La terrible y edificante historia sobre las sudafricanas escrita por Sindiwe Magona
La ¨²ltima novela de la escritora de ¡®Cuando la aldea duerme¡¯ abarca tres generaciones de mujeres de una familia y el papel central de la fe ancestral y las costumbres antiguas
La lectura de When the Village Sleeps [Cuando la aldea duerme], la novela m¨¢s reciente de la sudafricana Sindiwe Magona, me ha recordado el tiempo que pas¨¦ investigando y dando clase en la provincia del Cabo Oriental, hace una d¨¦cada. Mientras realizaba trabajo comunitario con la Universidad de Rhodes, escuche historias de j¨®venes que contra¨ªan deliberadamente el sida para recibir prestaciones p¨²blicas por discapacidad.
When the Village Sleeps abarca tres generaciones de mujeres de una familia y el papel central de la fe ancestral y las costumbres antiguas ¨Co la falta de ellas¨C en sus vidas. Inicialmente se centra en Busi, una prometedora estudiante que disfruta de educaci¨®n en un buen colegio gracias al esfuerzo de su abuela y a la amistad de esta con su antiguo empleador blanco.
Revela la terrible motivaci¨®n que hay tras el embarazo adolescente de Busi, organizado para obtener una subvenci¨®n econ¨®mica en forma de prestaci¨®n estatal de ayuda a la infancia.
El impactante relato central de la novela m¨¢s reciente de Magona es tan descorazonador como cruel. Pero as¨ª y todo, el personaje de la hija de Busi, Mandlakazi (o Mandla) le da la vuelta a la idea de que su nacimiento es una tragedia y se convierte en la hero¨ªna que une a la familia.
Magona presenta cuestiones dif¨ªciles e incisivos con el poder, la masculinidad y el papel de las mujeres
Magona es una escritora pionera que, con esta nueva novela, sigue presentando cuestiones contempor¨¢neas dif¨ªciles en su obra, con comentarios incisivos sobre el poder, la masculinidad y el papel de las mujeres.
Lo viejo y lo nuevo
Khulu, la abuela, que se lleva a Mandla de beb¨¦ al campo, en la provincia del Cabo Oriental, para que se recupere de las discapacidades que sufre al nacer y coja fuerzas, es un elemento central de la historia, y es su devoci¨®n infinita la que parece producir un cambio tan significativo en el ¡°fardo roto¡± que se lleva con ella a Sidwadweni.
En referencia a la poes¨ªa y a las ense?anzas del c¨¦lebre escritor y autor isixhosa S.E.K. Mqhayi, la narraci¨®n pasa con frecuencia al verso para permitir que la voz de Mandla articule su conciencia naciente, que parece fundida con la de sus ancestros, ¡°los viejos¡±. Desde sus primeros momentos ella:
dorm¨ªa con el cuidado
de sus manos impregnadas de amor
y en ese sue?o
la letra de canciones nacidas de una garganta antigua
penetraba en mi mente
en mi cerebro, mi coraz¨®n, mis extremidades.
No es de extra?ar que Mandla salga transformada de los a?os que pasa bajo el cuidado de Khulu. Vuelve al suburbio de Kwanele, en Ciudad del Cabo, con el don divino que le permite acceder al reino ancestral y predecir el futuro.
Un elemento central de la novela son los abenzakalise (los que han causado da?o) y las consecuencias de sus acciones. En un ¨¢mbito personal esto hace referencia a la tensa relaci¨®n de Busi con su madre Phyllis y su padre distante, y despu¨¦s, de adolescente, con el alcohol y el tik, una droga que consume para deformar a su beb¨¦ y recibir del Estado la prestaci¨®n por discapacidad.
Sin embargo, se demuestra que todos estos personajes pueden alcanzar la redenci¨®n y cambiar, siempre que se adhieran a la sabidur¨ªa de Khulu, que no es en absoluto una repetici¨®n mec¨¢nica de la ¡°tradici¨®n¡±, sino una fe viva y pr¨¢ctica. De ese modo, la resiliencia y la fuerza de todos los personajes femeninos brilla a lo largo de la novela, como ocurre en Beauty¡¯s Gift [El don de la belleza], la aplaudida obra de Magona publicada en 2008.
Una cr¨ªtica devastadora
En un plano aleg¨®rico m¨¢s amplio, la novela puede interpretarse como una cr¨ªtica a la propia Sud¨¢frica, al impacto del colonialismo y al Gobierno del Congreso Nacional Africano (ANC por sus siglas en ingl¨¦s), que debido a la corrupci¨®n y a la incapacidad para solventar la desigualdad han perjudicado a la poblaci¨®n, impidiendo el crecimiento de un pa¨ªs rico y pr¨®spero.
La cr¨ªtica expl¨ªcita al Gobierno, y en especial a las limosnas p¨²blicas que en realidad no hacen nada por aliviar la pobreza, sino solo afianzar los sentimientos de impotencia, es evidente en toda la novela.
Magona hace juicios incisivos a trav¨¦s de sus personajes ¨Cen especial la anciana Khulu y la joven Mandla¨C y ofrece soluciones posibles, como cuidar la tierra y volver a la autosuficiencia. Este idealismo puede parecer ingenuo en algunos momentos, pero hay algo muy atractivo y directo en el cuidado y el respeto hacia uno mismo que deriva del hecho de que los ciudadanos se ayuden mutuamente y trasformen sus comunidades desde dentro.
Hacia el final, el libro se transforma en una especie de manifiesto de ni?as discapacitadas o conjunto de instrucciones para establecer un apoyo comunitario a j¨®venes discapacitados y marginados. Sin embargo, Magona da un giro experto al relato, devolvi¨¦ndolo enseguida a un di¨¢logo con los ancestros y consigue transformar los elementos did¨¢cticos de la historia en sabidur¨ªa que llega hasta el presente y la amenaza de la covid-19.
Es doloroso leer un comentario muy reciente sobre las dificultades de garantizar la distancia f¨ªsica durante la pandemia en comunidades que dependen de los paquetes de comida, obligando a los lugare?os a reunirse para recoger la ayuda que tanta falta les hace. Los errores son prevenibles y obvios, y sin embargo se cometen una y otra vez.
La profec¨ªa
Lo m¨¢s interesante para m¨ª es la forma en que la novela consigue equilibrar la reintroducci¨®n de los olvidados ritos de iniciaci¨®n femeninos con el realismo m¨¢gico que aporta la predicci¨®n de la pandemia de covid-19 por parte de Mandla. A diferencia de la profec¨ªa que hizo la profetisa xhosa Nongqawuse¡¯s en el siglo xix ¨Cque llev¨® a un movimiento milenarista que culmin¨® en la destrucci¨®n de ganado y en la hambruna de 1856-1857¨C la predicci¨®n de que ¡°el mundo morir¨¢¡± publicada por Mandla se hace realidad, aunque tal vez no en la escala que las ¡°voces¡± decretaron:
?La tierra no podr¨¢ tragarse todos los muertos!
?Oh, oh! ?Los numeros¨ªsimos muertos!
No quedar¨¢ nadie para enterrar a los muertos.
En muchos aspectos, esta predicci¨®n se confunde, en mi mente, con la escala de la pandemia de VIH/sida que mat¨® a m¨¢s de dos millones de sudafricanos, y de la que en la actualidad hay 7,7 millones de infectados. Magona ha escrito antes con agudeza sobre este tema.
Criticando duramente de nuevo la corrupci¨®n y los fallos del gobierno, el proyecto de los Campos de Esperanza, que la joven Mandla inicia para cultivar alimentos para el pueblo, brilla como un faro cuando ¡°lo que la ayuda p¨²blica hace por los pobres es encarcelarlos en la pobreza. ?Aqu¨ª llega una ayuda que es real!¡±
Acabando con una nota contundente y abrupta, Magona, como siempre, nos deja mucho en lo que pensar.
Lizzy Attree es profesora adjunta en la universidad Richmond American International.
Este art¨ªculo fue publicado originalmente en The Conversation.