaci¨®n entre las normas de g¨¦nero desiguales y la erosi¨®n de la capacidad de una mujer o ni?a para tomar decisiones aut¨®nomas en la vida¡±, escriben los autores del documento de 164 p¨¢ginas.

¡°No es f¨¢cil ser optimista frente a los hallazgos del informe: al 45% de las mujeres se les niega el derecho a decir s¨ª o no al sexo, acceder a la atenci¨®n m¨¦dica o elegir el momento adecuado para tener un hijo. Y lo que ya estaba mal ahora es peor con la covid-19. La pandemia ha provocado un aumento vertiginoso de la violencia sexual, m¨¢s embarazos no deseados y nuevas barreras para la atenci¨®n m¨¦dica, junto con la p¨¦rdida de empleos y educaci¨®n. En contextos humanitarios, familias cada vez m¨¢s desesperadas casan a sus hijas peque?as solo para sobrevivir¡±, analiza Kanem.

Pero no todas son malas noticias. El UNFPA estima que m¨¢s de 12 millones de mujeres han experimentado interrupciones en los servicios de planificaci¨®n familiar durante el ¨²ltimo a?o, lo que ha provocado aproximadamente 1,4 millones de embarazos no deseados. Pudo haber sido mucho peor. Al comienzo de la pandemia, el organismo advirti¨® que seis meses de corte podr¨ªan resultar en que 47 millones de mujeres en pa¨ªses de ingresos bajos y medios no pudieran acceder a m¨¦todos anticonceptivos modernos. ¡°Afortunadamente, la comunidad internacional se moviliz¨® para mantener en funcionamiento las cadenas de suministro y los proveedores de servicios innovaron y se adaptaron¡±, subraya la experta.

¡°El punto central es que si no se avanza en autonom¨ªa corporal de las mujeres y las ni?as, no se van a cumplir ninguno de los dem¨¢s Objetivos de Desarrollo Sostenible, ni los derechos humanos¡±, sentencia Nadal. Pero el informe no se limita al tir¨®n de orejas a los Gobiernos. Tambi¨¦n propone. ¡°La educaci¨®n es fundamental para que puedan ejercer sus derechos de forma libre e informada, tambi¨¦n es necesario lograr m¨¢s implicaci¨®n del personal sanitario para detectar y evitar ciertas vulneraciones¡±, enumera Nadal. Pero sobre todo es importante, en su opini¨®n, que se resuelvan las incoherencias de las leyes existentes. ¡°En algunos pa¨ªses, la edad m¨ªnima para el consentimiento legal para mantener relaciones sexuales es de 14 a?os, sin embargo se limita el acceso a anticonceptivos a los 18 y la educaci¨®n sexual no forma parte ni del curr¨ªculo. Se expone a las chicas a un enorme riesgo; no puede ser que se las prive del uso de m¨¦todos de planificaci¨®n familiar¡±, detalla el especialista.

La tarea de exigir a las autoridades que cumplan sus compromisos con la igualdad de g¨¦nero no es exclusiva del movimiento feminista o entidades como el UNFPA, opina Kanem. ¡±Todas las personas pueden contribuir manteniendo la presi¨®n sobre los gobiernos para que act¨²en y responsabilizando a los l¨ªderes de cumplir. Tambi¨¦n necesitamos m¨¢s aliados masculinos. Los hombres deben estar dispuestos a alejarse de los roles dominantes que privilegian su poder y sus opciones sobre las de las mujeres. Los varones adolescentes necesitan nociones mucho m¨¢s positivas de lo que constituye la hombr¨ªa durante una ¨¦poca de la vida en la que las normas de g¨¦nero da?inas comienzan a cristalizar. La educaci¨®n integral en sexualidad adecuada a la edad para ni?os y ni?as inculca los valores de respeto, igualdad y consentimiento¡±, zanja.

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