Heridas de bala y ces¨¢reas en el hospital de Sud¨¢n que resiste al colapso sanitario
Voluntarios locales y un equipo de M¨¦dicos Sin Fronteras se han unido para reactivar un centro hospitalario en el sur de la capital, donde el sistema de salud se ha derrumbado a causa del conflicto civil
Una de las primeras bajas que dej¨® el estallido de los fratricidas enfrentamientos entre el Ej¨¦rcito de Sud¨¢n y las paramilitares Fuerzas de Apoyo R¨¢pido en Jartum y otros puntos del pa¨ªs el pasado 15 de abril fue el sistema de asistencia sanitaria nacional. Ya durante la primera semana de hostilidades, m¨¦dicos locales y organizaciones de ayuda humanitaria alertaron de que los combates estaban impactando a muchos hospitales de la capital. Y los avisos de que estos iban cayendo fuera de servicio, ya fuera por haber quedado engullidos por los choques o por falta de suministros y personal, se fueron sucediendo uno tras otro.
Cuando el conflicto entra ya en su segundo mes, el 66% de hospitales adyacentes a las zonas m¨¢s golpeadas por los combates ¡ªsobre todo Jartum y la regi¨®n de Darfur en el oeste del pa¨ªs¡ª han suspendido su actividad. El comit¨¦ local de m¨¦dicos advierte que sobre el resto merodea la amenaza de tener que ser los siguientes en hacerlo. En la zona de la capital, el porcentaje de hospitales fuera de servicio se eleva hasta el 70%, y en Jartum, en particular, solo hay cinco de un total de 36 que contin¨²an trabajando.
El conflicto se encuentra ya en su segundo mes, el 66% de hospitales adyacentes a las zonas m¨¢s golpeadas por los combates, sobre todo Jartum y la regi¨®n de Darfur en el oeste del pa¨ªs, han suspendido su actividad.Comit¨¦ de M¨¦dicos Local
Uno de estos pocos centros que permanece parcialmente activo es el hospital universitario de Bashair, en el sur de Jartum, a poca distancia de una de las l¨ªneas del frente. Tras el inicio de los combates, el hospital qued¨® completamente cerrado, pero al poco un grupo de voluntarios de la zona, incluidos m¨¦dicos, enfermeros y j¨®venes dispuestos a ayudar, tomaron la decisi¨®n de volverlo a poner en marcha. El 9 de mayo, un equipo m¨¦dico y quir¨²rgico de M¨¦dicos Sin Fronteras (MSF) pudo acceder al sur de Jartum a pesar de la violencia, y se desplaz¨® hasta el centro para unir esfuerzos y aumentar la capacidad de trabajo, donde ya han intervenido quir¨²rgicamente a 240 pacientes solo durante su primera semana.
¡°Cuando llegamos, la situaci¨®n era ca¨®tica¡±, constata Hisham Eid, uno de los m¨¦dicos del equipo de MSF. ¡°El hospital no estaba operativo. Unos pocos m¨¦dicos y voluntarios hac¨ªan lo posible por atender a un gran n¨²mero de pacientes a pesar de la escasez de todo tipo de suministros, incluida electricidad. Ahora est¨¢ mejorando y podemos atender a muchos con eficacia¡±, explica en un relato recogido por la organizaci¨®n.
La pr¨¢ctica desaparici¨®n del Estado y la paralizaci¨®n de la actividad de organizaciones de ayuda humanitaria que ha sufrido Jartum a ra¨ªz de los combates llev¨® a informales redes vecinales ¨Dformadas en la larga lucha de los sudaneses por la democracia¨D a movilizarse para paliar el vac¨ªo. Y con los pocos recursos disponibles han organizado el reparto de bienes b¨¢sicos, coordinado atenci¨®n m¨¦dica y planificado evacuaciones de emergencia.
¡°MSF trabaja en colaboraci¨®n con voluntarios de la comunidad: m¨¦dicos y enfermeros, pero tambi¨¦n j¨®venes de la zona que tomaron la decisi¨®n de intentar volver a reactivar el hospital tras su cierre y la marcha del personal por su seguridad¡±, anota el coordinador de emergencias Will Harper, ahora al frente del equipo en Jartum. ¡°Cuando el equipo quir¨²rgico lleg¨®, nos encontramos con un hospital en el que la gente se esforzaba al m¨¢ximo y asum¨ªa riesgos. As¨ª que nos unimos a ellos mano a mano para intentar llevar asistencia sanitaria y atenci¨®n quir¨²rgica vital a la gente de esta zona¡±, agrega.
La pr¨¢ctica desaparici¨®n del Estado y la paralizaci¨®n de la actividad de organizaciones de ayuda humanitaria que ha sufrido Jartum a ra¨ªz de los combates llev¨® a informales redes vecinales formadas en la larga lucha de los sudaneses por la democracia a movilizarse para paliar el vac¨ªo
Las heridas que est¨¢ tratando el equipo movilizado en el hospital universitario de Bashair son un crudo reflejo de la intensa violencia en la que se ha visto sumida Jartum, escenario de ataques a¨¦reos, fuego de artiller¨ªa y disparos constantes. Entre las docenas de personas que llegan al centro a diario se cuentan pacientes con heridas de bala, de ataques a¨¦reos y apu?alamientos, a los que se suman casos ordinarios como ces¨¢reas y accidentes.
El tipo de lesiones que presentan son por lo general bastante complejas, seg¨²n MSF, e incluyen heridas que afectan desde el t¨®rax, el abdomen y el h¨ªgado, hasta el bazo, el ri?¨®n y el intestino. En total, el equipo fue capaz de operar a 240 pacientes en poco m¨¢s de una semana, muchos de los cuales habr¨ªan muerto si no hubiera sido por su intervenci¨®n.
La Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) estim¨® en los primeros compases de los choques que una cuarta parte de las muertes, que ya ascienden a m¨¢s de 700 junto a miles de heridos, seg¨²n m¨¦dicos locales, podr¨ªan haberse evitado con atenci¨®n m¨¦dica b¨¢sica.
¡°Desde que llegamos hemos atendido a varios pacientes con heridas de bala y pu?aladas que est¨¢n en estado cr¨ªtico y no sobrevivir¨ªan sin cirug¨ªa¡±, indica el cirujano del equipo de MSF, Shahzid Majeed. ¡°Tambi¨¦n hemos realizado cirug¨ªa reconstructiva vascular, sin la cual el paciente habr¨ªa muerto o habr¨ªa perdido un miembro¡±, desliza Majeed, que explica que ¡°realizar estas intervenciones en este entorno austero representa todo un reto¡±.
En el hospital universitario de Bashair han podido mantener su trabajo en gran medida gracias a las reservas de material m¨¦dico que la organizaci¨®n humanitaria ten¨ªa almacenadas en Jartum antes de estallar los combates y a donaciones particulares. Pero alertan de que las existencias se agotar¨¢n en alg¨²n momento y el reabastecimiento est¨¢ suponiendo un aut¨¦ntico desaf¨ªo. A ello se suma, adem¨¢s, una escasez generalizada de combustible y de electricidad.
A mediados de mayo lleg¨® a Puerto Sud¨¢n, el principal puerto comercial del pa¨ªs, ubicado en el mar Rojo, un cargamento con suministros m¨¦dicos de MSF que est¨¢ pendiente de ser trasladado a Jartum y a zonas al sur de la capital, donde otros equipos est¨¢n dirigiendo cl¨ªnicas m¨®viles para atender a los desplazados internos, que son ya m¨¢s de un mill¨®n. Sin embargo, los esfuerzos de la ONU y organizaciones de ayuda humanitaria para enviar cargamentos de auxilio y reforzar sus actividades en el pa¨ªs para mitigar el sufrimiento de la poblaci¨®n civil se est¨¢n viendo entorpecido por la falta de garant¨ªas de seguridad.
Esta extendida inseguridad es en gran parte resultado de las repetidas vulneraciones que est¨¢n cometiendo ambos bandos de su obligaci¨®n de respetar y proteger centros m¨¦dicos. Desde el inicio de la contienda, la OMS ha documentado 28 ataques contra el sistema de salud del pa¨ªs, incluidos saqueos, ocupaci¨®n forzosa de instalaciones, ataques armados y obstrucci¨®n del acceso a la asistencia sanitaria. Al menos 19 hospitales hab¨ªan sido da?ados hasta finales de abril como consecuencia de los choques, que tambi¨¦n han dejado como m¨ªnimo ocho muertos y 18 heridos entre el personal sanitario.
Uno de los ¨²ltimos ataques de este tipo tuvo lugar el pasado mi¨¦rcoles, cuando miembros de las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido atacaron tres ambulancias, detuvieron a un m¨¦dico y a los conductores de los veh¨ªculos, y se los llevaron a un lugar desconocido, seg¨²n inform¨® el Comit¨¦ del Sindicato de M¨¦dicos de Sud¨¢n. Al menos una de estas ambulancias estaba transportando bombonas de ox¨ªgeno para pacientes y heridos en el hospital de Bashair.
¡°Estamos contentos de que haya un buen esp¨ªritu de voluntariado entre la gente del hospital¡±, se?ala Majeed. ¡°Pero, de nuevo, no todos est¨¢n acostumbrados a la cirug¨ªa de guerra, por lo que estamos trabajando con ellos para formarles en el manejo de los pacientes que requieren intervenciones quir¨²rgicas y en la atenci¨®n postoperatoria, que tambi¨¦n es bastante cr¨ªtica¡±, apunta.
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