Los mosquitos transg¨¦nicos de Burkina Faso pueden acabar con la malaria

El mundo necesita acabar con la malaria y ?frica es el continente m¨¢s interesado: en 2020 se produjeron 241 millones de nuevos casos y 627.000 muertes en 85 pa¨ªses. De ellas, el 96% se produjeron en la regi¨®n subsahariana y m¨¢s de dos tercios de las v¨ªctimas fueron ni?os menores de cinco a?os. No hay una bala de oro que vaya a terminar con el problema, pero las esperanzas est¨¢n en la suma de esfuerzos: medicamentos, vacunas, mosquiteras, fumigaci¨®n, modificaci¨®n gen¨¦tica¡­ Ahora se vive un momento crucial, pues despu¨¦s de d¨¦cadas de progreso en la reducci¨®n de contagios y de muertes ¨Chasta un 45% de descenso de la mortalidad entre 2005 y 2019¨C, en los ¨²ltimos a?os el progreso se ha estancado. ¡°Se necesita una acci¨®n urgente y concertada para volver a situar al mundo en una trayectoria hacia la consecuci¨®n de los objetivos de 2030¡å, ha reclamado la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS).

Para recuperar la senda del progreso, la OMS ha elegido apuntar a la ciencia para conmemorar el D¨ªa Mundial contra la Malaria, que se celebra anualmente cada 25 de abril. El eslogan difundido es ¡°Aprovechar la innovaci¨®n para reducir la carga de la enfermedad y salvar vidas¡±. Con este mensaje reclaman inversiones en proyectos que aporten nuevos enfoques en el control de vectores, los diagn¨®sticos y los medicamentos antipal¨²dicos. En definitiva: es necesario impulsar otras herramientas para acelerar el ritmo de los avances.

Todas las armas son buenas y lo saben en este continente, que es el que m¨¢s sufre el paludismo, pero tambi¨¦n es en el que se est¨¢n desarrollando innovadoras maneras de vencerlo. Una herramienta cada vez m¨¢s explorada es la de la modificaci¨®n gen¨¦tica de los vectores, es decir, de los insectos transmisores del par¨¢sito causantes de la enfermedad. Un equipo cient¨ªfico del Instituto de Investigaci¨®n de Ciencias de la Salud (IRSS) de Bobo-Dioulasso, en Burkina Faso, ha presentado recientemente los resultados de la primera liberaci¨®n a peque?a escala en ?frica de mosquitos transg¨¦nicos macho de la subespecie Anopheles coluzzii. Las hembras de la especie Anopheles es la que transmite el par¨¢sito al humano cuando le pica. En la mayor¨ªa de pa¨ªses de esta regi¨®n transmiten el Plasmodium Falciparum.

Los cient¨ªficos del IRSS que dirigieron este estudio forman parte del consorcio internacional sin ¨¢nimo de lucro Target Malaria, apoyado por la Fundaci¨®n Bill y Melinda Gates y el Open Philanthropy Project Fund, entre otras organizaciones. En 2019 y durante siete meses, los cient¨ªficos iniciaron el seguimiento de los movimientos y de la supervivencia de 14.850 mosquitos modificados gen¨¦ticamente para que fueran est¨¦riles. Se liberaron solamente machos, pues estos no pueden infectar a los humanos con el par¨¢sito. El objetivo era averiguar su tasa de supervivencia y su capacidad de reproducirse.

A principios de este a?o, los autores de la investigaci¨®n publicaron los resultados de la liberaci¨®n a peque?a escala que realizaron en 2019 en la revista cient¨ªfica Nature Communications. ¡°Los mosquitos liberados participaron en actividades de enjambraz¨®n en el campo de la misma manera que sus hom¨®logos silvestres. Como se predijo a partir de los estudios de laboratorio y de modelizaci¨®n, despu¨¦s de recapturarlos, descubrimos que estos eran menos m¨®viles que sus hermanos no transg¨¦nicos y presentaban menores tasas de supervivencia¡±, explica Abdoulaye Diabat¨¦, investigador principal. Es decir, s¨ª son capaces de aparearse con hembras, pero no producen ninguna descendencia viable, con lo cual la poblaci¨®n acaba por disminuir.

Posteriormente, el transg¨¦n ¨Cel material gen¨¦tico que ha sido transmitido de un organismo a otro¨C desapareci¨® de la poblaci¨®n estudiada al final del ciclo vital de los machos est¨¦riles liberados y estos murieron sin dejar descendencia.

¡°El estudio nos ofrece una informaci¨®n ¨²nica sobre la aptitud y el comportamiento de esta cepa transg¨¦nica de mosquitos Anopheles coluzzii en un entorno natural, pues hasta ahora, estos ejemplares modificados gen¨¦ticamente solo se hab¨ªan estudiado en entornos de laboratorio en Europa y ?frica. Las metodolog¨ªas aplicadas y los datos recogidos en este estudio servir¨¢n de base para futuras liberaciones de insectos transg¨¦nicos que resulten m¨¢s eficaces en la lucha contra la malaria¡±, indica Diabat¨¦.

El objetivo a largo plazo de este equipo de expertos burkineses es utilizar tecnolog¨ªas gen¨¦ticas para reducir la poblaci¨®n de mosquitos transmisores de la malaria en ?frica subsahariana. Pero, para lograr eso, a¨²n queda tiempo. Ahora, seg¨²n el experto, el siguiente paso es trabajar con una nueva cepa: un mosquito macho alterado gen¨¦ticamente para producir, principalmente, descendencia masculina, (se ha conseguido hasta un 95% en el laboratorio, seg¨²n Diabat¨¦). Si logran que no nazcan nuevas hembras, que son las que infectan al humano, esto s¨ª influir¨¢ decisivamente en el control de esta patolog¨ªa.

La controversia de la investigaci¨®n con genes

La alteraci¨®n gen¨¦tica es un procedimiento pol¨¦mico, pero los autores del estudio afirman que han trabajado estrechamente con las comunidades afectadas y las autoridades. ¡°Es imperativo tener cuidado para garantizar que nuestra investigaci¨®n se lleve a cabo de manera responsable. Por eso estamos trabajando por fases y nos aseguramos de colaborar con las partes interesadas y los organismos reguladores en cada paso; estamos siguiendo las recomendaciones de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, las Academias Nacionales de Ciencias, Ingenier¨ªa y Medicina, y el Instituto Nacional de Salud¡±, precisa Diabat¨¦.

La OMS emiti¨® en 2021 nuevas orientaciones para la investigaci¨®n sobre mosquitos modificados gen¨¦ticamente para acabar con el paludismo y otras dolencias transmitidas por vectores, como el dengue o el zika. En ellas destaca que las estrategias actuales para limitar la transmisi¨®n solo son parcialmente eficaces, y que se necesitan enfoques nuevos y complementarios. Los insectos transg¨¦nicos podr¨ªan ser una herramienta poderosa y rentable para complementar las intervenciones existentes¡±, declar¨® entonces el doctor John Reeder, TDR director del Programa Especial de Investigaci¨®n y Formaci¨®n en Enfermedades Tropicales de la OMS. ¡°A fin de cuentas, lo importante es encontrar soluciones para erradicar esta enfermedad que se lleva la vida de m¨¢s de medio mill¨®n de ni?os cada a?o. Probablemente, ser¨¢ una combinaci¨®n de las herramientas existentes ¨Cmosquiteras tratadas con insecticida, quimioprevenci¨®n, f¨¢rmacos e insecticidas¨C y de las nuevas, ¨Ccomo la modificaci¨®n gen¨¦tica y las vacunas¨C las que podr¨¢ acercarnos a la erradicaci¨®n¡±, reflexiona Diabat¨¦.

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