La historiadora que investiga la brujer¨ªa africana en Canarias: ¡°Era una forma de resistencia¡±

En el Museo Canario, en Las Palmas, un prolijo archivo re¨²ne procesos inquisitoriales contra personas esclavizadas y negras. Claudia Stella Geremia (Agrigento, 1991) ha estudiado estos documentos, preservados cuidadosamente, y explica que el objetivo de la Inquisici¨®n era, sobre todo, controlar la conciencia religiosa de esta poblaci¨®n ¡°porque no pod¨ªa ser que un esclavo tuviera su propia identidad, su propia religiosidad¡±. Seg¨²n sus c¨¢lculos, entre 1505 y 1820 y en Canarias tuvieron lugar 368 procesos por ¡°superstici¨®n¡±, es decir, brujer¨ªa y hechicer¨ªa. De ellos, el 89% se dirige contra mujeres canarias, negras y mestizas. ¡°Si una europea (blanca, y principalmente de la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica, Inglaterra u Holanda) se alejaba del modelo establecido, el proceso era una p¨¢gina. Si lo hac¨ªa una esclava era de 100, porque era de otra cultura y deb¨ªa ser m¨¢s controlada¡±, se?ala. ¡°Adem¨¢s, los procesos a europeas acababan normalmente suspendidos.

Geremia, licenciada en Derecho y en Ciencias Pol¨ªticas en la Universidad de Catania, es doctora en Historia Moderna en la Universidad de Florencia y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria desde abril de este a?o. All¨ª complet¨® una tesis sobre la Inquisici¨®n espa?ola en las islas, centrada en los procesos contra la brujer¨ªa africana entre los siglos XVI y XVIII. Previamente, Geremia fue estudiante de doctorado en la Universidad de Caen (Francia) y trabaj¨® en el proyecto Las brujas de Sicilia en el siglo XVII.

Pregunta. ?C¨®mo lleg¨® a interesarse por el tema de la brujer¨ªa africana en Canarias?

Respuesta. Antes de llegar a Canarias estaba investigando sobre la brujer¨ªa en Sicilia y me surgi¨® la curiosidad por hacer una comparaci¨®n entre islas que est¨¢n cerca de ?frica. En el Museo Canario encontr¨¦ un mont¨®n de informaci¨®n. Hubo muchas esclavas acusadas de ser brujas que hablaban de la ruta desde ?frica hasta aqu¨ª y de la pr¨¢ctica ritual que intentaron reproducir, de los objetos que utilizaron en esa pr¨¢ctica, como la bolsa que llevaban al cuello, donde portaban talismanes o amuletos. Tambi¨¦n del sincretismo entre deidades africanas y cat¨®licas, como Mami Wata, la deidad yoruba del agua, y Santa Marta. La primera se representaba con una serpiente, y la segunda, con un drag¨®n.

¡°No pod¨ªa ser que un esclavo tuviera su propia identidad, su propia religiosidad¡±

Claudia Stella Geremia, historiadora

P. ?Se daba tambi¨¦n sincretismo con la cultura aborigen?

R. Es muy dif¨ªcil decodificarlo todo. Por ejemplo, hay esclavas africanas que emplean un objeto t¨ªpico africano, como el mu?eco en el que se clavan alfileres, y tambi¨¦n el gofio o el g¨¢nigo para predecir el futuro. Creo que Canarias es como un laboratorio y que, desde esta parte del Atl¨¢ntico, desde ?frica, te proyecta al mundo. Lo que sucedi¨® en el Caribe con la comunidad de esclavos aqu¨ª sucedi¨® mucho antes. Es un territorio muy rico en informaci¨®n, porque tenemos a abor¨ªgenes, africanos, espa?oles y europeos, mercantes genoveses o italianos, todo muy mezclado.

P. Conforme a su investigaci¨®n, el papel de encrucijada de Canarias desmiente su supuesta situaci¨®n perif¨¦rica.

R. Claro, desde mi punto de vista, Canarias es el centro del mundo, un punto muy estrat¨¦gico, como un faro que puede iluminar diferentes territorios de forma muy importante y valiosa. Est¨¢ muy cerca de ?frica y se registran fen¨®menos de ida y vuelta entre Canarias y Berber¨ªa [la regi¨®n entre Marruecos, Argelia, T¨²nez y Libia, habitada por los bereberes].

P. ?Qu¨¦ peculiaridades tiene Canarias para su investigaci¨®n?

R. En Sicilia tambi¨¦n hab¨ªa esclavos negros o norteafricanos, pero no hay evidencias, se quem¨® la mayor¨ªa de la documentaci¨®n. Tenemos ¨²nicamente documentos notariales de compraventa de esclavos, no hay tantas fuentes y es muy dif¨ªcil hacer una comparaci¨®n con otros lugares como G¨¦nova, Livorno o puertos de la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica. En Canarias hay procesos inquisitoriales que cuentan la vida de los esclavos: en una parte obligatoria del proceso preguntaban el nombre, de d¨®nde era la familia, cu¨¢ndo y c¨®mo llegaron a la isla, a qu¨¦ edad... Preguntaban acerca de los t¨ªos paternos y maternos, los abuelos, padres y madres. As¨ª podemos reconstruir la genealog¨ªa de esta gente.

P. Cuando se habla de brujas, parece que en muchas ocasiones nos referimos en realidad a curanderas que saben interpretar la naturaleza y las estaciones, utilizar las plantas y comprender los procesos relacionados con el cuerpo. Mujeres que, adem¨¢s, ten¨ªan un conocimiento oral.

R. La mayor¨ªa de las brujas son mujeres porque, en mi opini¨®n, el conocimiento oral se transmit¨ªa en l¨ªnea femenina. A menudo, en los procesos inquisitoriales, est¨¢ escrito: ¡°Mi abuela me ense?¨® esto¡±, ¡°la vecina me ense?¨® eso¡±, ¡°mi mam¨¢¡±, ¡°mi suegra¡±... Es un conocimiento transmitido de mujer a mujer. Se las juzgaba porque eran personas a las que la Iglesia cat¨®lica acusaba de tener un pacto impl¨ªcito o expl¨ªcito con el demonio. Se basaban en denuncias de vecinos, acusaciones del amo (en el caso de las personas esclavizadas). La gente que recurr¨ªa a las brujas pertenec¨ªa a todas las capas sociales, porque ayudaban a solucionar algo: curaban el mal de ojo o el dolor f¨ªsico, o conoc¨ªan el futuro. Hay una cosa que me llam¨® mucho la atenci¨®n. Personas de diferentes clases sociales acud¨ªan a ellas para saber c¨®mo se encontraban seres queridos que estaban muy lejos, como en las Indias. La bruja lo solucionaba echando la suerte con el gofio, con el g¨¢nigo o con el romero.

P. ?Se podr¨ªa relacionar su estudio con formas de rebeli¨®n de esas mujeres en esa ¨¦poca?

R. Yo creo, absolutamente, que s¨ª, porque de hecho era una forma de resistencia, de conservar lo que les hab¨ªan transmitido sus madres, sus abuelas, y adem¨¢s de protegerse del ama o del marido que las maltrata. Como protecci¨®n usaban amuletos, bolsas de piel que se colgaban del cuello y en cuyo interior guardaban pelo, u?as, piedras de diferentes colores y tama?os, oraciones o dibujos, como los de Santa Marta. Santa Marta era la protectora de las mujeres, tanto esclavizadas como libres, en Canarias y en el Caribe, probablemente por la influencia de esas idas y vueltas entre ?frica, Canarias y las Indias. De hecho, creo que existe una vinculaci¨®n de la santer¨ªa caribe?a, el vud¨² y otras pr¨¢cticas religiosas en ?frica y la brujer¨ªa canaria, aunque es dif¨ªcil seguir las pistas porque todo est¨¢ muy mezclado.

P. Esta capacidad de resistencia choca con nuestra visi¨®n de la esclavitud desde el rol de v¨ªctima, sin posibilidad de elecci¨®n.

R. En mi estudio se aprecia la autoridad de estas mujeres esclavizadas, negras o mestizas, como proveedoras de servicios y figuras temidas, necesitadas y respetadas por la comunidad. La gente acud¨ªa a ellas en busca de ¡°remedios¡±, para predecir el futuro o para ayuda en cuestiones amorosas. Fue la propia sociedad la que reconoci¨® el papel de estas mujeres.

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