¡®Ophir¡¯, la historia de una naci¨®n en disputa
El documental, ganador de 28 festivales internacionales desde 2020, se ha estrenado en el Another Way Festival, dedicado a sostenibilidad y medio ambiente
El canto de los p¨¢jaros y las melod¨ªas de los ni?os se fusionan con la imagen de un hombre, el l¨ªder de la comunidad, que dibuja l¨ªneas doradas en el rostro de una mujer ind¨ªgena. De fondo, se escucha una voz: ¡°en el Pac¨ªfico sur se encuentran las islas de Ophir, que hoy en d¨ªa reciben el nombre de Bougainville. Una vez vino alguien de alg¨²n lugar y min¨® la moral de los hombres y de la tierra, muchos lo llamaron la crisis¡±. Con esta primera escena, los periodistas e investigadores franceses Olivier Pollet y Alexandre Berman conectan la historia de lucha por la independencia y soberan¨ªa de la que podr¨ªa ser la naci¨®n m¨¢s nueva del mundo: Bougainville, en Pap¨²a Nueva Guinea. La regi¨®n, colonizada en 1885 por Alemania y que tras la Segunda Guerra Mundial pas¨® a manos de Australia, ha disputado su emancipaci¨®n desde 1975. La lucha, que se convirti¨® en una guerra civil entre el Ej¨¦rcito Revolucionario ¨Cque exig¨ªa el fin de las actividades mineras en la zona¨C y el Gobierno, culmin¨® diez a?os despu¨¦s, tras la firma de un acuerdo de paz que contemplaba un refer¨¦ndum no vinculante para establecer su independencia. Celebrado en 2019 y con 97,7% de votos a favor de la autonom¨ªa, el parlamento pap¨² acord¨®, dos a?os m¨¢s tarde, que Bougainville obtendr¨¢ su independencia en 2027.
El largometraje ha sido estrenado el 7 de octubre, en el Another Way Film Festival, que se desarrolla del cinco al 11 de este mes. La proyecci¨®n se realiza a trav¨¦s de su plataforma digital y de Filmin. Ophir pone en perspectiva el impacto de la miner¨ªa a gran escala y las consecuencias del colonialismo como los detonantes de esa d¨¦cada de disputa, a la que los habitantes originarios de la isla denominaron ¡°la crisis¡±. La habilidad para enhebrar lo ancestral, aborigen e ind¨ªgena, con la asimilaci¨®n de la nueva cultura impuesta a trav¨¦s de las armas, ha permitido a sus realizadores definir a Ophir como una ¡°obra po¨¦tica¡±. El documental, estrenado en 2020 en Tahit¨ª, se ha posicionado como el ganador en 28 festivales internacionales de cine. Olivier Pollet, su codirector, explica la importancia de dar a conocer la batalla de sus habitantes por defender los recursos naturales de la isla. ¡°Bougainville ha demostrado ser uno de los objetivos m¨¢s dif¨ªciles de conquistar, por eso hemos querido hacer una pel¨ªcula sobre su sistema colonial y el derecho a la memoria¡±, reflexiona.
¡°De estas tierras sal¨ªa el oro para construir el templo del Rey Salom¨®n. Aqu¨ª todos llegan para tomar algo e irse
Contada por las voces de las comunidades, los directores explican la importancia de revisar los or¨ªgenes del conflicto y aclaran que decidieron recuperar la memoria oral de estas personas. ¡°Su historia no estaba escrita en ninguna parte¡±, aclara Pollet. El documental se basa en los testimonios de m¨¢s de un centenar de personas de los pueblos m¨¢s remotos de Bougainville, el nombre oficial de la isla tras la colonizaci¨®n. ¡°No quer¨ªamos hacer una historia com¨²n. Decidimos contarla desde la voz de la gente de las comunidades, desde sus canciones, sus rituales, tradiciones y sus lenguas¡±, explica el documentalista, para referirse a las m¨¢s de 830 lenguas y m¨¢s de 1.000 grupos ¨¦tnicos con las que cuenta Pap¨²a Nueva Guinea, seg¨²n la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas No Representadas (UNN).
¡°Antes de la llegada del hombre blanco nos llam¨¢bamos Ophir¡±, asegura el excombatiente del Ej¨¦rcito Revolucionario de Bougainville, Jon¨¢s Matevai, que lleva un rifle calibre 22 en sus manos. ¡°De estas tierras sal¨ªa el oro para construir el templo del Rey Salom¨®n. Aqu¨ª todos llegan para tomar algo e irse¡±. La escena irrumpe entre las im¨¢genes del mar, de la cer¨¢mica ritual, de la monta?a. ¡°Quisimos hablar de nuestros derechos y nos dijeron que deb¨ªamos hacerlo con las armas. Pues aqu¨ª estamos: con las armas del hombre blanco¡±, sentencia.
¡°Diagnosticaron a la hija Bouganville. Estaba llena de cobre y de oro. H¨¢biles como un ginec¨®logo que opera a una embarazada, le extrajeron el beb¨¦. Naci¨® una mina de primer orden¡±.
El punto de partida de la historia empieza en 1960, cuando la minera anglo-australiana Conzinc R¨ªo Tinto de Australia encontr¨® grandes minas de oro y cobre en las entra?as de la Cordillera Crown Prince, sobre la cual se asentaban varias etnias de la isla. ¡°La empresa internacional, con protecci¨®n del escuadr¨®n antidisturbios y las fuerzas armadas de la colonia, lider¨® la extracci¨®n y exportaci¨®n masiva de los minerales¡±, rese?a uno de los art¨ªculos de la plataforma educativa El s¨ªndrome colonial, creada por los mismos realizadores de Ophir.
¡°Minaste mi tierra como quitando mis intestinos¡±, dice el jefe de la etnia taruito para referirse a Panguna. La monta?a ¨Ccon reservas estimadas de 5,3 millones de toneladas m¨¦tricas de cobre y algo m¨¢s de 500 mil kilogramos de oro¨C se convirti¨® en el principal punto de inter¨¦s de las empresas mineras y de gobiernos de turno. ¡°Para extraer nuestras tierras tendr¨¢n que matarnos¡±, amenaza uno de los entrevistados. Su declaraci¨®n muestra su v¨ªnculo con la naturaleza. La d¨¦cada de conflicto entre la minera y la poblaci¨®n se cobr¨® la vida de 20.000 personas, aunque, de acuerdo a la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas, la cifra es de 15.000 muertos durante el conflicto.
En una hora y media de duraci¨®n, ambos directores han logrado concentrar siete a?os de investigaci¨®n y producci¨®n, dos de ellos destinados a revisar documentaci¨®n ¡°confidencial¡± de la Compa?¨ªa R¨ªo Tinto. Uno de estos informes, quiz¨¢s el m¨¢s importante dentro de la estructura de la narraci¨®n audiovisual, el del antrop¨®logo de la Universidad de Harvard, Douglas Oliver. Contratado por la empresa minera para analizar el comportamiento de las etnias ind¨ªgenas, el investigador da una visi¨®n sobre la relaci¨®n de las etnias con la naturaleza, con sus tierras y su v¨ªnculo con el hombre blanco. ¡°Este es un documento explosivo para muchas personas que trabajan dentro de los c¨ªrculos antropol¨®gicos, ya que demuestra que la antropolog¨ªa tambi¨¦n puede ser utilizada como un arma potencial de guerra¡±, reflexiona Pollet.
La informaci¨®n, explica el documentalista, lleg¨® a sus manos una vez iniciado el caso judicial sobre la responsabilidad y la participaci¨®n de la minera anglo-australiana en la guerra contra las comunidades. Pero su v¨ªnculo con las localidades ind¨ªgenas de Bougainville empez¨® incluso antes de Ophir. La grabaci¨®n y posterior proyecci¨®n de su primer largometraje titulado Canning Paradise, sobre la explotaci¨®n de recursos pesqueros por las multinacionales, le abri¨® las puertas de uno de las interrogantes constantes de la isla: ?c¨®mo construir la independencia del que podr¨ªa ser el pa¨ªs m¨¢s nuevo del mundo?
El apoyo de los j¨®venes preocupados por el extractivismo, permiti¨® a Pollet y su equipo vincularse con la cotidianidad de las aldeas y comunidades y obtener la protecci¨®n de los l¨ªderes revolucionarios de Bougainville. Para el documentalista, la historia de la guerra y de la explotaci¨®n de las tierras ha despertado un clima de sospecha constante en la gente. ¡°Creo que nunca habr¨ªamos podido hacer la pel¨ªcula si fu¨¦ramos australianos¡±. Y clara: ¡°en realidad, no se trata de un rechazo a los blancos, sino especialmente a los australianos blancos¡±.
A pesar de que la guerra de Bougainville es el mayor conflicto armado desde la Segunda Guerra Mundial, Pollet incide en que se sabe muy poco del eco de la colonizaci¨®n y lucha por la independencia de estas tierras. Por eso, este periodista de investigaci¨®n y su equipo de trabajo han decidido crear la mencionada plataforma El s¨ªndrome colonial. Aqu¨ª han volcado el material audiovisual y de archivo recolectado durante casi una d¨¦cada de trabajo: m¨¢s de 30 cortometrajes y otros documentos. ¡°El objetivo es que las personas que no tienen ninguna idea de lo que ocurri¨® puedan acceder a un espacio de reflexi¨®n. Detr¨¢s no solo hubo cr¨ªmenes ambientales, esta fue una guerra que se gest¨® contra las personas¡±, comenta.
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