El neomud¨¦jar, el ladrillo y Madrid
El paisaje urbano se construye con referencias significativas que identifican sitios de observaci¨®n que, cuando desaparecen, dejan un vac¨ªo valioso dif¨ªcil de completar para algunas generaciones
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Antes que Teodoro Ardemans planteara las orientaciones para los productores de ladrillos, en sus ordenanzas para Madrid hacia principios del siglo XVIII, en la capital de Espa?a este se ven¨ªa utilizando ya como material constructivo en una parte importante de sus edificaciones.
Pero no solo el ladrillo es lo relevante en la construcci¨®n del tejido urbano de Madrid. Hay otra referencia importante que durante mucho tiempo ha pasado, y sigue pasando, inadvertido para la mayor parte de los habitantes de dicha ciudad: la construcci¨®n neomud¨¦jar. A pesar de su importancia hist¨®rica, existen pocas aportaciones en el ¨¢mbito de la investigaci¨®n.
Si usamos como base que el neomud¨¦jar ancla sus ra¨ªces en gran parte de Espa?a, cuesta entender las razones por las que la atenci¨®n que ha recibido en el ¨¢mbito del estudio de Madrid, cuenta con tan pocas citas y aparentemente tan poco inter¨¦s.
Ese desconocimiento del neomud¨¦jar no impide que sea un elemento relevante en su fisonom¨ªa, en parte de su paisaje. Su origen se adentra con toda certeza en la estructura cultural de arte mud¨¦jar que la presencia de ocho siglos consolid¨® como algo propio, hasta el punto que la recuperaci¨®n a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, se reivindic¨® por algunos como estilo nacional, en el marco de la arquitectura historicista de la Europa del momento.
En el siglo XIX se da una afinidad entre la utilizaci¨®n del ladrillo y el neomud¨¦jar, pese a que la sugerencia arquitect¨®nica fuera ecl¨¦ctica o ¨¢rabe. Entonces se utilizaba masivamente este material en la pr¨¢ctica constructiva, ocup¨¢ndose de elementos como la vivienda, espec¨ªficamente para obreros, pero tambi¨¦n para dar cobijo a actividades industriales, religiosas, educativas, entre otras. Evidentemente no todo lo que se produce con este elemento es neomud¨¦jar, pues le falta el estilo asociado.
Es aventurado, pero se podr¨ªa afirmar que este tiene su origen en Madrid, que es donde se produjeron sus mejores manifestaciones. A estas alturas hay un acuerdo casi un¨¢nime que este estilo es aquello en que la utilizaci¨®n del ladrillo tiene como base la inspiraci¨®n de la construcci¨®n mud¨¦jar.
Seguramente la falta de sensibilidad de las instituciones, aunque tambi¨¦n la ausencia de normativa para preservar dichas edificaciones, han permitido que desaparezcan elementos referentes del neomud¨¦jar
Elementos tan destacados como la actual Casa ?rabe, originalmente Escuelas Aguirre, la plaza de toros de las Ventas, las iglesias de San Ferm¨ªn de los Navarros y de Santa Cristina, la f¨¢brica de cervezas El ?guila, hoy Biblioteca Regional Joaqu¨ªn Leguina, as¨ª como el cercano Matadero de Madrid, transformado en espacio cultural de referencia del Ayuntamiento de Madrid. Con arquitectos de tanto prestigio como Emilio Rodr¨ªguez Ayuso, que junto con Capra son considerados como los impulsores de esta expresi¨®n arquitect¨®nica, sin menospreciar a otros como Enrique Repull¨¦s, Ortiz de Villajos, Carlos Velasco, y un largo etc¨¦tera.
Seguramente la falta de sensibilidad de las instituciones, aunque tambi¨¦n la ausencia de normativa para preservar dichas edificaciones, han permitido que desaparezcan elementos referentes, como la Casa de la Moneda, que ocupaba el espacio contiguo a la Biblioteca Nacional, en lo que hoy son los Jardines del Descubrimiento en la Plaza de Col¨®n, la plaza de toros de Goya, actualmente Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid, recinto multiusos para deportes y m¨²sica, especialmente, conocido como Wizink Center debido a su patrocinio.
Tambi¨¦n ha desaparecido Palacio Xifr¨¦, del que en el blog Secretos de Madrid se preguntan si es una peque?a Alhambra en el centro de Madrid. Se trata de uno de los elementos m¨¢s evidentes de la falta de autoestima para con la ciudad de sus representantes, incapaces de evitar que la piqueta aterrizara sobre uno de los palacios m¨¢s bellos desaparecidos del paisaje madrile?o a principios de 1950 y siendo sustituido por la Delegaci¨®n Nacional de Sindicatos de la dictadura de Franco, para posteriormente ser ocupado por el Ministerio de Sanidad, en su mayor parte.
En Madrid no solo se ha permitido la desaparici¨®n de referentes como la plaza de toros de Goya o el Palacio Xifr¨¦, sino que tambi¨¦n se han derribado edificaciones de menor importancia
Es una evidencia que el paisaje urbano se construye con referencias significativas, que permiten identificar sitios de observaci¨®n que cuando desaparecen dejan un vac¨ªo valioso dif¨ªcil de completar para algunas generaciones, y que adem¨¢s van estructurando la personalidad de los espacios urbanos. Pero no todo son elementos relevantes, el paisaje tambi¨¦n tiene sus referencias m¨¢s pr¨®ximas, posiblemente sin tanta importancia en la comunicaci¨®n, pero que acompa?a en la descripci¨®n de un modelo cultural o art¨ªstico.
En Madrid no solo se ha permitido la desaparici¨®n de referentes como la plaza de toros de Goya o el Palacio Xifr¨¦, sino que tambi¨¦n se han derribado edificaciones de menor importancia. La ¨²ltima que parece predestinada a desaparecer es un edificio de viviendas en la calle de Bravo Murillo, 315. Muchos como este, edificaciones sin aparente inter¨¦s, pero que formaban parte de ese elemento cultural de referencia que ha permitido saber que el ladrillo es algo m¨¢s que un material constructivo, es algo que tiene la capacidad de materializarse como arte en el espacio urbano.
Jos¨¦ Mar¨ªa de la Riva ?mez es profesor de Geograf¨ªa. M¨¢ster en Planificaci¨®n y Desarrollo Territorial Sostenible. Fue concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid con los Alcaldes Tierno y Barranco. Investiga sobre el Neomud¨¦jar en Madrid.
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