El festival MiradasDoc premia a los migrantes cubanos por las selvas latinoamericanas y a los artilleros ucranios en el Donb¨¢s

El festival MiradasDoc clausur¨® su 15? edici¨®n el pasado fin de semana, en la localidad de Gu¨ªa de Isora, Tenerife, con el vigor de los tiempos anteriores a la pandemia, recibiendo, por las ma?anas, a cerca de 1.200 alumnos de educaci¨®n secundaria de las islas Canarias y, por las tardes, proyectando una muestra escogida del cine de lo real con m¨¢s vigencia a nivel nacional e internacional. Las exhibiciones y debates fueron acogidos por un p¨²blico tinerfe?o muy activo, cifrado en unas 2.500 personas, en c¨¢lculos de su director, David Baute. Adem¨¢s, el mercado asociado al festival se desarroll¨® este a?o en versi¨®n online, as¨ª como algunos encuentros de los laboratorios de formaci¨®n y producci¨®n, e incubadoras de proyectos que vinculan los sures del mundo (los geogr¨¢ficos y los sociales) y que dar¨¢n a luz algunas de las pel¨ªculas que alimentar¨¢n posteriores ediciones.

El palmar¨¦s de esta edici¨®n se dio a conocer el s¨¢bado en una ceremonia en el auditorio municipal de Gu¨ªa de Isora, haciendo tangible la sensibilidad de los diferentes jurados con dos tragedias colectivas que desangran a la humanidad, hoy: la guerra y las migraciones forzosas.

As¨ª, el premio del jurado al mejor documental de la edici¨®n 2022 (dotado con 6.000 euros) fue para La opci¨®n cero, de Marcel Beltr¨¢n (Cuba, Brasil, Colombia). La decisi¨®n de los miembros del jurado ¨Cintegrado por Jos¨¦ Rodr¨ªguez, Joana Sousa y Mohamed Sa?d Ouma¨C se sustenta en que su director ¡°genera una vitalidad e intimidad puras, reafirmadas por grabaciones personales¡± de un grupo de migrantes cubanos que deambula por la selva, intentando alcanzar el sue?o americano. El modo de narrar, ese ¡°interminable movimiento migratorio¡±, seg¨²n los argumentos de la decisi¨®n, ¡°echa por tierra la jerarqu¨ªa de la mirada cinematogr¨¢fica¡±.

Adem¨¢s, el galard¨®n a la mejor ¨®pera prima (dotado con 4.000 euros) se otorg¨® a Trenches (Trincheras), de Loup Bureau (Francia). Se trata de un relato que da contexto al presente del conflicto ucraniano, con la c¨¢mara instalada entre las trincheras y los habit¨¢culos precarios de un grupo de soldados de la artiller¨ªa ucraniana durante la guerra de Donb¨¢s, en 2014. En esta misma categor¨ªa de primeras pel¨ªculas, Little Palestina de Abdallah Al Khatib se llev¨® una menci¨®n especial del jurado, por la historia autobiogr¨¢fica del cineasta, que muestra ¡°de forma valiente, una realidad tan dura como desconocida de una comunidad palestina, en lo que ser¨ªa una reedici¨®n del gueto de Varsovia, pero en la Siria actual¡±, seg¨²n se lee en el fallo que firman Javier Angulo, Lur Olaizola y Tania Valette.

Por su parte, el premio al mejor cortometraje documental (dotado con 2.500 euros) fue para la producci¨®n checa Love, Dad (Amor, pap¨¢) de la directora checa-vietnamita Diana Cam Van Nguyen, por una historia emocionante, y con un tratamiento gr¨¢fico cuidado, que habla del peso de las tradiciones en las familias de la di¨¢spora y todo el vac¨ªo de la incomunicaci¨®n que suele abrirse entre padres e hijos, y entre la obediencia y el desarraigo. En esta misma categor¨ªa, se entreg¨® una menci¨®n honor¨ªfica a In Flow of Words (En el fluir de las palabras), dirigida por Eliane Esther Bots, que pone en foco a los int¨¦rpretes del Tribunal Internacional para la ex Yugoslavia, que narran c¨®mo tuvieron que tragarse las l¨¢grimas para soportar los testimonios sobre los delitos cometidos que debieron traducir durante los juicios.

Por ¨²ltimo, el cortometraje Descartes, de Concha Barquero y Alejandro Alvarado, hecho 40 a?os despu¨¦s con los trozos de pel¨ªcula que quedaron en la Filmoteca Espa?ola tras el montaje de la censurada Roc¨ªo, se llev¨® el premio al mejor documental espa?ol, dotado con 4.000 euros.

Perder la inocencia

La opci¨®n cero habla de una migraci¨®n que es todas las migraciones, centr¨¢ndose en la esperanza y la candidez humanas que nutren movimientos en c¨ªrculo y demasiadas especulaciones. En este caso, las personas que escapan de la isla cubana transitan selvas en Sudam¨¦rica y Centroam¨¦rica, en lugar de los desiertos que atraviesan los migrantes de ?frica Occidental, pero los enga?os se parecen; tambi¨¦n el hambre, la sed, las elecciones imposibles frente a la violencia de cada frontera y la falta de escr¨²pulos de autoridades que son un espejismo de salvaci¨®n, que suele terminar en una deportaci¨®n con nocturnidad.

El otro largo galardonado, Trenches, se refiere a las ratoneras en que se convierten los refugios de guerra, a los cuales tras cada bombardeo, hay que volver a levantar. Sin salida a la vista, estos j¨®venes casi ni?os gastan horas en juegos en l¨ªnea, perdiendo una a una las ilusiones que han ido construyendo para sobrevivir. La pel¨ªcula, que seg¨²n el jurado, tiene el valor de no estetizar el conflicto b¨¦lico, lleva la firma de un reportero de guerra franc¨¦s que actualmente sigue empotrado en el frente de batalla.

Si algo une la manera de contar de los largometrajes internacionales premiados (e incluso los de algunos films notables que quedaron fuera del palmar¨¦s) es la intenci¨®n narrativa de colocar en primer plano las comunicaciones (videollamadas o audios grabados) y los directos en redes sociales online, a trav¨¦s de los omnipresentes tel¨¦fonos m¨®viles. Son documentales de una actualidad arrolladora, en los que hay una b¨²squeda expl¨ªcita del modo en que pueden presentarse cinematogr¨¢ficamente estas conversaciones fragmentadas, las im¨¢genes confusas y pixeladas, junto con las alarmas y los sonidos de las notificaciones de la mensajer¨ªa que incluso se superponen unos con otros en esos espacios nocturnos compartidos de una caravana migrante o una trinchera, en plena guerra.

Se trata de relatos de lo real, crudos y muy cre¨ªbles, a los que se agrega verosimilitud gracias a la incorporaci¨®n de un objeto como el tel¨¦fono m¨®vil y algo intangible, pero indisoluble del dispositivo como es la conexi¨®n a internet, elementos sin los cuales ya no podemos comprendernos ni imaginar la vida en ning¨²n lugar del mundo. Sin duda, esa representaci¨®n visual y sonora cortajeada, as¨ª como las brumas de las pantallas, con pausas mientras las im¨¢genes se cargan, con desacoples de sonido e interferencias en la conexi¨®n (o de nuestra propia atenci¨®n) constituyen el estilo en el que nos enteramos del mundo desde hace m¨¢s de una d¨¦cada y el cine de no ficci¨®n debe recogerlo para pertenecer a su tiempo. A fin de integrar esos componentes a las obras, sin embargo, los realizadores deben encontrar un camino creativo que no resulte una anodina imitaci¨®n de la realidad, y en eso consiste el reto que, al menos, han conseguido con creces los autores Marcel Beltr¨¢n (La opci¨®n cero), Loup Boureau (Trenches), Pedro F. Neto y Ricardo Falcao (Yoon), Alejandro Alonso Estrella (Abisal) y Karol Palka (Bukolika), en esta edici¨®n del festival tinerfe?o.

Por lo dem¨¢s, en el espacio llamado MiradasDoc Market se han premiado proyectos de pa¨ªses en desarrollo que priorizan el intercambio de experiencias y exploran las historias compartidas entre Latinoam¨¦rica y ?frica.

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