Pobreza energ¨¦tica: la oscuridad que mata
La falta de suministro el¨¦ctrico afecta a un tercio de la poblaci¨®n mundial e impacta en la salud: aumenta la mortalidad y el riesgo a padecer patolog¨ªas cardiovasculares y respiratorias. Para casi siete millones de personas en Espa?a es, adem¨¢s, indicador de exclusi¨®n social y desigualdad
A las 15.00 se apagan las luces del hospital y la universidad de Jonglei, en el centro de Sud¨¢n del Sur; estos son los dos ¨²nicos espacios a donde llega la electricidad que provee el Gobierno. Y lo hace apenas durante seis horas y de manera d¨¦bil e intermitente. Los casi 1,2 millones de vecinos del departamento ni siquiera saben lo que es tener luz en sus casas. Mayen Mayol Juuk, m¨¦dico del Hospital de Bor, dice que es ¡°com¨²n¡± ver morir a pacientes a los que se les retiraba el ox¨ªgeno por falta de energ¨ªa. ¡°Para los electrocardiogramas, los partos complicados, las cirug¨ªas de urgencia¡ Es imprescindible para dar un servicio de calidad y no contamos con ella¡±, lamenta por tel¨¦fono. Este hombre de 45 a?os es parte del tercio de la poblaci¨®n que padece la pobreza energ¨¦tica. ¡°Somos los desconectados del mundo¡±.
Aunque varios estudios muestran que el acceso a este servicio en el continente africano ha mejorado a un ritmo creciente en la ¨²ltima d¨¦cada ¨Cy que aument¨® en todos menos dos pa¨ªses, Libia y Mauricio¨C las cifras a¨²n son muy alarmantes: 600 millones de ciudadanos a¨²n no tienen electricidad, seg¨²n el ¨²ltimo indicador de IIAG, un consolidado term¨®metro de la realidad y la calidad de la pol¨ªtica africana y de sus gobernantes, elaborado por la Fundaci¨®n Mo Ibrahim.
Esta poblaci¨®n es casi el 80% del total que estima el ¨²ltimo informe de M¨¦dicos del Mundo. La entidad revela que son 759?millones de personas sin electricidad y que cerca de la mitad de ellas vive en zonas fr¨¢giles y afectadas por conflictos. Para Nieves Turienzo, presidenta de la ONG, el s¨¦ptimo Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) ¨Cgarantizar el acceso universal a servicios de energ¨ªa asequibles, confiables y modernos para 2030¨C es ¡°inalcanzable¡±. ¡°Es m¨¢s, nos estamos alejando. La pandemia ha aumentado esta brecha. Habr¨ªa que darles un enorme empuj¨®n a estos pa¨ªses para que se desarrollen. Si seguimos en esta l¨ªnea, no llegamos ni en 2050¡å, explic¨® mediante una llamada.
La experta incide en que la pobreza energ¨¦tica est¨¢ muy ligada a la exclusi¨®n social. Y que no est¨¢ presente solo en los pa¨ªses del sur global. En Espa?a afecta a 6,8 millones de personas, seg¨²n los datos actualizados del estudio de M¨¦dicos del Mundo (que ha lanzado adem¨¢s una campa?a de ayuda a este colectivo titulada La factura positiva de la luz). Este es un tipo de pobreza relativa, que est¨¢ relacionada con el nivel general de ingresos del pa¨ªs. Los principales afectados son los ancianos en situaci¨®n de extrema vulnerabilidad, familias que se han quedado sin ingresos o migrantes?que por su situaci¨®n administrativa irregular viven en condiciones precarias o asentamientos.
Muchas han requerido?asistencia?sanitaria, social y apoyo psicol¨®gico como consecuencia de la escasez de luz. ¡°Esta deja m¨¢s muertes anuales que los accidentes de tr¨¢fico en Espa?a, pero nadie habla de esto¡±, critica. De acuerdo a los datos de la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico (DGT), 1.370 espa?oles perdieron la vida en un accidente de coche. Los decesos vinculados a la falta de luz son unos 7.100 anuales, seg¨²n estima la Asociaci¨®n de Ciencias Ambientales, que muestra la desigualdad que impide a muchos ciudadanos poder encender la luz o mantener la temperatura adecuada en invierno en el hogar
La pobreza energ¨¦tica deja m¨¢s muertes anuales que los accidentes de tr¨¢fico en Espa?a, pero nadie habla de estoNieves Turienzo, presidenta de M¨¦dicos del Mundo
Y es que la falta de confort?t¨¦rmico?de la vivienda o de suministro ( y el riesgo de impago o desconexi¨®n), provoca que las personas desarrollen enfermedades que en los casos m¨¢s graves pueden suponer la muerte prematura. Un estudio de 2011, de la oficina regional para Europa de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), cifraba en 38.200 los decesos tempranos anuales asociadas a la pobreza energ¨¦tica en 11 pa¨ªses europeos. Las principales dolencias asociadas son las cardiovasculares, respiratorias, gripe o asma. ¡°Adem¨¢s de las lesiones derivadas de combustiones como la le?a o el carb¨®n¡±, a?ade Turienzo, ¡°La salud de miles de personas est¨¢ en riesgo¡±.
La energ¨ªa es el primer paso para transformar las econom¨ªas de ?frica. Sin su acceso, el progreso no es posible. De ella dependen, adem¨¢s de la reducci¨®n de las tasas de mortalidad, las posibilidades de salvar la brecha digital, mejorar las infraestructuras y la calidad de la educaci¨®n e incluso la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Dirigentes y expertos coinciden: no se puede hablar de transici¨®n energ¨¦tica sin antes proporcionar electricidad. ¡°?frica primero necesita abordar este tipo de pobreza antes de que podamos hablar sobre el giro verde¡±, afirm¨® el ministro de Minas e Hidrocarburos de Guinea Ecuatorial, Gabriel Mbaga Obiang Lima, a finales de a?o en sus redes sociales.
Para la primera l¨ªnea de sanitarios que d¨ªa a d¨ªa hacen lo imposible para atender a los pacientes con la mejor calidad posible y en circunstancias adversas, la frustraci¨®n es una constante. Lamin Marah, anestesista y oficial de salud comunitario en el Hospital de Kabala (Sierra Leona) conoce perfectamente el peligro que enfrentan a diario sus vecinos. Lleva una d¨¦cada atendi¨¦ndolos. Ha atendido la crisis del ¨¦bola, partos complejos, cirug¨ªas complicadas¡ Y lo que m¨¢s le sigue afectando son las muertes evitables y los traslados innecesarios a la capital. ¡°Nosotros estamos formados, tenemos la experiencia y podemos hacerlo, pero solo tenemos un generador que va regular y por unas horas al d¨ªa. As¨ª, ?c¨®mo puedes cuidar a tu gente?¡±, se cuestiona. Marah es cr¨ªtico con su Gobierno: ¡°Dependemos de la ayuda humanitaria extranjera¡±.
Las historias, dice, se le amontonan. ¡°Esta misma semana, perdimos a dos pacientes a los que le est¨¢bamos haciendo laparotom¨ªas. Murieron porque nos quedamos sin electricidad hasta el d¨ªa siguiente¡±. Mayol, desde Sud¨¢n del Sur, ya perdi¨® la cuenta de los ni?os neonatos o ancianos que fallecieron porque se quedaron sin ox¨ªgeno. ¡°Nosotros mismos compramos a veces bater¨ªas o colocamos placas solares. Pero no es suficiente y no podemos con todo¡±, narra. ¡°La pregunta que no dejo de hacerme es por qu¨¦ nuestros gobiernos no nos cuidan¡±, lamenta su colega.
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