¡°Tengo miedo de tener una familia, porque no s¨¦ c¨®mo ser¨¢ el ma?ana. Nuestros l¨ªderes ya han vivido sus vidas, pero yo a¨²n no he vivido la m¨ªa¡±
La juventud africana exige justicia clim¨¢tica en la COP27 en Egipto. Acusan a los pa¨ªses industrializados de ¡°imperialismo clim¨¢tico¡± y exigen a sus l¨ªderes que no repitan los errores cometidos por los occidentales en el pasado
La juventud africana ha estado muy presente en esta COP27 de Sharm el-Sheij. En la cumbre de Naciones Unidas han contado por primera vez con un pabell¨®n que comparten con j¨®venes activistas de otras regiones. Han venido a exigir justicia ambiental y a denunciar lo que consideran ¡°imperialismo clim¨¢tico¡± de pa¨ªses ricos a los que ahora tienen que acudir para obtener financiaci¨®n con la que mitigar los estragos de un calentamiento mayoritariamente provocado por ellos.
Para ?frica la crisis clim¨¢tica es una emergencia que no puede esperar, necesita recursos para afrontar eventos extremos, cada vez m¨¢s frecuentes y devastadores. Casi la mitad de los j¨®venes africanos afirma haber reconsiderado la posibilidad de tener hijos debido al cambio clim¨¢tico, seg¨²n la encuesta de UNICEF U-Report. ¡°En este momento, tengo miedo de tener una familia, porque no s¨¦ c¨®mo ser¨¢ el ma?ana. Necesito protegerme, pase lo que pase. Nuestros l¨ªderes ya han vivido sus vidas, pero yo a¨²n no he vivido la m¨ªa. Deben tenernos en cuenta e involucrarnos en el proceso de toma de decisiones¡±, exige Melissa Takudzwa, de 24 a?os y procedente de Zimbabue.
¡°Criar ni?os en situaciones tan inestables no ser¨ªa inteligente por mi parte. Esta crisis clim¨¢tica est¨¢ haciendo que el futuro sea borroso¡±, dice Watan Mohammed, una joven sudanesa de 22 a?os y estudiante de cuarto a?o de Medicina en Jartum, capital del pa¨ªs. Se uni¨® al movimiento clim¨¢tico en 2019 y lleg¨® a la COP27 como parte de la delegaci¨®n de Sud¨¢n. ¡°Mi pa¨ªs es uno de los cinco m¨¢s vulnerables del mundo al cambio clim¨¢tico, porque no tenemos infraestructuras ni sistema de drenaje. Nos enfrentamos a una crisis, pero no tenemos los elementos para combatirla¡±.
Mar¨ªa Neira, directora de salud p¨²blica y medio ambiente de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), asegura que hace a?os que estudian la denominada ¡°ecoansiedad¡± en los j¨®venes afectados por los mensajes apocal¨ªpticos que reciben diariamente y que los lleva a pensar que es mejor no tener hijos en un planeta devastado. ¡°Desde la OMS decimos que la salud est¨¢ gravemente afectada por el cambio clim¨¢tico, pero tambi¨¦n sabemos que, si se cumpliera el Acuerdo de Par¨ªs, habr¨ªa enormes beneficios para la salud. Si se atajan las causas del cambio clim¨¢tico, la quema de combustibles f¨®siles, y transicionamos hacia energ¨ªas limpias, ya ver¨ªamos un beneficio enorme porque cada a?o tenemos siete millones de muertes prematuras por la contaminaci¨®n del aire¡±, dice la experta.
Imperialismo clim¨¢tico
La demanda de la aprobaci¨®n de un mecanismo de compensaci¨®n de p¨¦rdidas y da?os, es decir, de recursos, es uno de los ejes centrales de la Cumbre, dado que permitir¨ªa a los pa¨ªses en desarrollo poner en marcha, por ejemplo, sistemas de alerta temprana en caso de desastres naturales. Muchos Estados africanos, y del Sur Global en general, carecen de la capacidad para implementar esas estructuras. Los j¨®venes activistas exigen a los pa¨ªses con m¨¢s recursos que se comprometan a otorgar los fondos necesarios de forma urgente.
¡°Estoy enfadado porque antes de que alguien muera de hambre en EE UU, todos en ?frica nos habremos extinguido¡±, dice Kemo Fatty, de Gambia, mientras anochece en el epicentro del centro de convenciones de Sharm el-Sheij y el cielo del desierto se llena poco a poco de estrellas. ¡°?Cu¨¢nto carbono emitimos como continente y qu¨¦ proporci¨®n de las consecuencias del calentamiento global estamos enfrentando? Este a?o, en Gambia, tuvimos una lluvia que no hab¨ªa ca¨ªdo en 30 a?os, as¨ª que no solo nos inundamos, sino que la cosecha se estrope¨®¡±, denuncia indignado. Reconoce que, como ya tiene suficiente experiencia ¡ªesta es su tercera COP¡ª, sus expectativas son limitadas.
Cuando era joven, sol¨ªamos escuchar historias de leones, tigres, guepardos¡ Hoy tengo suerte si veo un conejo y me pregunto si mi hija ver¨¢ lagartijasKemo Fatty, activista gambiano
¡°En 1992, cuando se llev¨® a cabo la cumbre en R¨ªo de Janeiro, yo a¨²n no hab¨ªa nacido. Hoy soy casi un negociador aqu¨ª. ?Mi hijo tambi¨¦n va a crecer y seguir enfrent¨¢ndose al mismo enga?o? ?Los l¨ªderes mundiales no est¨¢n leyendo los informes del IPCC? ?O realmente no creen en lo que dicen?¡±, se pregunta Fatty. Dice que en Gambia han sido v¨ªctimas del saqueo de su propia biodiversidad, alterando el microclima, y por eso ha venido a esta COP con un mensaje dirigido a los l¨ªderes africanos: ¡°Tienen que dar un paso al frente y olvidarse de todas estas nuevas exploraciones de combustibles f¨®siles, dejar de repetir los errores de los occidentales¡±.
Gambia, el Estado m¨¢s peque?o del ?frica occidental, est¨¢ cerca de la franja del Sahel. ¡°Algunos de los amigos con los que sol¨ªamos estrecharnos la mano en la regi¨®n son, desde que el lago Chad se ha reducido, parte del grupo armado Boko Haram. Nuestro objetivo no es limitar la temperatura a 1,5 ¡ãC. Luchamos por el agua, por el exceso o carencia de ella. Esta es nuestra realidad cotidiana. No tenemos certeza de cu¨¢ndo va a llover para decidir cu¨¢ndo plantar o cosechar¡±, denuncia. ¡°Necesitamos empezar a cuidar nuestra biodiversidad. Cuando era joven, sol¨ªamos escuchar historias de leones, tigres, guepardos¡ Hoy tengo suerte si veo un conejo y me pregunto si mi hija ver¨¢ lagartijas¡±.
¡±En ?frica creemos que el cambio clim¨¢tico es legado del extractivismo, la esclavitud, el colonialismo y el imperialismo. Hoy la crisis clim¨¢tica global se est¨¢ manifestando en el sur, y no vale con que occidente nos d¨¦ ocasionalmente algo de dinero, necesitamos la condonaci¨®n de las deudas¡±, estima Aidah Nakku, del Rise Up Movement y Debt for Climate de Uganda, en el pabell¨®n que la juventud. Adem¨¢s de esta exigencia, la joven activista de 24 a?os pide que los l¨ªderes mundiales aprueben un mecanismo para compensar las p¨¦rdidas y da?os relacionados con el clima.
Nakku asegura que le gustar¨ªa formar una familia y que por eso participa en la COP27. ¡°Quiero asegurarme de que la pr¨®xima generaci¨®n tenga una tierra lo suficientemente saludable en la que vivir¡±. Ella y sus colegas recuerdan que, cuando Mandela y su grupo se rebelaron contra el apartheid, lo hicieron sin saber si alg¨²n d¨ªa ser¨ªan libres, pero fueron constantes. Por eso siguen su ejemplo, para no perder la esperanza: ¡°S¨¦ que habr¨¢ justicia clim¨¢tica y viviremos en un planeta libre para todos los ciudadanos¡±, zanja.
Bashiru Koroma, de Sierra Leona, recuerda que ¡°las promesas no se est¨¢n cumpliendo¡±. ¡°M¨¢s del 80% de los sierraleoneses est¨¢n sufriendo el cambio clim¨¢tico, y necesitamos ayuda para ser resilientes. Nuestras expectativas a¨²n son bajas, pero todav¨ªa estamos esperando para ver si Sharm el-Sheij finalmente ser¨¢ una COP de implementaci¨®n¡±.
Koroma cree que la concienciaci¨®n y la educaci¨®n son claves. ¡°La pobreza est¨¢ afectando a los j¨®venes de Freetown [capital del pa¨ªs] y eso los est¨¢ llevando a la depresi¨®n y al consumo de drogas. El cambio clim¨¢tico los est¨¢ empujando hacia ese camino. Necesitamos financiaci¨®n¡±, reclama. En la ciudad, costera y con monta?as a sus espaldas, el impacto ambiental se siente con fuerza, comenta. En 2017, un deslizamiento de tierra se cobr¨® varias vidas all¨ª, rememora.
¡°La COP27 debe proporcionar m¨¢s fondos a ?frica y otras regiones afectadas para que los pa¨ªses adapten sus servicios esenciales a los impactos del cambio clim¨¢tico, y consensuar una hoja de ruta para hacer frente a las p¨¦rdidas y los da?os. Solo si los l¨ªderes hacen esto, la ¡®COP africana¡¯ podr¨¢ considerarse un ¨¦xito para los ni?os y j¨®venes del continente¡±, estima Paloma Escudero, de Unicef.
El legado de Desmond Tutu
Gabriel Klaasen, de Ciudad del Cabo (Sud¨¢frica), rescata la reflexi¨®n del difunto arzobispo Desmond Tutu de que ¡°actualmente estamos en un apartheid clim¨¢tico¡±. ¡°Ahora las personas de color enfrentan las mismas injusticias bajo la nueva forma de racismo ambiental. Creo que es importante que reconozcamos esto y luchemos juntos o suframos las mismas injusticias¡±, comenta.
¡°Ahora tenemos sequ¨ªas en la costa de Sud¨¢frica, lo cual es realmente extra?o, e inundaciones masivas. Y el Gobierno no est¨¢ haciendo lo suficiente, simplemente no act¨²a de acuerdo con lo que se supone que debe hacer. Se habla de transici¨®n justa en agricultura, energ¨ªa... Pero todo es palabrer¨ªa. Incluso si cumplieran sus actuales promesas, no ser¨ªa suficiente para contrarrestar las injusticias que enfrentamos actualmente¡±, dice Klaasen antes de unirse a una reuni¨®n con Climate Action Network International. ¡°Es bastante triste ver esta situaci¨®n. Si nuestros l¨ªderes pudieran pensar como nosotros y ponerlo en pr¨¢ctica con un poco de cuidado, no tendr¨ªamos que sentir esta devastaci¨®n y tristeza. Lo que me mantiene en marcha es ver a la sociedad civil moviliz¨¢ndose y avanzando. Es la hora del cambio y de la justicia, no podemos esperar que el mundo cambie si no hacemos nuestra parte¡±, dice antes de despedirse.
En Monrovia, capital de Liberia, Abubakar Kromah, lucha por impulsar la agenda ambiental de su pa¨ªs. ¡°Liberia depende de las importaciones, por lo que la guerra en Ucrania est¨¢ afectando a las condiciones de vida de la gente en ?frica occidental. El Gobierno est¨¢ tratando de escuchar a la juventud y abrir espacios de participaci¨®n. Necesitamos apoyo financiero para continuar con nuestro activismo, porque nuestros escasos recursos no son suficientes para alcanzar nuestras metas¡±. Al menos, ve un progreso positivo en esta COP: el impacto que la juventud est¨¢ teniendo en la conferencia.
Melissa Takudzwa, activista en Zimbabue, est¨¢ preocupada por las mujeres y ni?as de su pa¨ªs, que deben levantarse temprano para recolectar agua y llegan cansadas a la escuela, lo cual afecta a su educaci¨®n. Adem¨¢s, el Gobierno est¨¢ tratando de implementar sistemas de alerta temprana en ¨¢reas rurales en sus idiomas nativos. ¡°Debido a la guerra en Ucrania, el mundo desarrollado se ha olvidado de sus promesas. Si seguimos por este camino, se pierde la meta del 1.5 ?C y no tendr¨¢ sentido seguir reuni¨¦ndonos en estos espacios. Estamos muy cerca de llegar al l¨ªmite en el que, simplemente, no podremos adaptarnos al cambio clim¨¢tico. Somos parte del proceso. Somos el futuro, pero ?de qu¨¦ planeta?¡±, expone alarmada.
Hay quien prefiere poner el foco en los avances. Como Kevin Mtai, que dice estar muy feliz de que el reci¨¦n electo presidente de Kenia, William Ruto, haya estado en la COP tratando de abordar lo que est¨¢ sucediendo en su pa¨ªs, y considera que ahora la mayor¨ªa de los l¨ªderes se est¨¢n tomando el cambio clim¨¢tico en serio. ¡°Esta es mi tercera COP, y hasta ahora estoy contento porque, por primera vez, la juventud tiene su propio pabell¨®n, un espacio para que se re¨²nan, se mezclen, discutan lo que est¨¢ sucediendo en sus pa¨ªses y presenten su trabajo. Incluso el primer ministro de Barbados estuvo aqu¨ª apoyando nuestra causa. Esta COP tambi¨¦n es la primera en incluir el tema de las p¨¦rdidas y da?os en la agenda, pero a¨²n necesitamos que los gobiernos comprometan fondos e implementen los acuerdos¡±, analiza el joven.
A menudo, los conflictos en el continente africano dificultan que la emergencia clim¨¢tica pase a ser una prioridad de sus gobernantes. ¡°Sud¨¢n no prioriza el cambio clim¨¢tico porque tiene otros problemas, como inestabilidad pol¨ªtica, violencia y desplazamientos migratorios, por lo que no existen pol¨ªticas nacionales o esfuerzos para atajar los problemas ambientales. No tenemos un Ministerio de Medio Ambiente, solo tenemos un Consejo Superior que env¨ªa negociadores a la COP. Solo tenemos algunas cosas en papel, nada m¨¢s¡±, se queja Watan Mohammed, natural de Sud¨¢n, que vivi¨® el golpe de Estado de 2021.
La joven, que viaj¨® con Greenpeace desde Grecia hasta la cumbre en Egipto, exige m¨¢s participaci¨®n de los j¨®venes en las negociaciones con el Gobierno nacional, no solo un papel secundario: ¡°Estos son nuestros derechos y nadie nos los va a regalar, debemos estar aqu¨ª para luchar por ellos, por nuestro futuro. Debemos exigir fondos de los pa¨ªses del norte global porque ellos son los causantes de lo que estamos sufriendo en los nuestros. Por eso exijo que la juventud africana sea escuchada aqu¨ª. Mi mensaje para los j¨®venes del mundo es que todo lo que puedan hacer, lo hagan. Para que los adultos nos oigan¡±.
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