Mujeres que tejen bolsas de pl¨¢stico y construyen un futuro verde en Gambia
Por todo el pa¨ªs africano, las vidas de comunidades enteras est¨¢n cambiando gracias al reciclaje de deshechos, esta labor se ha convertido en un medio para generar ingresos econ¨®micos
Un grupo de mujeres est¨¢ reunido bajo una techumbre sin paredes, solo unos peque?os muros las separa del resto del recinto. Algunas de las presentes tejen con agujas de ganchillo. No es hilo lo que entrelazan h¨¢bilmente, casi sin mirar, mientras conversan con el resto de las compa?eras. Se trata de tiras de pl¨¢stico de diversos colores. Con ellas confeccionan bolsos, estuches, tapetes¡ M¨¢s all¨¢ se sientan las que alisan y cortan bolsas recicladas para proporcionar el material. Otras recortan trozos de viejas gomas de ruedas de bicicletas en c¨ªrculos casi perfectos. Un poco m¨¢s atr¨¢s se hallan las que los ensartan para formar collares y pulseras. Las conversaciones se cruzan, las risas explotan de vez en cuando. Unos cuantos ni?os duermen a los pies de sus madres, otros juegan cerca de all¨ª y algunas ni?as, sentadas o tumbadas en los bordes de los tabiques, observan todo lo que pasa. En la distancia se aprecia otra cuadrilla, encargada de cocinar para las asistentes a una de las jornadas de formaci¨®n.
Toda esta actividad se desarrolla en Njau, una localidad en la regi¨®n Central River North de Gambia, donde la ONG Women¡¯s Initiative Gambia (WIG) trabaja desde 1997, para potenciar las habilidades de las mujeres de esta zona. Como parte de las actividades, ellas comienzan reciclando bolsas de pl¨¢stico desechadas y transform¨¢ndolas en labores de ganchillo. El ejemplo cundi¨® y, gradualmente, otras mujeres se unieron a ellas. Tras ser formadas, tambi¨¦n empezaron a reciclar. La venta de sus productos les reporta un beneficio, al mismo tiempo que ayuda a reducir los desechos s¨®lidos de sus comunidades.
Con los a?os, el ¨¦xito de esta iniciativa ha logrado consolidar un programa de capacitaci¨®n que tiene como finalidad equipar a las mujeres de Gambia con herramientas que les permitan generar ingresos y cuidar del medioambiente. El ejemplo de estas pioneras se ha extendido poco a poco en las comunidades y la gente empieza a comprender las ventajas que conlleva el reutilizar y reciclar los desechos.
Quema de residuos
Miles, millones de bolsas de pl¨¢stico inundan los suelos de muchos pueblos y aldeas, los bordes de las carreteras o atascan alcantarillas en casi todos los pa¨ªses africanos. Es una imagen que se repite constantemente cuando se recorren los caminos del continente. El espect¨¢culo se ampl¨ªa despu¨¦s de un d¨ªa de mercado al recogerse puestos y tenderetes. Restos de bolsas, transparentes o de colores, est¨¢n por todas partes. Hay veces que cuadrillas de j¨®venes se organizan y limpian. Luego queman los residuos. Entonces un sabor acre se agarra a la parte posterior de la garganta y los ojos pican por el pl¨¢stico quemado. Los peligros ambientales para la salud relacionados con la quema descontrolada de pl¨¢sticos y los contaminantes nocivos que se liberan son graves e incluyen consecuencias para salud y el medioambiente.
La mayor¨ªa de las ciudades africanas tienen un grave problema de recogida de basuras. Ya lo denunci¨® el Banco Mundial en un informe titulado What a waste (qu¨¦ desperdicio), en el que afirma que tanto las autoridades locales como las gubernamentales, por toda ?frica, hacen poco o nada para reciclar. Augura que en los pr¨®ximos 40 a?os, los ciudadanos que habitan al sur del S¨¢hara experimentar¨¢n graves problemas medioambientales. De ah¨ª que pol¨ªticas como las puestas en marcha por los pa¨ªses que han prohibido el uso de las bolsas de pl¨¢stico sean aplaudidas y tenidas por pasos valientes para luchar contra la contaminaci¨®n y permitir que las generaciones venideras hereden un mundo mejor, tambi¨¦n en ?frica. No es el caso de Gambia. Por eso, el trabajo de las mujeres recicladoras suple la desidia de las instituciones. No solo mejoran el entorno de los pueblos y cuidan del medioambiente, sino que tambi¨¦n encuentran nuevas fuentes de ingresos.
Pr¨¦stamos de la cooperativa
Fatim Gobe es una de las formadoras del proyecto de mujeres recicladoras de Njau, una organizaci¨®n socia del programa Santander Best Africa. Ella tambi¨¦n teje complementos de moda a partir del pl¨¢stico como hacen sus compa?eras. Las gu¨ªa y resuelve los problemas que se puedan presentar.
Comenta que la cooperativa de Njau est¨¢ formada por 110 mujeres. Y a?ade: ¡°Los beneficios que conseguimos los dividimos en dos partes, una va directamente a las socias, la otra a una caja de ahorro. Por ejemplo, cada mujer que hace algo y lo vende a 50 dalasis (0,16 c¨¦ntimos), se queda con 25 y los otros 25 van a la caja. Durante la estaci¨®n de las lluvias, cuando no tienen dinero, pueden pedirlo prestado para ayudar a sus familias o hacer negocios. As¨ª consiguen mayores ingresos que les permiten ser m¨¢s independientes¡±.
No todas se dedican al reciclado de pl¨¢sticos o gomas de ruedas de bicicletas. Est¨¢n divididas en grupos y algunos se encargan de elaborar jab¨®n o de poner en marcha un nuevo proyecto, la fabricaci¨®n de carb¨®n vegetal a partir de desechos s¨®lidos como son las c¨¢scaras de mandioca, cocos, cacahuetes, hojas secas o papel. Tras un proceso de descomposici¨®n qu¨ªmica de esta materia org¨¢nica en un horno especial, los residuos son triturados hasta reducirlos a polvo. Luego mezclados con agua y compactados con una m¨¢quina de presi¨®n manual. Una vez secadas al sol, las briquetas resultantes son envasadas y vendidas para ser utilizadas en las cocinas.
Hace tiempo que el Gobierno de Gambia prohibi¨® la tala de ¨¢rboles destinada a la producci¨®n de carb¨®n. En los ¨²ltimos a?os, en varias ocasiones, ha recordado a las comunidades locales que esta normativa continua vigente. Pero es dif¨ªcil implementarla, sobre todo, en las zonas rurales donde muchas personas dependen de ¨¦l para cocinar o ganarse la vida. Por eso, el proyecto de fabricaci¨®n de carb¨®n a partir de residuos s¨®lidos de las Mujeres de Gambia va acompa?ado de una fuerte campa?a de sensibilizaci¨®n. ¡°Educamos a la gente para que entienda que el bosque es muy importante para nosotros, nos conecta con nuestra vida. La gente tiene que cuidarlo. Si lo perdemos enfermaremos y si no lo cuidamos moriremos. Esta es la educaci¨®n que damos. Pero cuando vas a una aldea, la gente te dice: ¡®?Sabes?, no tenemos trabajo, por lo que cortar los ¨¢rboles es nuestra forma de sobrevivir¡¯. Yo les digo, ahora tienes alternativas, deja el bosque en paz, utiliza solo el ¨¢rbol muerto. Mientras est¨¦n vivos, d¨¦jalos ah¨ª, te est¨¢n ayudando¡±, comenta la fundadora de esta ONG, Isatou Ceesay.
Reforestar el futuro
As¨ª se llama el ¨²ltimo proyecto puesto en marcha por la iniciativa de Mujeres en Gambia: reforestar el futuro. Su objetivo es sensibilizar a las comunidades rurales de la importancia de conservar los bosques y reforestarlos. Para ello, la organizaci¨®n ha creado un gran vivero a las afueras de Njau. All¨ª cultivan especies locales como mango, anacardo, moringa, caoba¡ que luego donan a las comunidades. Son ¨¢rboles que pueden producir riqueza para ellas al comercializar sus frutos u hojas.
Modou Lamin Boyeng, hijo mayor de Ceesay, tras terminar sus estudios en la universidad, decidi¨® trasladarse al interior del pa¨ªs y liderar este programa. Junto a un par de colaboradores ha establecido clubs en distintas escuelas de la zona para replantar ¨¢rboles. A trav¨¦s de charlas y diversas actividades, sensibilizan a los escolares de la importancia de preservar el medio ambiente. Tambi¨¦n trabajan con las autoridades locales y los campesinos para mostrarles las ventajas de cuidar de los bosques. Ellos les suplen los ¨¢rboles a plantar en sus terrenos y que, con cuidado y mimo, se convierten en fuente de ingresos.
Tambi¨¦n forman a los agricultores en nuevas t¨¦cnicas de cultivo y experimentan en microjardiner¨ªa. Utilizan las c¨¢scaras de cacahuetes para cultivar lechugas y tomates en lugares donde hay escasez de tierra o el suelo est¨¢ muy deteriorado. De esta manera, contribuyen a la seguridad alimentaria de los campesinos.
La labor de estas mujeres y hombres de la comunidad ha demostrado que el cuidado del medioambiente es un modo de vida que puede donar grandes ventajas a aquellos que lo practican. Las mujeres son las m¨¢s beneficiadas, pues se han convertido en las primeras guardianas de su entorno. Aportan soluciones al problema de gesti¨®n de residuos s¨®lidos y consiguen ingresos con los que cuidar de sus familias y sentirse independientes.
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