Uno de cada cuatro ni?os del planeta sufren los embates del calor extremo

¡°Imag¨ªnese caminar cinco kil¨®metros a la escuela bajo el sol abrasador, sin ninguna sombra a la vista. Imag¨ªnese examinarse de los finales en el exterior, con calor seco y sofocante, y que se espere que apruebe. El cambio clim¨¢tico es real¡±, dice el joven de 19 a?os, Nkosi Nyathi, en declaraciones a Unicef. Como Nyathi, de Zimbabue, cerca de 538 millones de ni?os en el mundo sufren los estragos de las temperaturas extremas, cada vez m¨¢s frecuentes y prolongadas. As¨ª lo advierte el informe Proteger a los ni?os de los crecientes impactos de las olas de calor, publicado este martes por Unicef. De acuerdo con el documento, esta cifra representa el 23% de la poblaci¨®n total de menores de 18 a?os, pero podr¨ªa triplicarse hasta los 1.600 millones si la temperatura global asciende 0,2 ¡ãC respecto del valor de referencia actual (1,5), y a 1.900 millones con un aumento de un grado (2,4 ¡ãC).

Para la especialista en programas de cooperaci¨®n y desarrollo de este organismo, Roc¨ªo Vicente, el planeta es cada vez m¨¢s peligroso para vivir. La experta comenta que, aunque los ni?os no son responsables del calentamiento global, ellos son los m¨¢s afectados y vulnerables a sus efectos a corto y largo plazo. ¡°Tienen menos capacidad de regular su temperatura corporal, en comparaci¨®n con los adultos. Son m¨¢s susceptibles a los cambios en el term¨®metro y a las enfermedades. El tiempo se est¨¢ agotando¡±, asegura Vicente.

Las regiones m¨¢s impactadas por las olas de calor y las sequ¨ªas se ubican, principalmente, en la zona del Cuerno de ?frica ¨Cllamada as¨ª por su forma de tri¨¢ngulo inverso¨C que abarca a pa¨ªses como Somalia, Etiop¨ªa y Kenia y que tambi¨¦n se extiende hacia Sud¨¢n, Eritrea y Sud¨¢n del Sur. Luc¨ªa S¨¢enz Terrero, experta en cambio clim¨¢tico de Unicef en Burundi, menciona que los territorios menos adaptados al incremento de temperaturas y a sus efectos son los que sufren de manera m¨¢s agresiva sus consecuencias. ¡°Sumar la crisis clim¨¢tica a la pobreza agudiza a¨²n m¨¢s las desigualdades¡±, sostiene.

En comparaci¨®n con los adultos, los ni?os tienen menos capacidad de regular su temperatura corporal y son m¨¢s susceptibles a los cambios de temperatura y a las enfermedades

Coincide la activista clim¨¢tica de Uganda, Vanesa Nakate que, dentro de este mismo informe, narra su experiencia en el Cuerno de ?frica. Para ella, este continente est¨¢ sufriendo algunos de los impactos m¨¢s brutales de la crisis clim¨¢tica, a pesar de ser el responsable de menos del 4% de las emisiones globales. El estudio de Unicef explica las razones: cuanto m¨¢s frecuentes, duraderas y severas sean las olas de calor a las que est¨¦n expuestos los ni?os, mayores ser¨¢n los impactos en la salud, la seguridad, la nutrici¨®n, la educaci¨®n, el acceso al agua y los medios de subsistencia futuros.

Enfermedades diarreicas, afecciones de la piel, tuberculosis o la neumon¨ªa (que mata a m¨¢s de 700.000 ni?os al a?o), son las principales amenazas para los que crecen en entornos expuestos a los efectos del cambio clim¨¢tico. En el informe, Unicef alerta que las temperaturas extremas incrementan los casos de asma y dolencias respiratorias cr¨®nicas debido a la contaminaci¨®n ambiental. Asimismo, los efectos del calentamiento global disparan otras afecciones preexistentes como la desnutrici¨®n ¨Clas sequ¨ªas merman las cosechas y, por tanto, los alimentos disponibles¨C, o aquellas relacionadas con la falta de agua potable y servicios de saneamiento adecuados.

Las enfermedades transmitidas por vectores, como la malaria, y las diarreicas, por consumo de agua contaminada, son dos de las m¨¢s extendidas en los pa¨ªses en desarrollo, con especial incidencia en los ni?os. Ambas exist¨ªan antes del cambio clim¨¢tico, pero el calentamiento global dispara su incidencia, explica Lachlan McIver, asesor de enfermedades tropicales y m¨¦dico de salud planetaria de M¨¦dicos sin Fronteras (MSF). Las m¨¢s frecuentes inundaciones contribuyen a la proliferaci¨®n de los mosquitos transmisores del paludismo, que mat¨® a cerca de 274.000 ni?os menores de cinco a?os en 2019. En cuanto a las dolencias vinculadas al consumo de agua insalubre, detalla que las sequ¨ªas intensas obligan a que miles de personas consuman agua no tratada, lo que provoca diarreas en los m¨¢s peque?os. ¡°Si las temperaturas aumentan, podr¨ªamos tener a m¨¢s de 70 ni?os muriendo cada d¨ªa por deshidrataci¨®n¡±, afirma.

Ahora mismo, m¨¢s de un mill¨®n y medio de ni?os de Nigeria enfrentan una grave crisis humanitaria debido a las fuertes lluvias que azotan a 34 de los 36 estados del pa¨ªs. Casas, escuelas y hospitales han quedado sumergidos en el agua; los sistemas de saneamiento, colapsados; y enfermedades como la malaria, el c¨®lera o la diarrea son solo algunos de los problemas que est¨¢n golpeando a la poblaci¨®n, que ya viv¨ªa en un contexto precario.

Nigeria ocupa el segundo lugar entre un total de 163 pa¨ªses m¨¢s vulnerables al cambio clim¨¢tico, seg¨²n el ?ndice de Riesgo Clim¨¢tico de la Infancia de Unicef. Le acompa?an en lo alto de la tabla Burkina Faso, Chad, Mal¨ª, N¨ªger, Sud¨¢n, Irak, Arabia Saudita, India y Pakist¨¢n. En total, son 23 los pa¨ªses en los que los ni?os est¨¢n en riesgo debido a la exposici¨®n a temperaturas extremadamente elevadas, seg¨²n el organismo, pero otros 10 podr¨ªan sumarse a la lista si la humanidad no frena el calentamiento global.

Cuanto m¨¢s frecuentes, m¨¢s duraderas y m¨¢s severas sean las olas de calor a las que est¨¦n expuestos los ni?os, mayores ser¨¢n los impactos en la salud

Esto bien lo sabe la responsable de Ayuda en Acci¨®n en Guatemala, Ada Gait¨¢n, que aclara que los pa¨ªses que dependen de la agricultura sienten a¨²n m¨¢s la incertidumbre del cambio clim¨¢tico en sus cosechas y, por tanto, en su seguridad alimentaria. Gait¨¢n explica que en Estados como el Salvador y Guatemala cada vez es m¨¢s recurrente la temporada de sequ¨ªa y las temperaturas superiores a los 42 ¡ãC. ¡°Si la tierra se seca, la producci¨®n se detiene. Esto obliga a que cientos de familias disminuyan sus raciones de alimentos. Muchos incluso comen una sola vez al d¨ªa¡±. Y los m¨¢s afectados, insiste, son los ni?os. En regiones guatemaltecas como Chiquimula, Hueuetenango o Zacapa, ubicadas en el denominado Corredor Seco, uno de cada dos ni?os sufre desnutrici¨®n cr¨®nica (retraso en el crecimiento).

Un futuro incierto, pero con soluci¨®n

La soluci¨®n que sugieren los autores del informe a este problema es claro y determinante: detener el incremento de la temperatura global, reducir la contaminaci¨®n ambiental y desarrollar pol¨ªticas p¨²blicas de mitigaci¨®n y adaptaci¨®n frente los embates de temperaturas y fen¨®menos naturales cada vez m¨¢s agresivos. El documento concreta dos estrategias. La primera es duplicar la financiaci¨®n de la adaptaci¨®n al cambio clim¨¢tico respecto a la estipulada en el Acuerdo de Par¨ªs en 2015 (100 mil millones de d¨®lares) y dotar esta lucha con 200 mil millones a raz¨®n de 40 mil millones por a?o hasta 2025. La segunda es impulsar la educaci¨®n clim¨¢tica.

No es lo mismo vivir una ola de calor dentro de un edificio con climatizaci¨®n, aire acondicionado y agua potable las 24 horas del d¨ªa, que carecer de todos estos servicios. Por eso, para adaptarse al cambio clim¨¢tico es necesario contar con sistemas de protecci¨®n social eficientes, como la salud, la infraestructura y saneamiento. As¨ª lo argumenta Norman Martin Casas, asesor program¨¢tico y de incidencia sobre cambio clim¨¢tico de Oxfam Interm¨®n. Para este experto es fundamental que en las zonas m¨¢s golpeadas por hambrunas o desastres naturales exista una intervenci¨®n estatal y de ayuda humanitaria eficiente. ¡°Lamentablemente, el 70% de la financiaci¨®n clim¨¢tica se entrega como pr¨¦stamo. Los pa¨ªses, ya de por s¨ª endeudados, deben incurrir en una deuda a¨²n mayor. Esto genera una espiral de desigualdad a¨²n m¨¢s perversa¡±, explica.

Por otro lado, una mayor inversi¨®n en adaptaci¨®n tambi¨¦n debe permitir reforzar la conciencia clim¨¢tica. Aunque los expertos consultados coinciden en que los da?os causados al planeta son irreversibles, todos aseguran que la aplicaci¨®n de nuevos sistemas de producci¨®n, de reforestaci¨®n, de previsi¨®n de desastres naturales puede reducir considerablemente el impacto humanitario de estas crisis.

Por eso, para Jun Morohashi, jefe de educaci¨®n para el desarrollo sostenible de la Unesco, la educaci¨®n con enfoque ambiental es fundamental. ¡°Los tomadores de decisiones deben entender que la ense?anza, no solo en el sector de la educaci¨®n, sino en otras ¨¢reas del medio ambiente como la agricultura o la energ¨ªa, pueden ser una soluci¨®n poderosa a la crisis clim¨¢tica¡±. Y subraya que la educaci¨®n es uno de los pilares para que los alumnos vean el impacto real del calentamiento global. El objetivo es que los j¨®venes y ni?os analicen posibles soluciones para la p¨¦rdida de biodiversidad. ¡°Necesitamos ofrecer la pedagog¨ªa de la esperanza, y los j¨®venes deben ser los art¨ªfices del cambio a realizar¡±, finaliza.

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