A golpes de bate contra la obesidad
La mitad de los habitantes de la provincia de M¨¦rida (M¨¦xico) padecen diabetes, enfermedad asociada con el sobrepeso y el consumo excesivo de az¨²car. Las Amazonas de Yucat¨¢n, un equipo de s¨®ftbol integrado por mujeres, existe por amor al deporte, pero tambi¨¦n con la intenci¨®n de adelgazar
Son las cuatro de la tarde en Izamal, estado de Yucat¨¢n. La gente empieza a llegar al campo de b¨¦isbol. Unos en su pick-up, otros en taxis colectivos, la mayor¨ªa en motos con dos, tres y hasta cuatro ocupantes, nadie viene solo. Hoy juegan las Amazonas de Yucat¨¢n y el estadio se va a llenar, como el de cada localidad de la pen¨ªnsula que visitan. Para el p¨²blico, las Amazonas representan los valores de sus ancestros, empoderan a la mujer y a la cultura maya por jugar descalzas y vestir huipiles como uniformes, la blusa tradicional de la mujer maya. Por eso, por lejos que est¨¦n de su pueblo Yaxunah, siempre juegan en casa. Pero su historia no solamente existe por amor al deporte, tambi¨¦n montaron el equipo con la intenci¨®n de adelgazar.
En 2019, un grupo de mujeres de Yaxunah, una poblaci¨®n maya de la selva yucateca que no llega a 400 habitantes, a 25 kil¨®metros de las famosas ruinas de Chich¨¦n Itz¨¢, deb¨ªan realizar alguna actividad cultural o deportiva para acceder a los recursos comunitarios que ofrec¨ªa un programa social federal. Enedina Canul convenci¨® al resto de practicar s¨®ftbol, una variante del b¨¦isbol. Ella llevaba desde ni?a compitiendo para dar a la bola m¨¢s fuerte y mandarla m¨¢s lejos que los varones de la localidad. El deporte les vendr¨ªa bien para bajar peso y mejorar su salud divirti¨¦ndose juntas. Yesica Yasmin ha adelgazado dos kilos; Albi, siete; Dominga, cuatro; Domi, 10 kilos¡
Luis Felipe Ceh, enfermero del centro de salud de Yaxunah, ha incluido al equipo en el grupo de mujeres de ayuda mutua con el que trabajan para monitorizar los problemas derivados de la obesidad entre los lugare?os. El 15 de cada mes les toma los datos de presi¨®n arterial, frecuencia cardiaca, az¨²car, peso y circunferencia de cintura. ¡°Lo importante es que lleven un control para demostrar que con el deporte tendr¨¢n una mejor salud. Aqu¨ª hay mucho obeso, gente que no hace ejercicio, sedentarios¡±, declara el enfermero. El consumo excesivo de refrescos embotellados en la zona es un factor de obesidad. ¡°De nada sirve la actividad f¨ªsica si no lleva una dieta sin productos que hacen m¨¢s da?o. Se consume menos agua que refrescos. Antes no hab¨ªa posibilidad, ahora tienen ingresos y hay m¨¢s tiendas en el pueblo, es m¨¢s f¨¢cil conseguirlos¡±, lamenta Ceh.
En muchas comunidades de Yucat¨¢n no hay abastecimiento continuo de agua, en un Estado donde hay sobreexplotaci¨®n del acu¨ªfero por parte de la industria, incluida la de bebidas azucaradas. En un estudio realizado por la Universidad de Twente en los Pa¨ªses Bajos en colaboraci¨®n con Coca-Cola, explican que para obtener medio litro de producto se necesitan 34 litros de agua, incluyendo la fabricaci¨®n de la botella. En 2016, diferentes medios mexicanos recogieron las declaraciones del director de comercializaci¨®n de Bepensa, productora y distribuidora de las marcas de Coca-Cola Company en M¨¦xico, Juan Luis Mac Gr¨¦gor, en las que afirmaba que cada habitante de Yucat¨¢n beb¨ªa un promedio de 240 litros al a?o de este refresco. En la p¨¢gina web de la empresa en M¨¦xico, FEMSA, afirman vender m¨¢s de 1.700 millones de cajas al a?o en el pa¨ªs norteamericano.
Los datos que arroja la Encuesta Nacional de Salud y Nutrici¨®n del Instituto Nacional de Salud P¨²blica Mexicano, publicado el pasado verano, son alarmantes. El 72% de los adultos y el 44% de los adolescentes tienen sobrepeso u obesidad. Pr¨¢cticamente, la mitad de los habitantes de la provincia de M¨¦rida, padecen diabetes, enfermedad asociada con la obesidad y el consumo excesivo de az¨²car.
Las Amazonas de Yucat¨¢n est¨¢ formado por 16 mujeres de entre 15 y 65 a?os. Dominga Mex Chan, Abuela Dominga, es la mayor y dice sentirse con fuerzas para jugar. Solo habla maya y si le hablan en castellano alguien del equipo le traduce. Comparte juego con su nuera Belinda y sus tres nietas Delmi, Esmeralda y Lidzi. Hace unos meses, Mex Chan pidi¨® un adelanto de 20 euros para los gastos del viaje de sus nietas y ella misma al partido en Cuyo. Devolvi¨® lo prestado segando unas tierras a poco m¨¢s de cuatro euros el mecate (20 metros cuadrados).
Gracias a la repercusi¨®n que ha tenido el equipo, a principios de enero el gobernador de Yucat¨¢n, Mauricio Vila, acudi¨® a su campo de entrenamiento de Yaxunah para entregarles personalmente equipamiento deportivo
Salvo las m¨¢s j¨®venes que est¨¢n exentas por sus estudios, las Amazonas entrenan dos tardes por semana, cuando han terminado las tareas de la casa. Fermina Dzib, la capitana del equipo, comienzan al alba preparando el desayuno a su marido Humberto, que marcha temprano a M¨¦rida a vender tallas de madera a los turistas, y para la hija que le queda en casa, que entra pronto a la escuela. Cuando se queda sola saca a pastar al campo a sus tres ovejas y un carnero de mal car¨¢cter que controla con un palo. Por la tarde sale con ellos de nuevo, pero esta vez los lleva al campo de entrenamiento, en las afueras del pueblo, para que coman hierba mientras entrena. El c¨¦sped en la selva crece constantemente y para cortarlo deben enviar una solicitud al ayuntamiento y pagar seis euros y medio. ¡°Queremos que la municipalidad se encargue de eso¡±, declara la capitana.
Canul construy¨® los primeros bates que usaron y las pelotas las compraron con el dinero ganado en un concurso de altares del d¨ªa de muertos. Gracias a la repercusi¨®n que ha tenido el equipo, a principios de enero el gobernador de Yucat¨¢n, Mauricio Vila, acudi¨® a su campo de entrenamiento de Yaxunah para entregarles personalmente equipamiento deportivo.
Deportistas y emprendedoras
Las Amazonas son unas emprendedoras. Dzib no para de buscar soluciones porque la venta de tallas de madera no da para sacar a la familia adelante. Consigui¨® un lech¨®n de cerdo en un programa de la Universidad de UADY con la condici¨®n de devolver una cr¨ªa cuando las tuviera. Dzib se siente afortunada porque tras invertir en hacerla crecer y llevar a la cerda con un semental, nacieron diez cr¨ªas. Devolvi¨® una al programa y se qued¨® con nueve y la madre. Rechaz¨® las ofertas por los nuevos lechones y los crio para obtener mayor beneficio vendiendo su carne ya de cerdos adultos. Todo se fue al traste cuando Dzib enferm¨® y tuvo que someterse a una operaci¨®n de ves¨ªcula durante la pandemia. Su marido vendi¨® los cerdos y toc¨® empezar de nuevo, esta vez con pollos conseguidos en el Programa Comunidad Diferente DIF a cambio de recoger basura.
El pasado agosto, el hurac¨¢n Grace les destroz¨® el tejado de palma de guano de la choza en la que viven. Cada rama cuesta 20 c¨¦ntimos de euro, as¨ª que por ahora, y como dice su marido, viven ¡°en una casa de cinco estrellas¡±, las que ven de noche por el agujero del techo.
Canul trabaja confeccionando hamacas con un telar. La Fundacion Haciendas del Mundo Maya la form¨® en el oficio y las comercializa a trav¨¦s de la cooperativa Semillero, formada por 15 mujeres de la comunidad. Han conseguido que las hamacas de algod¨®n que confeccionan las ind¨ªgenas sean valoradas correctamente y Canul consigue 80 euros por cada una, aunque lo que m¨¢s beneficio genera son las hamacas que le traen a reparar.
Mar¨ªa Adela Peraza es una de las j¨®venes del equipo. Siempre est¨¢ tallando tortuguitas de madera que entrega a un comerciante por 65 c¨¦ntimos la unidad. ?l las vende a 4,50 euros en Chich¨¦n Itz¨¢.
Ahora, los equipos rivales pagan los viajes y la merienda de las Amazonas y de los ni?os que las acompa?an, hijos o nietos que nunca son menos de siete u ocho. Los maridos no suelen ir con ellas, pues dicen que est¨¢n encantados de disponer de su tiempo libre cuando las mujeres salen a jugar.
En las gradas del estadio de Izamal ya no cabe un alma y el p¨²blico ha llenado tambi¨¦n el lateral del campo hasta meterse pr¨¢cticamente en el terreno de juego. A los organizadores se les terminaron las entradas al poco de abrir la taquilla y dejaron de cobrar por el acceso. Para Canul es una gran responsabilidad jugar delante del p¨²blico porque la gente paga para ir a verlas. Todo el equipo se siente obligado a dar el m¨¢ximo rendimiento en el campo. La grada truena cada vez que las Amazonas logran una carrera, el p¨²blico se vuelca con ellas en cada estadio.
Esther Can ha venido a verlas desde Citilcum, a 10 kil¨®metros de Izamal. Tienen conocidas entre las Guerreras, el equipo rival, pero hoy apoya a las Amazonas ¡°Esta vez pusimos de lado a las conocidas y venimos a apoyar a las Amazonas porque no cualquiera juega descalza y con su ropa t¨ªpica. Nos representan como yucatecos, representan a nuestros abuelitos y abuelitas¡±, expresa Can. Geni es de Izamal y est¨¢ deslumbrada con las visitantes: ¡°Yo no puedo caminar ni en el c¨¦sped sin zapatos y mira ellas¡±. Canul cuenta que cuando juegan en zonas h¨²medas cerca del mar les salen ampollas en los pies, y se queman con el c¨¦sped por el calor.
Dzib nunca pierde la sonrisa por mal que vaya el partido. No era la primera vez que jugaban en este campo y aunque en su anterior visita salieron ganadoras, esta vez les toc¨® perder. Canul, enfadada porque las j¨®venes no hacen caso de sus consejos, no sali¨® a saludar a las rivales al final del partido, no soporta perder. Tras el partido, el p¨²blico baja al campo a hacerse fotos con ellas. En esta ocasi¨®n recibieron de manos del alcalde local un reconocimiento del pueblo de Izamal por su esfuerzo y motivaci¨®n que anima a muchas mujeres a seguir hacia adelante.
Entre el p¨²blico, un representante del equipo de Tecantho les invit¨® a jugar all¨ª. Las Amazonas se reunieron, votaron que s¨ª a la propuesta, terminaron su merienda y, ya de noche, se metieron con los ni?os en la furgoneta para cubrir las dos horas de camino de regreso a casa.
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