Haitianas y afganas, ?cuenten con nosotras!

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Para el momento en que escribo estas l¨ªneas, los informativos internacionales est¨¢n llenos de las im¨¢genes dram¨¢ticas que llegan de Hait¨ª y Afganist¨¢n, producto de dos situaciones diferentes, pero con consecuencias igualmente lamentables para la poblaci¨®n. Especialmente para las mujeres y las ni?as.

El terremoto con magnitud de 7,2 que afect¨® al pa¨ªs caribe?o el pasado 14 de agosto ha dejado, seg¨²n los ¨²ltimos datos disponibles del 31 de agosto, m¨¢s de 800.000 afectados, cerca de 130.000 casas destruidas o da?adas, m¨¢s de 2.200 personas muertas y m¨¢s de 12.000 heridas, cifras que siguen creciendo a medida que avanzan las operaciones de rescate.

El a?o pasado tuvo que enfrentarse a la covid-19; a la tormenta tropical Laura, que mat¨® a decenas de personas, da?¨® miles de hogares y destruy¨® cultivos; y a la intensificaci¨®n de la violencia que ha obligado a huir a casi 20.000 personas.

Antes del terremoto, en Hait¨ª ya se preve¨ªa que m¨¢s de cuatro millones de personas ¡ª60% mujeres y ni?as¡ª necesitar¨ªan ayuda de emergencia. El a?o pasado, los casos de violencia por motivos de g¨¦nero se dispararon en un 377% en el marco de la pandemia. Se espera que la actual crisis incremente a¨²n m¨¢s este tipo de violencias.

Desde ONU Mujeres estamos trabajando junto al Gobierno, nuestras contrapartes de organizaciones de mujeres y todo el equipo humanitario de las Naciones Unidas para en conjunto responder al desastre. Sin embargo, la insuficiencia de recursos y capacidades y las dificultades de comunicaci¨®n y transporte limitan la velocidad y el alcance de la respuesta. Los problemas de seguridad tambi¨¦n obstaculizan estos esfuerzos.

Casi en simult¨¢neo en Afganist¨¢n, el colapso del anterior Gobierno ha dejado, en palabras del Secretario General de Naciones Unidas, ¡°caos, inquietud, incertidumbre y miedo¡±. Tambi¨¦n en este pa¨ªs el conflicto ha obligado a cientos de miles de personas a abandonar sus hogares. La capital ha visto una enorme afluencia de desplazados internos procedentes de provincias de todo el pa¨ªs donde se sent¨ªan inseguros o huyeron durante los combates.

Como la historia ha demostrado, las crisis tienden a exacerbar las desigualdades de g¨¦nero subyacentes, afectando desproporcionadamente a las mujeres y las ni?as. En esto se incluye el desplazamiento, los refugios superpoblados, las instalaciones de lavado limitadas y no segregadas, los medios de vida destruidos, las escuelas cerradas y un mayor riesgo de violencia sexual y otras formas de abuso contra las mujeres y las ni?as.

En Hait¨ª, donde el 45% de los hogares est¨¢n encabezados por mujeres, la crisis pol¨ªtica y la inestabilidad social se han visto agravadas por el impacto socioecon¨®mico de la covid-19. En Afganist¨¢n es adem¨¢s comprensible el temor a retroceder en el avance de los derechos de las mujeres y un pasado el que se inflig¨ªan graves formas de discriminaci¨®n a mujeres y ni?as.

Tanto en Hait¨ª como en Afganist¨¢n, las mujeres est¨¢n en situaci¨®n de alta vulnerabilidad debido a su limitado acceso a la respuesta humanitaria, a los servicios de salud y hasta a la alimentaci¨®n, con el riesgo de que aumente la exclusi¨®n y la violencia, ya que muchas viven sin refugio en contextos de gran inseguridad.

La experiencia internacional en conflictos y desastres ha demostrado que las mujeres tambi¨¦n son las primeras impulsoras de la recuperaci¨®n

Llamamos a que la respuesta a la crisis en Hait¨ª se haga reforzando el liderazgo femenino en un contexto en el que hist¨®ricamente y en la actualidad han tenido bajos niveles de participaci¨®n en la vida p¨²blica, ya que menos del 3% del parlamento est¨¢ formado por mujeres.

En Afganist¨¢n, aunque la situaci¨®n mejor¨® levemente durante los ¨²ltimos 15 a?os, los espacios de decisi¨®n son notablemente dominados por hombres. El regreso de los talibanes al Gobierno presupone en peligro los t¨ªmidos avances que se hab¨ªan logrado.

La experiencia internacional en conflictos y desastres ha demostrado que las mujeres tambi¨¦n son las primeras impulsoras de la recuperaci¨®n. Por eso, no se trata ¨²nicamente de sumarlas, sino de ponerlas en el centro de la toma de decisiones y reforzar sus autonom¨ªas (social, pol¨ªtica, econ¨®mica), para que pasen de la supervivencia al protagonismo de la recuperaci¨®n y la reconstrucci¨®n.

Por eso, hago esta llamada de atenci¨®n, para que respeten los derechos de las mujeres en todos nuestros pa¨ªses y en especial en Hait¨ª y Afganist¨¢n, pero tambi¨¦n para que se valore y promueva su gran potencial transformador.

A su vez, insto a los gobiernos de Am¨¦rica Latina para que abran sus puertas, como ya lo han hecho otras naciones, a las personas solicitantes de refugio de Afganist¨¢n; y que apoyen institucional y econ¨®micamente los esfuerzos de reconstrucci¨®n f¨ªsica e institucional de Hait¨ª, considerando las necesidades particulares de protecci¨®n de mujeres y ni?as ya sea a trav¨¦s de la ya tradicional Cooperaci¨®n Sur-Sur de la regi¨®n, como de iniciativas de cooperaci¨®n triangular.

Es una llamada, finalmente, a la ciudadan¨ªa y a quienes tienen el poder de cooperar desde sus roles en los gobiernos y otros organismos internacionales, para seguir trabajando en el empoderamiento de las mujeres y la igualdad de g¨¦nero; a que sigamos trabajando por los derechos y necesidades de las afganas y haitianas, especialmente en estas circunstancias, que las exponen a tantas vulnerabilidades y riesgos. Actuemos de forma clara y decidida en el favor de sus derechos y su protecci¨®n.

Mar¨ªa Noel Vaeza es Directora Regional para las Am¨¦ricas y el Caribe de ONU Mujeres

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